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Opinión

El primer hotel del Sur cumple medio siglo

El Hotel Folías, en San Agustín, es uno de los iconos de la zona turística Maspalomas Costa Canaria

El primer hotel del Sur cumple medio siglo

Se cumple medio siglo de la inauguración del primer hotel de la zona turística Maspalomas Costa Canaria: el Hotel Folías, en San Agustín. Y, al mismo tiempo, también de aquella aventura o locura, como fue tachada por muchos, que lideró el empresario y visionario Francisco Díaz-Casanova, aventura en la que no estuvo sólo, le acompañaron otros siete visionarios más: Manuel Montenegro, Manuel de la Peña, Manuel Álvarez, Pedro Hernández, Arístides Jaén, Ulises Medina y Fernando Cardoso. Parece ser que la magia del siete se empleó a fondo en aquellos inicios de nuestra zona turística, pues si esta cantidad de aventureros fueron los que acompañaron en la odisea a Díaz-Casanova, también fueron otro tanto los suecos que acompañaron a Sven Kviborg, en la primera inversión extranjera en Maspalomas (el "grupo de los siete", les llamaban en Suecia).

Para ponernos en situación, nos remontamos al Concurso Internacional de ideas, convocado en 1961 y fallado al año siguiente, a favor del Proyecto del atelier As Atea+Setap. Se inician las obras de la urbanización el 15 de octubre de 1962, con la plantación de la famosa estaca de replanteo topográfico y, en primer lugar se construyen, con capital netamente canario, de la familia Castillo, el restaurante "La Rotonda" y el complejo de bungalós "Los Caracoles"; éstos se inauguran en marzo de 1964 y, a partir de ese momento, prolifera un hervidero de chalets, bungalós y apartamentos, en las urbanizaciones de San Agustín, Puerto Rico, El Veril, y Playa del Inglés; no en vano Alejandro del Castillo tuvo una inteligente y solidaria idea: poner en venta algunas parcelas urbanizables a precios bastantes asequibles. La respuesta fue inmediata; a decir del propio Francisco Díaz-Casanova, hace unos 20 años: "casi toda la clase media y alta de la capital colocó las perrillas ahorradas procedentes de la producción platanera y de las más diversas profesiones, en la adquisición de un apartamento, un bungaló o un chalet" en el sur.

Mientras esto pasaba, se iban tejiendo toda clase de iniciativas encaminadas a sacar provecho de la novedosa industria turística que surgía "allá en el sur". De esta manera Francisco José Díaz-Casanova Marrero, le encargaba al prestigioso arquitecto Manuel de la Peña un proyecto para construir el legendario primer hotel de la urbanización Maspalomas Costa Canaria: el hotel Folías y éste lo afronta con la colaboración de Ulises Medina y Fernando Cardoso; se coloca la primera piedra en el año 1963 y se construye el hotel, de ocho plantas, con una curiosa particularidad: en la azotea hubo de habilitarse dependencias para acoger a los propios empleados, única manera de mantener a los cuarenta empleados del hotel por aquel entonces.

Mucho se ha hablado y queda por hablar de la obra de Manuel de la Peña, el arquitecto más relevante de la arquitectura moderna en Canarias, aquí vamos a destacar aquel empeño que siempre ponía en converger en torno a su arquitectura las mejores expresiones plásticas de los artistas de la isla, es por eso que incluye en el proyecto cinco obras de arte (cuatro de ellas expuestas previamente en la sala "Módulo", de las Palmas de Gran Canaria); ellas eran: "Animal de fondo" de Millares; "El Viento", una espiral de Martín Chirino; "Tapiz", de César Manrique y el boceto de un mural de 6,75 metros de longitud y 3,50 de alto, de Pepe Dámaso. La quinta pieza sería un mural hecho in situ sobre muro de bloque, de Manrique.

Cada vez que hacemos mención a los edificios de nuestra zona turística que hoy hubieran sido un referente en la arquitectura nacional, puede parecer que nos apasiona regodearnos en la negatividad, pero es que no nos queda otra: La Rotonda, Los Caracoles, El Abanico, el Hotel Maspalomas Oasis, el Templo Ecuménico, la Iglesia de San Fernando, etc., fieles a los parámetros de modernidad que les imprimía de la Peña; muchos de ellos han desaparecido bajo la implacable pala del tractor y los que quedan en pié, no tienen ni punto de comparación con la idea originaria de su concepción.

Por ejemplo: el hotel Folías, que nos ocupa en esta columna, era bello en su concepción, elegante en sus formas y, hasta el modelo de tipografía para su nombre en la fachada, se extrae de la utilizada por los hermanos Miguel y Néstor Martín Fernández de la Torre, en el Pueblo Canario y se le busca el nombre que mejor reflejaba la cultura e idiosincrasia del pueblo canario: el folclore.

Después de pasar una etapa como Aparthotel, ya no es ni reflejo de aquella obra emblemática de la arquitectura moderna española. Y lo malo de todo esto no es que nunca hayan habido órganos que se encarguen de cuidar y mimar estas cuestiones, lo malo en verdad es que ahora mismo tampoco están y, ni se les espera; por lo que la ética, la estética, el buen gusto y el respeto a un patrimonio (reconocido o no) de nuestra zona turística que, supuestamente es, (-o debería ser-) de todos, se encuentra en el mayor de los desamparos.

No obstante ello, es justo reconocer que, si un verdadero hito fue aquella hazaña de 1965, no lo fue menos la que llevaron a cabo los actuales administradores y propietarios; presididos por el entusiasta e incombustible José Hernández Barbosa, superando la crisis de 2011 y, tal Ave Fénix, renacen al Folías de las cenizas en que, literalmente estuvo inmerso y luchan día a día, por un futuro que se vislumbra prometedor.

Por ejemplo: en 2012, coincidiendo con el 50 aniversario de la urbanización de la zona turística Maspalomas Costa Canaria, la propiedad del Folías, tuvo un gesto encomiable trasladando desde los bajos del hotel (un comedor), el archifamoso mural de Dámaso "Cosmos", que perduró en el semiolvido, sin dársele el valor, la vistosidad y la ubicación adecuada, durante cuarenta y siete años; por lo que, con el visto bueno, el asesoramiento y algún que otro retoque del artista Pepe Dámaso, se ubicó en hall de Recepción, para uso y disfrute de clientes e incluso, visible desde la calle, para recreación de toda la ciudadanía. Así se da la curiosidad que una obra de Dámaso está datada con dos fechas "Dámaso 1965/2012".Puestos en situación es momento de rememorar lo que sucediera aquel jueves, día 16 de diciembre de 1965, en que se convocan a casi un millar de invitados para, en el transcurso de una brillante gala, inaugurar el tan ansiado hotel Folías.

Sobre la lista de invitados, se cuenta la anécdota que, como los propietarios se habían gastado "las perrillas", en la construcción del hotel, no tenían dinero suficiente para invitar a mucha gente y no se ponían de acuerdo sobre los invitados, decidieron invitar a todo el mundo; pero eso sí, la hicieron a mitad de semana y a las siete y media de la tarde y con la exigencia de smoking, imaginando que con todo esto y al ser tan lejos, la gente no iría. El asombro les vino cuando comprobaron que asistía todo el mundo, se llenó el hotel y no quedó ni un trozo de pan. "Fué Las Palmas entera y eso en aquella época era una locura".

Es así como se congregan en San Agustín-Maspalomas, la flor y nata de la sociedad canaria, entre las que se encontraban además de los propietarios, el Gobernador Civil y Jefe Provincial del Movimiento, Antonio Avendaño Porrúa; El alcalde Las Palmas, José Ramírez Bethencourt; el delegado de Trabajo, García Alvarado; el secretario de la delegación provincial de Turismo Pantaleón Quevedo Vernetta; Manuel Guersi, presidente de Horesa, arrendataria del establecimiento; el director del hotel Folías, Ronald Cachemaille, el arquitecto Manuel de la Peña y su equipo de colaboradores. No lo recoge las crónicas de la fecha pero, supuestamente también estaría el alcalde acctal, del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana por aquellas fechas, Antonio Martín López.

El espléndido y casi poético reportaje del rotativo "Diario de Las Palmas", que nos brinda las hemerotecas empezaba así: "El Hotel Folías de armoniosas líneas, destaca airosamente su edificio blanco, de fuerte sabor castellano,, tanto de la tierra gris-pardilla en que se asienta, como del azul reverberante del mar cercano". Y, con reportaje fotográfico de Hernández Gil nos desgrana detalladamente lo acaecido en aquella noche maspalomera, haciendo especial hincapié en el excelente buffet obra del cocinero de la "Royal Air Maroc" Chouihi Said, cedido expresamente por la citada compañía aérea, en el que destacaba un exquisito asado de cordero, denominado "michoui".

Además, nos hace un recorrido por el arte que se repartía por todas las instalaciones, obra de los más prestigiosos artistas canarios como ya detallábamos más arriba y nos cuenta que se remató aquella mágica noche con lo que se denominó "Champán en las estrellas", servido en la última planta del hotel, con el cielo como techo; o sea, un "chill out", de mitad de los años sesenta del siglo y milenio pasados.

Esta columna dedicada a las Bodas de Oro del Hotel Folías, uno de los iconos de la zona turística Maspalomas Costa Canaria, no podía finalizar de otra manera que dándole las felicitaciones a la Comunidad de Propietarios y a su presidente Hernández Barbosa; a la entidad explotadora: "Contur Folías, S.L."; a todos y cada uno de sus empleados y, por supuesto a su joven, eficaz y competente directora Elena Quintana Correa, quién vaticina un futuro prometedor al Hotel Folías, garantizado por el apoyo de Touroperadores como Thomas Cook, Alltours y, con el Desarrollo y la Innovación que exige los nuevos tiempos, con las reservas on line a través de Jumbo Canarias, entre otros.

Por nuestra parte, desear y desearles a todos que nunca más se vuelvan a ver en aquella tesitura de 2011. El hotel pionero de nuestra industria turística: el Folías, ni se lo merece, ni se lo puede permitir.

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