"Una cosa es la historia que conocemos y otra la infrahistoria de la gente, que no pasa nada en su vida, pero, sin embargo, son los que hacen la historia", expresa Juan Quintana Rodríguez quien acaba de publicar su primera novela La casa de Padreabuelo. "El mensaje de la novela es narrar la historia de un individuo [José Mejías hijo] que lo único que quiere es trabajar y ganarse la vida trabajando, y no como su contrario, Mateo Déniz, que quiere hacerse rico inmediatamente explotando el agua de la Caldera de Tirajana", indica.

Nacido en San Bartolomé de Tirajana en 1947, Juan Quintana es licenciado en Historia del Arte e Historia Contemporánea en la Universidad Complutense de Madrid, donde se casó y empezó a dar clase en un instituto de Móstoles. Después, al ganar las oposiciones, fue profesor del instituto Domingo Rivero de Arucas, del instituto de Gáldar y casi toda su vida ha estado en el instituto de Tafira, donde se jubiló hace cinco años.

Tras combinar la escuela con las tareas de cabrero, Juan Quintana, como muchos adolescentes de los pueblos de Gran Canaria, entró en el seminario de los Padres Paúles en Lomo Apolinario, siguiendo sus estudios de filosofía y teología con ellos en Vitoria, Cuenca, Madrid y Salamanca, hasta que optó por la Universidad.

"Me incliné por Historia, porque lo normal, estando con los curas, era estudiar Letras, o latín, griego, literatura o historia. Yo tuve algo especial, y es que, no sé porqué, a mí siempre me ha gustado el cine y me imaginé que iba a tener en Madrid la posibilidad de estudiar Cine, empezando por Historia del Arte", indica Quintana. "Gracias al Concilio Vaticano II y a que todo se humanizó un poco, a la vez que hice estudios eclesiásticos hicimos la prueba de acceso a la Universidad, lo que me permitió hacer mi carrera", señala.

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