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Mogán

Los últimos vecinos de Tauro

La playa de callaos se convertirá en unos meses en una costa de arena por obra de una empresa privada

Los últimos vecinos de Tauro

Vecinos de la playa de Tauro como Isabel Sagra exponen su situación al afirmar que no está de acuerdo con la modificación de la playa. "Creo que ya hay muchas playas para los ricos, que nos dejen algo para los pobres. En cuanto arreglen la playa supongo que nos quitarán las viviendas", confiesa.

Isabel lleva 17 años viviendo en la zona y llegó hace más de 40 años a Canarias desde la Península. Con sus 67 años está jubilada, pero trabajó durante muchos años en el Hospital Materno Infantil como limpiadora. Isabel es consciente de que no es la propietaria del terreno, "esto no es mío, yo pagaba un alquiler al camping. Yo he pagado impuestos toda mi vida y tengo derecho a tener una playa". Además, sostiene que los turistas que vienen en caravana "también tienen derecho a disfrutar, porque viene la policía y las quitan. A mí no me molestan, siempre y cuando recojan su basura. Además, todos los vecinos de la zona tienen la misma opinión, hay gente que lleva aquí 40 y tantos años, que esto era de sus abuelos. Yo tengo mi vivienda en Las Palmas y no me veré en la calle, pero ¿ellos qué? No saben que van a hacer cuando les quiten esto".

Isabel cuenta que en las construcciones disponen de agua mediante almacenamiento en varios bidones, lo que hace que se acumulen en los tejados de las edificaciones, colaborando a un paisaje chabolista "si les molesta la forma en la que lo tenemos que nos lo dejen arreglar. Y que nos den agua y no tenemos que tener tantos bidones. Yo vengo y voy, pero aquí hay personas fijas que las tienen sin agua y sin luz, con varios bidones en los tejados y la luz enganchada a la cometida".

Juan Andrés Ramírez Díaz es uno de los vecinos de Isabel. Tiene 55 años y trabaja fregando en un hotel en Taurito, aunque lleva seis meses de baja por unas descalcificaciones en el hombro. Juan Andrés considera que la modificación de la playa "es un abuso, llevamos aquí muchísimos años, ya tenemos un estatus de vida, aunque no sea lo mas cómodo. De todas maneras es nuestra casa". Juan Andrés vive en la zona desde hace 19 años y también sabe que el terreno no es suyo "somos conscientes de lo que hay, pero también hay que ser conscientes de que somos personas y debemos de estar una casa más o menos digna y no estar tampoco en las condiciones que estamos, que son un poco precarias. No deberíamos vivir de esta manera, sino algo más humanitariamente hablando, con lo básico, agua y luz directa".

Juan Andrés insistió en la buena relación entre los vecinos "nos apoyamos unos a otros, es lo que hay en este sitio. Con la modificación de la playa habrá trabajo para mucha gente y eso para quien sea contratista u obrero le irá muy bien. Pero a mi no me vendría bien porque me echarían de mi casa, que es lo único que tengo. Yo no niego que esto no sea nuestro, pero es algo que llevas en el corazón, es mi hogar". Juan Andrés, al tener un salario fijo, podría permitirse un alquiler, pero cuenta que no tendría suficiente dinero para comida y transporte. Este residente destacó también el buen mantenimiento que han mantenido entre los vecinos "aquí no hay problemas de saneamiento, todo lo que podemos lo tenemos pulcro, la prueba está en el mismo callejón que está limpio. Si nos echan algún día de aquí, que nos den algo, que nos busquen una solución. Yo estoy empadronado en Mogán desde hace muchos años y no quiero irme de aquí, de donde es mi sitio, mi municipio".

Los turistas que visitan la playa de Tauro con sus caravanas solo podrán disfrutar de la zona hasta que comience la obra los próximos meses. Rubén Barrios Viera es un habitual de la playa de Tauro. Viene con su mujer, sus dos hijos, su perro y su caravana "desde hace siete u ocho años. Esta es una de las pocas zonas del sur en las que podemos venir con la caravana sin que te eche la policía o te multen. No es tan turístico, no es el típico turismo de sombrilla y hamaca, esto es lo que nos ha dado la isla y lo vamos a aprovechar. Yo preferir que la playa se quedase como está sin dudarlo. Trabajo en Las Palmas y vengo cada vez que puedo, aunque no me queda de paso".

Joshua Rodríguez Guerra es el camarero del restaurante Vistamar, situado en primera línea de la playa de Tauro. Lleva dos años trabajando en el restaurante y cuenta que "el negocio funciona bien, a los turistas les gusta esto, no están de acuerdo casi ninguno en que se tire la playa, porque verdaderamente esto es lo que buscan ellos, no hoteles y más hoteles. Si vienen a Canarias es que quieren Canarias, no hace falta traer arena blanca para que parezca esto las Bahamas o Miami, no quieren nada de eso. El propietario del local tampoco está de acuerdo con que se modifique la playa y no sabe cual será el futuro de su negocio".

Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán y concejala de Playas, aclara que no conocía la situación de viviendas de estos vecinos, "pensaba que sí tenían luz y agua fijas". También señaló que el Ayuntamiento no tiene potestad para compensar económicamente a los vecinos de la playa de Tauro por sus viviendas, ya que "es un terreno privado. Será el propietario quien tenga que compensarles". Frente a la petición de los vecinos de la playa de Tauro de una opción de vivienda, la alcaldesa explica que "en el municipio de Mogán solo quedan tres viviendas sociales vacías y no están disponibles. Esto es lo que tengo entendido, porque aún no he llegado a ese capítulo. Las viviendas sociales de Mogán van a entrar en sorteo en el Gobierno de Canarias, por lo que no tenemos margen de maniobra".

En cuanto a los visitantes que se acercan a la playa de Tauro con su caravana, la alcaldesa apunta que "Mogán prácticamente no tiene capacidad para acoger este tipo de turismo en lo que es la costa. Nuestras playas no cumplen los requisitos para albergar vacaciones de camping".

La nueva playa tendrá una longitud próxima a los 300 metros y un ancho de 50 metros, unas medidas que casi duplicarán la extensión actual. Además de la modificación de una playa de piedras por una de arena se le unirá, a medio plazo, un puerto deportivo para 400 atraques, varios complejos hoteleros -que sumarán unas 7.500 camas- y una superficie comercial de 18.000 metros cuadrados.

La construcción de la zona transformará el barranco de Tauro, que ha experimentado en los últimos años un gran desarrollo urbanístico. Así, el valle de Anfi Tauro se convertirá en una realidad tras casi 20 años de espera. El grupo Anfi ha tardado casi dos décadas en conseguir todos los permisos administrativos para desarrollar esta iniciativa que contemplará un paseo marítimo que unirá la playa del Cura con Amadores.

La modificación de la playa de Tauro se verá antes de acabar el año y supondrá una inversión superior a los seis millones de euros. La adjudicación del proyecto de esta nueva oferta turística al grupo Anfi se prolongará al menos durante los próximos 50 años.

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