Una valla metálica cubierta con una raída lona verde, escombros, restos de plásticos, materiales de construcción y una caseta de obra con su correspondiente cartel es la estampa que se encuentran los miles de visitantes que cada día pasean junto al Faro de Maspalomas, una imagen penosa para uno de los símbolos más conocidos de Gran Canaria que perjudica gravemente la promoción turística de la Isla en el mundo.

Desde el pasado verano, el centenario faro, declarado Bien de Interés Cultural en abril de 2005, permanece en este estado de abandono por la paralización de las obras impulsadas en el pasado mandato por el Cabildo para convertir la emblemática edificación en Centro Etnográfico, tienda de artesanía y punto de información turística.

"Resulta inexplicable que este icono de la Isla, por el que nos reconocen en medio mundo, se encuentre en este lamentable estado por la desidia y la mala gestión del gobierno Tripartito (Podemos-PSOE-NC), que un año después de tomar posesión ha sido incapaz de ejecutar una obra que se tenía que haber realizado en cuatro meses", critica Felipe Afonso El Jaber, portavoz del Grupo Popular en la Institución insular.

Según las explicaciones ofrecidas en octubre del pasado año por la consejera de Industria, Comercio y Artesanía del Cabildo grancanario, Minerva Alonso, la aparición de termitas y otros vicios ocultos obligaron a paralizar los trabajos para realizar un modificado del proyecto inicial, aunque se comprometió a que las obras concluirían antes de finalizar 2015.

"La realidad, sin embargo, es que ha transcurrido casi un año desde entonces y el Cabildo es incapaz de reiniciar las obras de rehabilitación para hacer realidad el proyecto museístico promovido por la Fundación y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC) con el objetivo mejorar la calidad de uno de nuestros recursos turísticos y la competitividad del destino", explica por último el portavoz popular.