El pleno del Cabildo de Gran Canaria rechazó ayer la instalación de una planta regasificadora en la Isla, con un pronunciamiento que pretende dar por zanjado el debate sobre el modelo energético que desarrollará el gobierno de Antonio Morales durante los próximos cuatro años. La moción de urgencia a favor de las energías renovables salió adelante con el apoyo de los 18 consejeros de los grupos del pacto -NC, PSOE y Podemos-, el voto en contra de los cinco representantes de PP y la abstención de los cuatro miembros de Unidos por Gran Canaria y del nacionalista de CC Fernando Bañolas.
El primer pleno ordinario del mandato dejó bien clara la actuación del nuevo gobierno insular de Morales respecto al gas y las energías fósiles, pues también se aprobó una moción en la que se pide la extinción de la autorizaciones a Repsol para realizar prospecciones petrolíferas en el Archipiélago, esta vez con el respaldo del grupo de José Miguel Bravo de Laguna y de Bañolas. Los consejeros del PP también se quedaron solos en la defensa de los sondeos petrolíferos, aunque consideran que esos permisos ya están extinguidos por la renuncia de Repsol a seguir buscando hidrocarburos en aguas de Lanzarote y Fuerteventura.
El gobierno tripartito del Cabildo presentó la moción contra el gas por la vía de urgencia para responder a las declaraciones de la última semana del ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, y del presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo. Ambos han propuesto la instalación de una planta regasificadora en Arinaga y otra en Granadilla (Tenerife) con el argumento de que la producción de energía eléctrica necesita un modelo de transición entre los derivados del petróleo y las renovables.
Clavijo y Morales se reúnen hoy sábado para rebajar la tensión de los últimos días y abordar ese asunto, aunque el pronunciamiento de ayer deja poco margen de maniobra porque el Cabildo tiene las competencias sobre la ubicación de la regasificadora y bloqueará cualquier propuesta que le llegue en ese sentido.
El acuerdo establece en su primer punto que "el Pleno del Cabildo de Gran Canaria apuesta firmemente por el desarrollo de las energías renovables, y en este sentido la posible introducción del gas sería un obstáculo para la penetración de dichas energías con carácter inmediato; por ello se opone a la instalación de una regasificadora en Gran Canaria porque se entiende supondría una infraestructura de carácter permanente que frenaría el urgente desarrollo de las energías renovables, no resolviendo la dependencia energética de la isla".
En el segundo punto se acuerda remitir este pronunciamiento al Ministerio de Industria, Energía y Turismo y a la Presidencia del Gobierno de Canarias, "al objeto de que apuesten por el pleno desarrollo de las energías limpias y frenen la implantación de las regasificadoras en Canarias". Por último, se decide trasladar a los demás cabildos y ayuntamientos de las Islas.
En el debate, el portavoz de NC, Carmelo Ramírez, sostuvo que Gran Canaria tiene "un enorme potencial" para desarrollar las energías limpias, pero lleva un retraso de más de 20 años. "Los organismos internacionales, la ONU, los países de la Unión Europea, los científicos y hasta una encíclica del Papa alertan contra el cambio climático; todo el mundo está de acuerdo en que hay que apostar por las renovables, todos menos Soria y Clavijo", apuntó.
Ramírez acusó al ministro de Industria de "mentir y chantajear a los ciudadanos cuando dice que Gran Canaria perderá 300 millones de inversiones si no apuesta por el gas, como hace en la Península al advertir con una subida del recibo de la luz si no se construye un silo nuclear en Cuenca". El portavoz de NC también cargó contra el presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CEE), Agustín Manrique de Lara. A su juicio, el dirigente de la patronal "está mintiendo al decir que si se construye la regasificadora en Tenerife será allí más barato el recibo de la luz, pues hay sistema general de precios eléctricos para todos los españoles".
Por el PSOE, Ángel Víctor Torres, afirmó que "decir hoy que 'no' a la regasificadora es decir 'sí' a las energías limpias", al tiempo que acusó al PP de bloquear el desarrollo de las renovables.
En el mismo sentido se pronunció el portavoz de Podemos, Miguel Montero, quien señaló que, además de la central hidroeléctrica de Chira-Soria, una energía de refuerzo puede ser la geotérmica. "Y luego está el asunto de la seguridad, que no es menos importante, porque salvo una venada que le dio a un alcalde de Las Palmas de Gran Canaria que por suerte ya no está [Juan José Cardona], nadie quiere tener una planta regasificadora cerca de su casa", subrayó.
Felipe Afonso, portavoz del PP, criticó que la moción del gas se llevara por urgencia y aseguró que "el tapón a las energías renovables no está en el Gobierno central, sino en la Cotmac, que dice que 'no' a todas las propuestas que le llegan".
Bravo de Laguna, líder de Unidos, optó por la abstención porque consideró que "aún no están claras las ventajas e inconvenientes del gas", mientras que el portavoz de CC, Fernando Bañolas, anunció primero que iba a apoyar la moción y luego se abstuvo. No obstante, dejó entrever que Clavijo dará hoy por cerrada esta pugna. "Es Gran Canaria la que tiene que decidir y no pasará nada si decimos 'no' a la regasificadora", concluyó.
