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Entrevista

Viera: "Las abatidas han permitido que hoy podamos disfrutar de los pinares"

"En los años 50 los agentes forestales iban armados y el animal que estaba sin pastor se abatía directamente", rememora el biólogo y director de proyectos de Gesplan

El biologo Gustavo Viera, ayer durante la entrevista. JOSÉ CARLOS GUERRA

¿Las medidas que se han puesto en marcha para controlar a las cabras asilvestradas han dado resultados satisfactorios?

Hemos tomado diferentes medidas que se dividen en dos bloques. Por un lado está la captura de animales de forma pasiva, con trampas. La experiencia ha sido muy mala porque solo hemos podido coger a un animal. Y luego están las medidas intensivas, que son fundamentalmente dos: las apañadas y las abatidas con armas de fuego.

¿Y cómo han ido las otras medidas más directas como las apañadas?

Con las apañadas hemos hecho dos tipologías, una que es la retirada de animales en una zona puntual con pocas personas y con perros para enriscarlas y después capturarlas. El resultado que hemos obtenido es que con veinte actividades de este tipo hemos cogido 47 animales. Y después están las apañadas realizadas por pastores, que hemos hecho una numerosa dentro de los proyectos Life en Guguy. De 65 animales que se observaron, solo se pudieron coger dos, con lo cual los resultados han sido limitados.

¿Y en las abatidas?

En las abatidas hemos conseguido muy buenos resultados, y sobre todo en los aspectos técnicos han sido los que mejores logros.

Los expertos se decantan por las abatidas, a pesar de que socialmente tienen detractores en grupos de defensa de los animales.

Sí. Lo que hemos hecho nosotros en el mundo técnico y científico es, por definirlo de alguna manera, una tontería de perogrullo. La bibliografía, los documentos científicos y todos los estudios que se han hecho dejaban claro que la metodología más segura y la más eficaz era la abatida. Nosotros lo que pensábamos inicialmente era que esos animales podían tener alguna utilidad, que los ganaderos pudieran recogerlo y los utilizaran.

¿Y no ha sido así?

Cuando empezamos a hacer eso, los propios ganaderos en el proyecto de Inagua nos dijeron que no tenían ningún interés en estos animales porque estaban asilvestrados y tenían un carácter agresivo dentro de los establos. Las hembras que llevaban mucho tiempo en el campo ya habían perdido la capacidad de ubre, con lo cual no eran animales que les interesaran a los ganaderos para sus explotaciones.

¿El ganado guanil no tiene ningún aprovechamiento?

A partir de ahí nos pusimos a ver qué aprovechamiento podía tener para las personas. Hablamos con los ayuntamientos de Tejeda y Mogán para recoger animales y que ellos se encargaran luego de repartir entre las familias necesitadas para aprovechar la carne. Se hicieron todos los esfuerzos posibles para evitar medidas más drásticas, pero cuando vimos que no era eficaz lo que estábamos haciendo y que estábamos poniendo en riesgo a las personas y a los operarios de los proyectos, fue cuando definitivamente pusimos en marcha las abatidas.

Parece claro que las cabras salvajes ponen en riesgo la biodiversidad de la isla.

Efectivamente. Las dos universidades canarias han dejado claro que son animales que no son naturales de los ambientes insulares oceánicos, como Canarias. En esto hay mucha confusión porque no estamos hablando de ganadería en general sino de una especie en particular.

¿Una es defendible y la otra no?

Cuando hablamos del sector primario, de la ganadería, de los pastores, no tiene absolutamente nada que ver con las cabras asilvestradas. Los pastores son una herramienta fundamental del medio ambiente porque ayudan muchísimo a bajar combustible de determinados sitios para evitar los incendios forestales. Es una actividad que entendemos que es necesaria para el desarrollo económico de nuestro pueblo, pero tenemos otros espacios donde hay una biodiversidad muy alta con endemismos que están a punto de extinguirse y donde no pueden existir animales que no tengan dueños y no estén controlados, como las cabras asilvestradas.

¿Son compatibles las cabras con los espacios naturales protegidos?

Hay confusiones que he podido leer, como por ejemplo que en los espacios naturales protegidos no hay pastoreo. Eso es falso. Hay suelos que se están dedicando al pastoreo y que el 90% está en espacios naturales protegidos. No hay ningún problema de conservación ni con esos pastores.

¿Dónde radica el problema, entonces?

El problema radica, como ocurre con las serpientes, cuando la sueltas y están ahí sin control y haciendo daño. Es ahí donde tenemos que actuar.

No es lo mismo el ganado controlado de cabras que el guanil.

Efectivamente, no tiene nada que ver. El primero es positivo. En el servicio de Medio Ambiente del Cabildo hay una sección de forestales que está incluso trabajando con los pastores para intentar que los animales se coman la maleza que luego puede servir de combustible para los incendios forestales. Así rebajamos la carga de matorral para que en el caso de incendio sea más fácil apagarlo.

¿Entonces el pastor no tiene áreas prohibidas para su ganado?

Es falso que haya prohibición. El problema real de todo esto es lograr que el pastor sea extensivo porque es una vida dura y complicada. Lógicamente la mayor parte de los ganaderos tiene instalaciones intensivas, mecanizadas en la alimentación y el ordeño para tener una vida más llevadera. Es una actividad dura que exige muchísimo trabajo.

Tanto las trampas como las apañadas se han demostrado ineficaces.

Sí, porque se recurre a las abatidas, que es algo que se hace en todas las islas oceánicas del mundo. Si nos retrotraemos a los años 40 o 50 se hacía también esto. En aquellos años los agentes forestales iban armados, había una guadería con armas. En aquel momento la ley de Montes prohibía tener a los animales sin control en el monte y aquel animal que estuviera sin pastor se abatía directamente. Y eso ha permitido que hoy en día podamos disfrutar de los pinares que tenemos en los montes de la isla. Esos pinares, si no se hubiesen controlado aquellos animales, no existirían.

Algunos aseguran que son animales que llevan allí mucho tiempo.

Es falso decir que estos animales siempre han estado ahí. He tenido la oportunidad de hablar con pastores de La Aldea y te dicen que hace 40 años no había un animal suelto en la zona de Guguy. Te lo dicen con una buena reflexión: 'Oiga, ¿usted cree que yo iba a dejar que mis animales se escaparan cuando era lo que a mí me mantenía?' Eso no se podía permitir porque el otro, que estaba atento, te la cogía rápidamente.

¿Por qué hay entonces esas creencia?

Eso se ha ido generando por personas mayores que ya no tienen edad para irse enriscando por ahí. Y hay otra cosa que hay que decir, que ha habido gente interesada en soltar animales para luego montar sus tenderetes con cacerías ilegales. Esa es una situación real que existe en nuestra isla y que ha generado el ruido para que no les quiten el chiringuito.

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