"Arehucas es la fábrica de ron más importante de Europa, y su bodega es un santuario". El técnico turístico de Arucas, David Cabrera, recorre las barricas de madera de 200 y 400 litros explicando con parsimonia algunos de los secretos de esta industria, que recibe a casi 45.000 personas al año. Se trata de una visita muy especial. Aunque a unos pocos metros se habla inglés, alemán y sueco, en este caso su público es local, ya que forma parte de la ruta Conociendo Arucas, organizada con motivo del Día Mundial del Turismo para dar a conocer la población autóctona sus reclamos locales.

La fábrica es el último punto de una ruta que incluía la iglesia de San Juan Bautista, la Casa de la Cultura, el parque y museo municipal, las Casas Consistoriales y la Heredad de Aguas Arucas-Firgas. En muy contadas ocasiones, personas ajenas a esta última institución centenaria pueden subirse hasta la azotea para descubrir la joya de su reloj de péndulo, sus amarillentos libros de cuentas y hasta algunas viejas máquinas reconvertidas en un improvisando museo. Ayer lo pudieron hacer. Tuvieron como maestro de ceremonias al encargado general, Pedro Santiago Henríquez, quien fue desgranando los orígenes de esta Heredad y de sus dos presas de Pinto. También contó cómo en su momento la Heredad luchaba con el Ayuntamiento por convertirse en el órgano de representación social más importante del pueblo.

Precisamente, la compra de agua es uno de los asuntos que más interesaba a los ocasionales visitantes. "La Heredad compraba subsuelo para que los pozos no se quedaran con el agua". De aquellos 12.000 metros cúbicos que se obtenían a diario de lo cauces de los barrancos se ha pasado ahora a unos 1.300. Incluso, lamentó el encargado que su histórico edificio no se abra más al público.

El grupo estaba formado por una treintena de personas. Entre ellos Samuel Guerra y Paula Ramos, unos jóvenes estudiantes de segundo de la rama de guías de información de Formación Profesional (FP) de San Cristóbal, quienes destacaban que esta ruta les permite adentrarse algo más en la historia de Arucas. Y, sobre todo, la posibilidad de acceder por primera vez al edificio de la heredad. Pero también, ponían el ojo en uno de los grandes problemas que sufre el sector para promocionar los atractivos de casco histórico. Se trata del frecuente cierre de las puertas de la iglesia, pese a que está considerado uno de los grandes atractivos que puede ofrecer el municipio. Uno de los argumentos es la limpieza del piso, sin tener en cuenta que a esa hora puede haber varias guaguas con visitantes que se tendrán que volver a sus países o a sus casas sin la visita programada.

El Ayuntamiento de Arucas habló incluso en su momento de la posibilidad de abrir un museo que mostrara los numerosos objetos que esconde el templo, pero la iniciativa se quedó estancada.

A diferencia de las trabas que pone la iglesia de Arucas al turismo, en otros municipios se abren las puertas religiosas de par en par. Este es el caso de Teror, donde la Basílica es su principal reclamo. Lo saben las autoridades locales y eclesiásticas, que también obtienen sus réditos. Precisamente, esta situación es la que permitió a Teror contar hace unos meses con la aportación económica de particulares y empresas cuando necesitó un gran desembolso para costear la renovación del sistema de alumbrado, ante la amenaza del cierre por la inseguridad de la red eléctrica.

La ruta guiada por Arucas llevó a estos visitantes hasta la Casa de la Cultura, y el museo y parque municipal. Según señala el guía, David Cabrera, el oficio del labrante siempre genera un gran interés, además de destacarse a figuras como Santiago Santana, Francisco Gourié y Fernando León y Castillo.

La concejal delegada de Turismo, Aurora Santana, apuntó ayer que el objeto de estas actividades enmarcadas en el Día Mundial del Turismo es convertir a la población local en informadores turísticos. Destacó que el municipio cuenta con el mejor índice de restaurantes por habitante de Gran Canaria, como un atractivo más.

La ruta organizada continuará hoy con otro grupo. Y el viernes con militares de la Base Naval. En total casi 100 personas.