Todo apunta a que es usted el autor del recetario de pescado que acompaña a estas jornadas, porque se parece mucho al de la foto y se llama igual.

Sí, soy yo, Francisco Saavedra Socorro, para servirle.

¿Y cómo llega una persona a saber tanto de la marea?

Estuve cuarenta años trabajando en la cocina, en la Escuela de Hostelería de Gran Canaria, desde que se fundó la primera sede en San Cristóbal.

No se anda usted con chiquitas, veo que le entra desde al simple atún con tomate a las huevas a la vinagreta, pasando por el jurel a la plancha, el pulpo con papas, o el choco en salsa...

Y el calamar con salsa sorpresa, y los tollos encebollados.

Muy de la tierra, bueno más bien de nuestro mar salado.

Porque apuesto total por la gastronomía canaria. Mañana (por hoy) tengo un grupo de chiquillos chicos en el barrio de San Cristóbal y les voy a poner a hacer estos platos para que aprendan y no se pierda la tradición.

Es conocido que cada receta de uno es como un hijo, pero ¿cuál es su preferida del recetario?

Oh, el que más trabajo lleva. Eso es así aquí y en cualquier otra cosa. El que más trabajo dé y al gusto de lo que tenga.

Pero apunte con el dedo, hombre.

Bueno pues, ponga usted que el jurel al estilo chef.

Pongámonos a hace r uno.

Este lleva de todo, pimientos, tomates, cebollas, ajos alcaparras huevo duro, pepinillos vinagre de manzana, pepinillos, langostinos y sal fina.

Y jurel, ¿no?

Dos kilitos de jurel.

En la foto está para comérselo en su papel.

Sí, lleva vinagreta, salsa rosa y otra marinera. Unos filetillos van rebozados a la plancha, y la espina, carne y cabeza van al horno con aceite. Luego se acompaña con sus papas sancochadas , langostinos al ajillo, y qué sé yo.

Santo cielo.

Sí. Es este pintoresco, pero en general he propuesto diez recetas que vienen a ser unos platos fáciles.

¿Y tiene don Francisco algún pescado mimado?

Vamos a decir que si es de orilla pues que me gusta mucho el rascacio de orilla, y la bocanegra que es de su familia. Ahora bien, si damos con un rascacio de profundidad, amigo, ahí tenemos que entonces come cosas vivas.

¿Qué me está contando?

Sí, cosas vivas. El rascacio se pone a tirar de gambas, de quisquillas y cangrejos vivitos y no vea usted cómo está cenando el pollo. Si se tiene en cuenta que si comes rayos rayos eres, preparar un rascacio comido en esas condiciones resulta una cosa tremenda.

Pues algo me ha dicho. ¿Cree usted que sin un cristiano estándar agarra este recetario se le aclara qué va y lo qué no va dentro de un caldero?

Hombre, de lo que se trata es de acercar y recuperar estas recetas de toda la vida a las familias y hacerlo con conocimiento. Mire usted por ponerle un ejemplo, la foto del sancocho tradicional ¿a qué no se parece a lo que usted a visto? Porque el sancocho ya no es el que se ve por ahí, sino el que lleva su buena parte de mar, y su buena parte de tierra, con el calabacín, la batata, la calabaza, la piña, sus papas..., ah, y la sal gruesa.