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Norte El calvario de los accesos a Las Palmas de Gran Canaria

17 kilómetros en hora y cuarto

Miles de conductores sufren a diario un atasco que llega ya desde el puente de Silva a la capital

17 kilómetros en hora y cuarto

Los atascos arrancaron ayer en el Puente de Silva, en Guía, y en la salida del casco de Arucas. Miles de automovilistas sufren una odisea cada mañana en la autovía del Norte para poder llegar a sus trabajos y colegios en Las Palmas de Gran Canaria: hay quien empleó una hora y media desde Gáldar hasta el desvío del hospital Dr. Negrín, en un trayecto que se puede cubrir en media hora. O quien sale de Arucas poco después de las siete para poder estar a las 8.15 horas en supuesto de trabajo. Los conos aparecieron ayer en algunas incorporaciones, sin resultados visibles, ya que muchos afectados necesitaron una hora y cuarto para desplazarse apenas 17 kilómetros. En cambio, los afectados reivindican que los guardias civiles y policías locales se metan en el asfalto para agilizar la circulación.

Casi dos minutos y medio completamente parados dentro de sus vehículos. Son las siete de la mañana y la saturación de la carretera a la altura de la Granja del Cabildo impide mover el coche, tanto para quienes bajan de Arucas como para los que vienen del Noroeste. La situación se repite en sucesivas ocasiones. Pero no sólo en ese punto concreto. Es el atasco matutino que, según los vecinos de la comarca, se viene repitiendo desde septiembre para quienes tienen la intención de llegar a la capital pasando por una autovía que soporta de media 35.000 vehículos diarios por calzada.

Hasta cuatro motoristas de la Guardia Civil pasan de un lado a otros por estos 'puntos negros', pero sin mediar en la circulación, a pesar de la petición de los alcaldes y del Cabildo de Gran Canaria, a la que se suman los afectados. De momento, en algunos cruces como la salida de la Granja se han colocado conos para alargar hasta e final la incorporación de los coches que bajan de Arucas hacia la autovía. Pero, según los conductores, es poco eficaz. Desde el Noroeste, la primera parada obligada comenzaba casi a la altura del Puente de Silva, en Guía, sobre las siete. A partir de ahí, las pausas son permanentes.

El resultado es casi una hora y cuarto para cubrir unos 17 kilómetros, cuando un día normal se recorre en menos de media hora. La situación es similar para los conductores que bajan desde Arucas. Incluso, sobre las nueve sigue estando el tapón por encima del parque de bomberos del Consorcio de Gran Canaria (en la futura conexión con la Circunvalación). Y no es mejor en la rotonda de Cardones y Trasmontaña, que es otro de los 'puntos críticos'.

Las experiencias dentro del coche son coincidentes. "Con estas retenciones llegas cansada y estresada al trabajo. No sólo nosotros, sino también los estudiantes. Esto parece ya la época de la Universidad en la que tenías que salir a las cinco de la mañana para entrar a tiempo a clase. Y, claro, así no se puede rendir igual", manifiesta la auxiliar de enfermería Ángeles González. Ella salió sobre las 6.40 horas de Sardina de Gáldar, y se tuvo que detener brúscamente sobre las 7 en el puente de Silva. A partir de ese momento se vio obligada a ir a marcha lenta y con paradas hasta Las Palmas de Gran Canaria. Tuvo que avisar a sus compañeros de que iba a llegar tarde al trabajo. Lo normal es que entre antes de las ocho, para así intercambiar información en el centro hospitalario con el turno saliente. Pero ayer llegó un cuarto de hora tarde, y no hace mucho con media hora de demora. Ángeles González lamenta que no existan policías para acelerar la circulación. "Siempre hay retenciones, pero hace mucho tiempo que no veo unas como las de ahora", relata.

El abogado Alcibíades Cabrales deja su casa de La Palmita, en Arucas, sobre las seis y media para adentrarse en la vía de Cardones. Su objetivo es estar a las ocho en La Minilla. "Soportamos un triple colapso: el de Cardones, la rotonda de Trasmontaña y la autovía". A su juicio, la única salida es que los guardias se coloquen en esos puntos, ya que la experiencia así lo demostró. Además, apunta que existen curvas sin visibilidad y si aparecen guaguas tienen que retroceder, perturbando la circulación.

Juan Bolaños salió de Gáldar a las 6.30 de la mañana y cogió el desvío del Hospital Dr. Negrín a las 8. Es decir, unos 90 minutos para hacer 25 kilómetros. Lo normal es una media hora. En su caso, propone habilitar con conos otro carril en las incorporaciones, los carriles reversibles y una mayor colaboración de los guardias civiles. "Soluciones hay, pero no las quieren ver". Cecilia Perdomo salía antes de Santidad, en Arucas, a las 7.30 horas, y media hora después ya se encontraba aparcando en el Muelle Deportivo. Ahora tiene que salir a las 7.10 horas, para incorporarse a la autovía sobre las 7.50 horas, para llegar al trabajo en el Colegio de Trabajadores Sociales entre las 8.15 y 8.20 horas. Es decir, cerca de una hora y diez minutos, cuando antes lo hacía en media hora.

Los conductores coinciden en que los atascos se ha venido multiplicando desde el mes de septiembre. Y las obras de la cuarta fase de la Circulación, a la altura de Las Mesas, en Tamaraceite, han acrecentado el problema en la costa. Esto último sólo se solucionarán en Navidades. Pero el Cabildo espera que en abril se inaugure la cuarta fase de la Circunvalación, y pueda poner remedio definitivamente a estos atascos.

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