Guía vivió una noche de fantasía que se trasladó a las novelas del siglo XIX, y que depararó muchas sorpresas.

Abrió el espectáculo el pasacalles de papagüevos, las animadoras dirigidas por Alba García y la batucada La Santa Star. A partir de ese momento toma el protagonismo el espectáculo teatral. La obra se incia con la presencia de un escritor que, "falto de inspiración, acude a Guía, pues sabe que una noche al año, en las calles del lugar, una serie de musas conviven con la Luna". El escritor las requiere para poder escribir la novela perfecta, que da nombre al título de la cabalgata. De esta forma, una de las musas se apiada de él, y lo lleva por un viaje mágico a través de la literatura más ingeniosa y fantástica jamás escrita. De repente, se ve envuelto en una aventura llena de moralejas, princesas y brujas, o viaja directamente a las inquietantes calles del Londres Victoriano, para después recalar en un tenebroso castillo, del que saldrá con una idea nueva sobre el amor, pero más sorprendente será para él ver como se puede ser gigante o enano de repente, como por arte de magia, para acabar viajando por el fondo del mar con la amenaza de un gigante ser de las profundidades.

Este viaje será, para este escritor, el principio de su vida artística y su encuentro con las musas, con su destino y la virtud que lo acompañará siempre. Y todo, "gracias a los habitantes de Santa María de Guía". Solo en el último instante, el público descubre que el escritor es Benito Pérez Galdós.

A continuación regresan todos los personajes literarios que viajan en los carruajes.

Las cinco carrozas, al que igual que el vestuario de actores y figurantes de la cabalgata, fueron diseñado por Tanausú Mendoza, con la ayuda de Juanjo Caballero; apoyado por la Escuela de Actores de Canarias, artífices del guión, la dirección y puesta en escena del espectáculo. El Ayuntamiento destaca también el trabajo de equipo de costureras dirigido por Natalia Santana, y los tocados de los actores y el maquillaje de fantasía, de Pedro Santana e Israel Arvelo.

El origen de la cabalgata de carrozas se remonta al año 1908, con la presencia de los primeros cuatro carruajes engalanados en las fiestas patronales de Guía. Durante décadas se han sucedido personajes del mundo animado, cisnes, rocieros y todo tipo de temáticas, que han ido acompañados de personajes ataviados con su temática. A partir de los 90 del pasado siglo se complementó con un espectáculo teatral en el frontis de la iglesia.