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Entrevista

Rafael Pulido: "Este es el séptimo negocio que abro en Gran Canaria y algunos marcaron época"

"Antes había que viajar a la Península para conseguir que aquí llegara el pescado y marisco frescos", afirma el propietario del restaurante Ribera del Río Miño

Rafael Pulido, propietario del restaurante Ribera del Río Miño, ayer en este negocio que tiene en Olof Palme. s ABRINA CEBALLOS

¿Porqué decide dejar la Casa de Galicia y abrir el restaurante Ribera del Río Miño?

Bueno, pues no fue una decisión fácil dejar la Casa Galicia, donde estuve al frente del negocio unos treinta años, pero como el local no era mío no podía afrontar las reformas que hacían falta acometer. Desde hace cinco años que abrí Ribera del Río Miño, y se trata de un local que llevo con la ayuda de mi sobrino.

¿Prefería entonces tener su propio local?

Necesitaba adaptar a mi gusto y mi experiencia en la restauración donde llevo más de cincuenta años el espacio, entre otras cosas para habilitar una entrada para mercancías independiente del acceso de los clientes. Además, en este caso la cocina y el salón se han adaptado a la nueva normativa y a las exigencias de los clientes.

¿Cuál es el secreto para poder ofrecer una buena mesa en la restauración?

Utilizar productos de calidad y saber hacer las cosas bien.Si dispone de buena mercancía puede hacer buenos platos y el cliente puede comer bien, si no es así resulta imposible lograr esa buena mesa. Para poder ofrecer el mejor producto hace años que viajaba hasta la Península porque aquí no era sencillo contar con mariscos y pescados frescos. Ahora llega un día si y otro no desde Galicia, pero en mi época había que dar muchas vueltas por la Península para encontrar esos productos frescos. Hace años que no es así, porque además hay muchos restaurantes y ha crecido la demanda.

¿Es complicado mantener en la capital grancanaria un restaurante en el que ofrece calidad?

Es complicado, porque aunque utilizo mucho todo lo local, hay que traer la mayor parte de los productos con los que trabajo como el rodaballo vienen de Galicia, pues la carta se basa en la cocina gallega.

¿Y con esos productos de primera, es sencillo contentar a la clientela?

No, sencillo no es nada. Hay que estar pendiente de cualquier detalle cada día, y sobre todo de que el proveedor no te baje la calidad porque un día te manda algo estupendo ,y al siguiente como tes descuides ya el producto no tiene la misma calidad. Por eso, cada día vengo aquí a las nueve y media de la mañana, y me voy a última hora. Aunque por razones de salud no puedo llevar todo como antes, y es mi sobrino Miguel, quien lleva la administración, me sigue gustando venir cada día a ver como va todo y saludar a la clientela.

¿No pensó en el Sur como opción para abrir allí otro restaurante?

No, siempre tuve claro que el Sur es para vivir allí si estás al frente de un restaurante,puesto que ir por la mañana para volver por la noche puede resultar muy agotador.

¿Recuerda como era los turistas que llegaban a Las Canteras cuando estaba en la Casa de Galicia?

Si me acuerdo mucho, sobre todo que al disponer de una moneda con más valor que la peseta como era el caso del marco o la libra gastaban más dinero y eso se notó mucho cuando llegó el euro. Hay unos turistas noruegos que les conocí en la Casa Galicia y siguen viniendo ahora a Ribera del Río Miño, incluso para celebrar un cumpleaños reservaron mesa con cuatro meses de antelación.

¿Porqué cree que la cocina gallega triunfa tanto?

Porque el género es bueno y sobre todo porque se trata de una cocina que ofrece variedad de sabores y buen producto.

¿Y cómo llega un cordobés a la capital grancanaria y consigue tanto éxito con los platos de Galicia?

Bueno, primero fui a Madrid a trabajar de camarero y luego me marché a Benidorm, y allí trabajaba los meses de verano, y luego en Gran Canaria todo el invierno. Un día me ofrecieron quedarme aquí en Gran Canaria y aquí me casé con Lidia, mi mujer, y ya me quedé. Antes de la Casa Galicia, llevé Casa Rafael, El Coto, también tuve dos pubs, que marcaron época : el Tagor, y el Kuwait. Este es el séptimo negocio que abro en Gran Canaria.

¿Guarda un recuerdo especial de algún cliente o que le haya comentado algo de un plato?

Hay clientes que vienen una vez a la semana. El plato que más suele gustar es la calderada de merluza y rape. Si se refiere a personas más conocidas, pues han estado por aquí Bertín Osborne, los jugadores del Real Madrid, y también Messi.

¿Y dentro del mundo gastronómico hay alguien con quien ha entablado alguna amistad a través de su mesa?

Hace dos años organizamos aquí en Gran Canaria la reunión anual de la Asociación de la Buena Mesa, que reúne a restaurantes gestionados por la familia. Hay que cumplir tres requisitos para formar parte de esta asocación que son: familia, tradición y buen hacer. Vinieron restauradores conocidos como Lorenzo Cañas, de Logroño, Pedro Morán, de Oviedo, el nieto Cándido, José Luis del Mesón Castellano, José María de Segovia, y Adolfo, presidente del grupo que lleva su nombre. Recuerdo que les encantó la Isla, el contraste del paisaje y el clima desde Agaete, Santa Brígida o el Sur de la Isla, y comentaron que cómo que en la Península se promociona tanto Tenerife, y no se conocen esos lugares de Gran Canaria. Muchos mostraron su sorpresa por la flora que tiene la Isla, y además, se dieron cuenta de como en pleno mes de marzo se podían bañar en Maspalomas, comer en Santa Brígida, y sentir algo de fresco, y contemplar el Valle de Agaete, y luego acabar la noche en la ciudad.

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