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Honores y distinciones del Cabildo Roque Nublo de Solidaridad Internacional

Los ángeles de Tete

Luis Mateo López Rivero, doctor en Medicina y Cirugia, impulsa la formación de 200 facultativos en una universidad de Mozambique

Los ángeles de Tete

La bandera de Mozambique (verde, negro, amarillo, blanco y rojo) destaca por incluir, entre otros emblemas, un fusil ruso AK- 47 como recuerdo de la lucha popular por la libertad. Junto a una estrella y una azada, en representación del socialismo y la agricultura, respectivamente, la enseña de la república del sureste africano también luce un libro como símbolo de la educación y ahí, sobre las páginas de todo un emblema nacional, escribe el grancanario Luis Mateo López Rivero (Teror, 1959), al frente de un proyecto de cooperación internacional para el desarrollo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Zambeze.

Doctor en Medicina y Cirugía, además de licenciado en Historia, Luis López recibirá a finales de la próxima semana la distinción Roque Nublo de Gran Canaria en Solidaridad Internacional por parte del Cabildo en reconocimiento a su tarea en las aulas y quirófanos de la ciudad de Tete. "No es falsa humildad ni una pose, de verdad, me da mucha vergüenza y no será un momento agradable, pero es bueno para el proyecto", admitió ayer en su despacho como jefe de la sección de cirugía torácica del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria.

"Su labor asistencial y docente ha sido siempre acompañada de una gran vocación de ayuda altruista hacia los países africanos con menos recursos", destacó la corporación insular sobre López Rivero al anunciar los honores y distinciones de 2016. Mediante su "interesantísima y fructífera labor" en la Unizambeze, según las mismas fuentes, se licenciarán como médicos un total de 200 mozambiqueños al finalizar el periodo 2011-2017.

"Hay poca gente como él"

"Necesitaba un reconocimiento, gente como él hay poca, con su tesón, no pierde la ilusión ni las ganas, pese a todas las adversidades, mantiene una lucha desinteresada con abnegación total", alabó su colega José Armas, precisamente, entre los responsables de la candidatura de Luis López al Premio Canarias 2016 en su modalidad internacional.

A juicio de Armas, participante en el proyecto de Unizambeze desde 2012, los alumnos mozambiqueños "rodean y miran [a López] como un ángel salvador. Hay muchas iniciativas para operar en África, pan para hoy y hambre para mañana, pero este proyecto es completamente diferente, seductor, no es llevarles el pescado, sino la caña y enseñarles a pescar, es formar médicos para una población desasistida en uno de los 10 países más pobres del mundo".

Ahora viaja para enseñar a curar, adaptación médica del proverbio chino sobre el pescado y la pesca, aunque López Rivero también viajó solo para curar durante sus inicios en la cooperación internacional, allá por 2000. "Tenía vocación desde siempre, pero hasta los 40 años no estaba en condiciones vitales de dedicar el tiempo necesario", recordó el galeno terorense y padre de dos hijos sobre su tardío estreno como voluntario en África.

Tras cursar un máster internacional en Medicina Humanitaria, un año de clases entre Londres, Madrid, Alicante y Oporto, Luis López arrancó, precisamente, en Mozambique, con una estancia de un mes en un pequeño hospital gestionado por monjas combonianas al norte del país. En su opinión, "el máster ayudó mucho a que me sintiera cómodo, necesito tener esa seguridad que me da la formación para arrancar, no hubiera sabido hacerlo de otra manera, aunque también es importante para las primeras experiencias estar arropado por una ONG [organización no gubernamental] internacional o local".

Después del estreno en la excolonia portuguesa, la labor asistencial de López Rivero continuó a lo largo de diferentes semanas y meses durante un decenio por países africanos como Mauritania, Namibia, Bostwana, Camerún, Angola o Chad, escenario de su momento más conflictivo en el continente al sufrir dos semanas de retención en el marco de un golpe de estado. Junto al también médico canario José Ángel García Hernández, "nos sacaron en jeeps hasta Camerún por una carretera secundaria con otros cooperantes italianos, pero al año siguiente ya estaba por ahí otra vez..."

Sostenibilidad a largo plazo

Finalmente, la colaboración de Luis López giró de la asistencia a la docencia al coincidir, en un encuentro internacional universitario celebrado en Gran Canaria a final de 2010, con el rector de Unizambeze y conocer las carencias en profesorado para el segundo ciclo de medicina en las aulas de Tete. "Es una provincia con un médico cada 60.000 habitantes, como si fuera una proporción de 30 médicos para toda Canarias, con un cirujano, otro ginecólogo, dos pediatras y un internista, imposible que pudieran dar clases", detalló.

Tras el inicial apoyo conjunto de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, a cargo de los pasajes aéreos de los médicos, y Unizambeze, responsable de su alojamiento y manutención, el proyecto cuenta desde 2014 con la financiación de la Agencia Española para la Cooperación Internacional (Aecid). Anualmente, López Rivero convence a 40 colegas para impartir clase durante dos semanas o un mes en Tete y, además, los diez mejores alumnos vuelan hasta Gran Canaria para completar su formación con el objetivo de "lograr la sostenibilidad del proyecto a largo plazo, que funcione con ellos solos".

Para Luis Mateo López, "los vínculos son enormes, no sabía verlo desde el principio, pero cuando formas a profesionales creas una interrelación permanente". El Roque Nublo en Solidaridad Internacional no se consideró "especialmente generoso", al contrario, casi afirmó desarrollar por "egoísmo" su altruista labor en Mozambique: "Me gusta y aprendo un montón, porque aprecias lo que tienes, se valora más, ellos son capaces de disfrutar más con muy poco, vitalmente es una enseñanza muy grande".

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