Sencillo, pero entrañable resultó anoche el acto de entrega de los Honores y Distinciones que el Ayuntamiento de Moya celebró en el Polideportivo municipal de la Villa, y en el que los homenajeados fueron arropados por una amplia asistencia de familiares , amigos y vecinos de los premiados. Un catedrático de Matemáticas, un médico y pintor, una artista del tapiz, un sacerdote, una agrupación musical y el club de fútbol de la localidad recibieron el homenaje que la corporación brinda a aquellas personas y colectivos que han destacado en su vida profesional o por su dedicación a la comunidad.

El alcalde, Hipólito Suárez. que fue el encargado de entregar los galardones, logró también que una nutrida representación de la clase política de la Isla se acercara hasta la Villa, algo que según señaló, al finalizar la celebración, el alcalde de Guía, Pedro Rodríguez se debió a que "Poli te llama tantas vecesque te compromete a venir".

Luis Balbuena Castellano, catedrático de Matemáticas, que recibió el título de Hijo Predilecto, agradeció en nombre de todos los galardonados el homenaje que les brindó la Villa de Moya, y aprovechó para leer los versos de la Oda del Atlántico de Tomás Morales. Este catedrático de Matemáticas, nació en Fontanales, y aunque reside desde hace años en La Laguna, destacó que no olvida su muncipio natal, donde el colegio lleva el nombre de su padre, Manuel Balbuena. También fue galardonado como Hijo Predilecto de la Villa de Moya el médico, especialista en siquiatría, Juan Antonio de la Nuez Marrero que ha destacado por su férrea defensa del arte y por fundar junto a su esposa, Olga Artiles Hernández, el Centro de Arte de Interpretación del Paisaje.

De la Nuez tenía doble motivo para sentirse emocionado anoche, puesto que también su mujer, Olga Artiles, fue homenajeada en el mismo acto como Hija Adoptiva de la Villa de Moya. El hecho de que no no naciera en este pago donde dijo que lleva más de cuatro décadas viviendo hizo que a diferencia de su marido tuviera que optar por el premio de Hija Adoptiva. Esta artista ha volcado su creación en el tapiz, y ha sabido utilizar las técnicas que aprendió en el telar del Barranco del Laurel.

La misma distinción de Hijo Adoptivo la recogió el sacerdote Roberto Rivero García, que nació en el Barranco del Pinar, jurisdicción de Guía, pero cercana a Fontanales. Si bien ha desarrollado su trayectoria en el Cuerpo Eclesiástico del Ejército del Aire, desde que pasó a la reservase se hizo cargo de la parroquia de Fontanales.

Las Medallas de Oro de la Villa de Moya fueron para la Agrupación musical Cumbres y Costas, cuyo galardón recogió en su nombre Gregorio Betancor Arencibia; así como y el club de fútbol Unión Deportiva Moya, que recibió Josefa Roque Alemán, y que brindó a todos los pequeños de la cantera que estaban allí.