Antonio Ojeda, acusado de secuestrar a Yeremi Vargas en Vecindario el 10 de marzo de 2007, negó ayer, durante su primera comparecencia judicial como investigado por este suceso, tener alguna relación con la desaparición del pequeño, según han explicado fuentes próximas al caso. Lo hizo como respuesta a las preguntas formuladas por el letrado de oficio asignado a su defensa, las únicas a las que aceptó responder.

El también conocido por el sobrenombre de Juan el Rubio rehusó contestar durante su comparecencia a las cuestiones de la Fiscalía y la acusación particular. Su declaración, que comenzó con media hora de retraso con respecto al horario previsto, no llegó a durar más de 10 minutos.

Tras el acto, el juez Mariano López Molina, magistrado del Juzgado de Instrucción número 2 de San Bartolomé de Tirajana, decidió no adoptar más medidas cautelares contra él, puesto que la Fiscalía tampoco las había solicitado. El Ministerio Público no las consideró necesarias porque Ojeda ya se encuentra recluido en situación de prisión provisional, comunicada y sin fianza a la espera de la celebración de un juicio en la Audiencia de Las Palmas por una acusación de agresión sexual a un menor ocurrida en 2012 también en Vecindario, pero sin relación con el caso del pequeño Yeremi.

Pedro Sánchez, abogado de la familia de Yeremi, admitió a su salida del edificio judicial que Ojeda se había acogido a su derecho a no declarar, pero recordó en que la comparecencia de este miércoles es sólo el primer paso de un proceso que constará de varias etapas diferenciadas. "Hay que seguir trabajando, las diligencias continúan abiertas y estoy convencido de que al final se conseguirán los frutos que se pretenden", afirmó en declaraciones ante los medios.

Sin prueba de ADN

Por lo demás, Sánchez prefirió no hacer valoraciones subjetivas sobre el estado de ánimo de El Rubio o las futuras decisiones del juez acerca del caso: "Yo no hago ningún tipo de cábalas, la situación actual es la que es. Hay que practicar pruebas y es necesario seguir indagando", insistió.

Una de esas diligencias pendientes consiste en la realización de un test de ADN que en una fase posterior del caso pueda servir para confirmar o descartar la involucración de Ojeda en el mismo. A pesar de que el juez López intentó durante la comparecencia que el investigado accediera a participar en ella de modo voluntario, El Rubio rechazó esa posibilidad. Con toda probabilidad, ahora no le quedará más remedio que someterse a la prueba cuando la petición sea tramitada de modo formal a través de una resolución motivada.

La declaración efectuada este miércoles por Ojeda en sede judicial no dista demasiado de las que ya hizo ante la Guardia Civil hace unas semanas, cuando fue interrogado por agentes del Instituto Armado en el centro penitenciario gaditano de Algeciras antes de su traslado a Gran Canaria. Entonces igual que ahora, El Rubio negó su participación en los hechos y también afirmó desconocer quién se había podido llevar a Yéremi mientras jugaba en un descampado. Los indicios en su contra saltaron a la luz pública en mayo, cuando se supo que había sido propietario de un vehículo similar al que fue visto cerca de la calle donde residía el pequeño el mismo día que desapareció.