Repartiremos galletas Tamarán para todos ,pero no podemos cambiar el motivo de la carreta". Eso fue lo que le comentó Delia Ojeda a la organizadora de la romería de Mogán cuando hace apenas un mes le comunicó que debía pensar en otra alegoría porque había otro colectivo´, El pueblo, que también había elegido las mismas galletas. Pero, esta vecina que lleva veinte años participando en la fiesta con Los Tartaneros, tras unos inicios con los Parranderos, explicó ayer, cuando la carreta avanzaba por la calle San José a las nueve de la noche, que todo se debió a que no pudo acudir a la primera reunión convocada por la comisan de fiestas en noviembre del pasado año por motivos de trabajo, y la persona que asistió no dijo nada. Pero, casualidades o coincidencias, de no ser porque alguien de la comisión de fiestas se dió cuenta la romería de San Antonio El Chico hubiera contado ayer con tres cajas de galletas 'Tamarán' en lugar de dos, pues también los representantes de El Hornillo, El Palmito, y El Cercado también pensaron echar mano de las mismas galletas, aunque se vieron obligados a sustituir la tradicional caja de obleas por una lata de pimentón.

Con todo, Delia Ojeda comentó lo complicado que les resultó conseguir la mejor imitación de la tradicional caja de Tamarán. "Tuvimos que recurrir a una imprenta porque el dibujo de las letras no quedaba bien cuando se hizo a mano" señaló, al tiempo, que subrayó que ,tanto en su caso como en el del resto de participantes, "se trata de un trabajo de artistas".

Y no le faltó razón, pues las diecisiete carretas, que participaron ayer en la romería a San Antonio parecían piezas de museo, no en vano muchas de las de años anteriores se podían contemplar en el parque Molino de Viento ,y forman parte de las visitas que hacen los turistas a este municipio del Sur.

A las ocho de la tarde, una hora después del horario previsto, la imagen del santo aguardaba en la plaza a que apareciera el rebaño de cabras que abre la romería. El ganado procedente de La Aldea se hizo esperar en la subida de San Antonio. Hasta el párroco Marcos Arencibia se quejó de la tardanza del ganado. "Todos los años pasa lo mismo" bromeaba, mientras esperaba junto al trono en la plaza, después de acabar la misa a que fuera cargado a hombros por la cuesta que lleva el nombre del patrón hasta el Parque Nicolás Quesada donde se realizó la ofrenda.

Allí, donde también estaban los miembros del grupo de gobierno municipal, que preside Onalia Bueno, se rindió homenaje primero a Nicolás Rodríguez Suárez, pastor fallecido que durante años participó con sus cabras a esta romería. La primera carreta en llegar a los pies del santo con la ofrenda fue la de Los Navarros, que eligieron una piedra de Esmeril, a los que acompañaba con su música la Agrupación El Salitre de Faycán.

Ya había entrado la noche cuando las carretas, parrandas y romeros tomaron el casco del pueblo, que se convirtió en un escenario de tradiciones, donde sin faltar la diversión, y la comida, se palpó el especial cuidado con que se toman los moganeros esta fiesta.

Tal es así, que miembros de la comisión de fiesta realizaron un seguimiento por todos los lados de la vestimenta con la que acudían los jóvenes, y si no cumplían con lo establecido para esta celebración les sacaban del desfile. Con esta vigilancia resultó imposible estar en Mogán sin traje típico, incluso aunque fuera para hacer este reportaje.

A este respecto, explicó Paco Rodríguez, uno de los organizadores de la romería, que se trata de evitar que las chicas vayan con camisetas de tirantes, o se pongan el pañuelo al cuello o la cintura porque "la mujer antiguamente se cubría el pelo porque era una falta de respeto". También se pidió a más de uno que se saliera de la romería por que no estaba permitido llevar bolsas con botellas de refrescos y de alcohol.

Según dijo Rodríguez, todo este jolgorio arrancó hace cuarenta años, cuando se decidió realizar dentro de la iglesia una pequeña ofrenda al santo para lo que cada barrio ataviaba a sus pequeños con trajes típicos, y bastaba con una cestas de fruta y poco más, porque "tampoco había para más" .Añadió que luego se decidió sacar al santo a la puerta del templo, y más tarde trasladarlo al Parque Nicolás Quesada. Ayer rondaban las once de la noche cuando la imagen regresaba a su altar después de la ofrenda y allí, los romeros le dedicaron el canto de Los Pajaritos.

Si bien cada carreta, desde la cachimba a la pileta el coche antiguo, o la tralla para obtener aceite, tenía su trabajo, fue el quinqué el que con su luz, no de petróleo como antaño, sino eléctrica, se hizo notar. "Era una pieza que tenía entre ceja y ceja. Sabía que era complicada y este año me armé de valor y la hice" destacó Emilio García, el autor de la carreta . Este "manitas" como el mismo se reconoce, que sabe de electricidad, la que fue su profesión hasta que se jubiló, y se maneja igual de bien como carpintero,se mostraba orgulloso de su obra, si bien destacó que ha sido muy importante la colaboración de todos sus vecinos, que se conocen como colectivo El Molino. Con cara de regocijo explicaba que el quinqué, como tantas otras piezas que ha hecho para esta celebración, más de una veintena, se expondrá junto a las de otros tantos diseñadores de carretas en el parque Molino de Viento, ubicado a la entrada a este municipio, y que ya se ha convertido en un lugar de visita para muchos turistas. Y es que los moganeros se toman tan en serio la confección de las carretas, que como el resultado son verdaderas obras de arte han tenido en cuenta que esas creaciones que hicieron para homenajear al santo patrón perduren, y no sean un montaje para un solo día.

"Todas las he hecho con madera noble, y además les pongo fibra, como si hiciera un barco, y además, en este caso he utilizado hasta policarbonato" apuntó. Sin quitar la mirada de la mecha encendida del portalámparas, también dijo que los materiales encarecen todo, pues entre una cosa y otra, en la carreta se había gastado este colectivo 2.000 euros, "una buena cantidad si se tiene en cuenta que el Ayuntamiento ayuda con 200" enfatizó. Pero esto no les ha hecho dudar en participar, pues según dijo se trata de homenajear a San Antonio, y por eso, todos los vecinos colaboran para intentar incluso superar el trabajo del año anterior.

Tanto las carretas como la vestimenta que lucían los romeros ayer en Mogán, dejaron constancia de que detrás hay un trabajo en equipo, pues hasta la comida que se repartió como mantecados, tortillas, o pan con chorizo, se preparó en las casas de muchos vecinos.