El servicio de podología que ofrece el Ayuntamiento de Mogán acaba de celebrar su decimoprimer aniversario. ¿Con qué finalidad nació la iniciativa?
Efectivamente, el servicio acaba de cumplir 11 años. Sin embargo, el logro no solo atiende a la trayectoria del programa sino a que se trata de una iniciativa única en Canarias. Mogán es el único ayuntamiento de las Islas que ofrece un servicio de podología a su población a través de un convenio con el Colegio Oficial de Podólogos. La iniciativa nació con el objetivo de atender las necesidades de pacientes con escasos recursos, ya que la podología no figura en la cartera de prestaciones del Servicio Canario de Salud.
¿La Seguridad Social no cubre entonces esta demanda de la población?
No, si un paciente necesita acudir a un podólogo generalmente tiene que costearse una consulta privada. De ahí la importancia de este programa, que está subvencionado por el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Mogán.
¿Cómo surgió el proyecto?
La artífice de este servicio fue Pilar Marcos, una podóloga de Playa del Inglés que consiguió sacar a delante el proyecto justo antes de fallecer. Como por aquel entonces yo era presidente del Colegio de Podólogos, finalmente acabé yo al frente del programa.
¿Los cambios de gobierno que ha sufrido el municipio han afectado al funcionamiento habitual del servicio?
No, desde que comenzó se ha desarrollado de forma ininterrumpida con total normalidad. En este sentido, se ha de destacar la voluntad política que ha demostrado el municipio.
¿Cuántas personas han pasado durante este tiempo por su consulta de Arguineguín?
Cada ocho o seis semanas, según la demanda, solemos atender a una media de 25 personas. Desde que se inició el servicio hasta ahora he podido atender a más de 1.500 usuarios.
¿Ha aumentado la demanda del servicio desde 2005?
Sí, al principio solo atendíamos a una media de ocho o diez usuarios por consulta, ahora esta cifra se ha duplicado y a veces tene-mos que repartir las visitas en dos jornadas.
¿Cuál es el perfil de sus pacientes en Mogán?
La mayoría son usuarios con más de 65 años de edad. Aunque también atendemos a jóvenes o menores que sufren algún problema de movilidad. Y, sobre todo, a personas con diabetes. Además se trata de pacientes con escasos ingresos económicos, que previamente han sido seleccionados por el personal de los Servicios Sociales del municipio. Todas estas personas deben contar con una hoja de valoración médica en la que se recomiende su visita al podólogo.
¿La consulta es totalmente gratuita?
En algunos casos son gratuitas al 100% y en otros, dependiendo de las situación que presente el usuario, solo paga la mitad de una tarifa simbólica. Por poner un ejemplo, en Mogán los usuarios suelen pagar solo ocho de los 30 o 40 euros que suele costar una consulta privada.
¿Qué tipo de intervenciones son las más frecuentes?
Entre los servicios más habituales se encuentran el corte y el arreglo de uñas así como el tratamiento de callos, durezas y ojos de gallo. Si se detecta alguna úlcera o infección, se deriva al paciente a Atención Primaria o a consultas privadas. Aunque realmente lo que se pretende es evitar llegar a este tipo de situaciones a través de una labor de prevención. Es decir, las úlceras si no se detectan a tiempo pueden llegar a provocar la amputación de un pie. De ahí de la importancia de una detección temprana de esta enfermedad.
¿Acuden turistas también a su gabinete?
Sí y muchos. Ingleses, italianos, hindúes. He atendido a visitantes de los cinco continentes. Muchos de ellos llegan a traídos a la Isla por un turismo de salud y, si alguno presenta ingresos bajos o se encuentra en una situación de exclusión social, el ayuntamiento los deriva al servicio.
En casos en los que los pacientes no pueden desplazarse hasta a Arguineguín por problemas de movilidad, ¿contempla el servicio alguna alternativa?
Sí, en esos casos o cuando los pacientes viven en zonas rurales, como Veneguera o Barranquillo Andrés, suelo desplazarme hasta su domicilio. A veces tras este tipo de visitas regreso a casa con alguna bolsa de aguacates, papas o queso. Si me toca ir a Soria quiere decir que tengo suerte, porque allí puede que me espere la famosa tortilla de Pilar (risas).
¿Qué tipo de obstáculos ha tenido que sortear en Mogán durante estos años de profesión?
Lo más difícil durante este tiempo ha sido concienciar a la gente de la importancia que tiene un podólogo para el cuidado de sus pies. Muchas personas estaban acostumbradas a arreglarse las uñas con otro tipo de profesionales, que no pertenecen al ámbito médico. Hemos tenido que desarrollar en este sentido una labor de sensibilización entre la población para romper estereotipos y lograr que la gente acuda al especialista.
