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Entrevista

Trapero: "Las décimas del Archipiélago nos hermanan con los hispanoamericanos"

"Canarias es el único lugar de España en el que la utilización de esta estrofa constituye un género folclórico", destaca el Catedrático emérito de Filología Española de la ULPGC

Maximiano Trapero, ayer, en la presentación de su última obra. SABRINA CEBALLOS

Presenta usted la obra Origen y triunfo de la décima. Revisión de un tópico de cuatro siglos y noticias de nuevas, primeras e inéditas décimas

Lo que ocurre con las décimas es la cuestión del tópico, que todo el mundo decía, y yo decía, que habían sido creadas por Vicente Espinel, y por eso se las llama espinelas, pero hemos descubierto un poema escrito en perfectas décimas 80 años antes que Espinel. Ya es difícil retirar el nombre de espinela porque está metido en la cultura de todos los españoles, pero hemos de saber que su invención no es de él, sino de otros autores.

¿Dónde ha dado con el texto?

Se trata de un pliego suelto, desconocido totalmente en la Literatura Española, que se encuentra en la Universidad de Cambridge.

¿Es otro tópico pensar que Canarias tiene una especial deferencia por la décima?

La décima surgió como una estrofa más de la poesía española, como lo es la octava o el cuarteto. Cada una de ellas tiene su propio origen e historia, pero ocurre que aquí se convirtió en una de las más preferidas.

No será por su sencillez.

Por las virtudes que ofrece. No es nada sencilla, al contrario, tiene un sistema de rimas cruzadas muy complejo, pero ofrece la musicalidad que le otorga la estructura de sus rimas, y esa es su gran virtud, como también la manera de repartir los distintos periodos sintácticos. Así se convirtió en una de las estrofas más practicadas por los poetas del Barroco, por Quevedo, Cervantes, Góngora... los principales. Y el triunfo de la décima, y de ahí el título, lo adquirió porque fue el metro predilecto para las justas poéticas de la España del siglo XVII. Ahí fue cuando se dio a conocer al público. Es decir, que nace en el siglo XVI y triunfa en el XVII.

Como literatura culta.

Muy culta, en la época del Barroco. Pero entonces se produce un cambio, cuando se convierte en popular, un fenómeno de la segunda mitad del siglo XVIII en el que se comienza a practicar de manera improvisada.

Ajá, y ahí empieza el meneo, ¿a qué sí?

Es ahí cuando se hace folclórico.

Especialmente en las islas, ¿no es así?

Canarias es el único lugar de España donde las décimas constituyen un género folclórico. Ojo, y en toda Hispanoamérica.

¿Usted cree que esto nos hace distintos, o nos podemos quedar tranquilos?

Si quiere usted decirlo en este aspecto sí que somos distintos, y sobre todo porque nos hermana con los hispanoamericanos.

Además de constituir con el paso de los siglos un divertido vehículo de la memoria oral, a tenor de sus letras.

Sí. Hasta entonces la memoria oral se vertía en romances, que son sustituidos a partir del triunfo de la décima.

Y un ligamento memorístico.

Eso es así.

¿Qué me dice usted de "cuentan de un sabio que un día, tan pobre y mísero estaba, que sólo se sustentaba de unas yerbas que cogía"?

Pues que "¿habrá otro, entre sí decía, más pobre y triste que yo? Y cuando el rostro volvió halló la respuesta, viendo que iba otro sabio cogiendo las hojas que él arrojó". Esta décima, que es de Calderón de la Barca, La vida es sueño del siglo XVII, es una de las prototípicas, de las mejor escritas nunca.

Aquí va otra, para ver si observa alguna sustancial diferencia. "Tengo que ponerme a dieta porque de tanto engordarme, casi no puedo agacharme ni subirme la bragueta".

(Risas). Esta es de Yeray Rodríguez, y es un ejemplo de cómo la décima ha buscado su lado humorístico. Hay que decir que Yeray es un miembro más de la tradición decimista, que ha superado a todos los demás para convertirse en el mejor representante de la improvisación.

Con lo cual no se trata de un género muerto.

No, no, no. En Canarias es un género campesino, rural, hasta entonces de limitados vuelos poéticos, pero que con Yeray ha dado un salto cualitativo muy importante.

Quizá porque nos pasamos de bullangueros.

No tiene por qué. En la Península también existe la improvisación con la quintilla, estrofas de cinco versos, y son tan bullangueros como canarios o cubanos. Además la décima tiene todos los registros imaginables, puede ser irónica, sí, pero también sentenciosa o filosófica, con muestras admirables como la de los payadores argentinos que utilizan la improvisación para la reivindicación de justicia social con un papel muy importante.

La verdad es que causa cierto asombro la complejidad de una investigación como la que usted recoge en este libro. ¿Cuánto ha tardado?

Dos años.

¿Pero dónde ha ido usted a rebuscar décimas?

Yo llevo dedicado al tema de las décimas desde hace mucho tiempo, y un buen día me pregunto muchas cosas y comienzo a tirar del hilo. Para buscar respuestas visito mucho la Biblioteca Nacional o a través del Servicio Bibliotecario de la ULPGC pido libros en la Biblioteca de Londres, o como la que ya cité de Cambridge. Solicito obras, impresos, y así se va armando.

Seguro que está tramando uno nuevo.

Un diccionario de topónimos guanches, que será un libro de 2.500 páginas.

Pues ya son guanches.

Es que la toponimia guanche es muy desconocida. Conocemos una cantidad limitada, como son los nombres de los pueblos, pero no de barrancos, roques o pequeñas montañas del conjunto del archipiélago que tienen tanto de cualidad prehispánica como Bentayga o Veneguera. A partir de entonces realizo una investigación a pie de esos barrancos y montañas recopilando la toponimia canaria.

En resumen, que deja usted la lupa en la mesa y la aparca por el bastón.

Pues sí, que es lo que a mí gusta, de la biblioteca al campo, y del campo a la biblioteca.

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