La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

San Bartolomé de Tirajana

Medina: "Maspalomas ganaría prestigio si los hoteleros apoyaran la oferta cultural"

"Como no tenía dinero para pagar las clases, le propuse a la profesora continuar a cambio de limpiar el aula", afirma la pregonera de las fiestas de Santiago y directora del Festival Masdanza

La directora de Masdanza, Natalia Medina, ayer en el parque San Telmo. Y. SOCORRO

¿Cómo llega una niña de pueblo a convertirse en la directora de uno de los festivales de danza contemporánea más importantes del panorama internacional?

Nací en una zona rural en el seno de una familia de 16 hermanos. Mis padres, como muchos vecinos de aquella época, pasaron muchas dificultades económicas. Con 9 años fui a un internado en Arucas, donde estudié en un colegio mixto. Los fines de semana volvía a casa, a Tunte, donde mi madre siempre me repetía que yo iba a tener en la vida lo que ella no tuvo. En mi fuero interno siempre tuve claro a lo que quería dedicarme y desde entonces he tratado de enfocar mi vida a conseguirlo. Con mucho esfuerzo, porque no ha sido fácil, pero también con recompensas.

¿A qué edad se dio cuenta que lo suyo era la danza?

A los cinco años. Durante mucho tiempo fue mi secreto. Nunca se lo conté a nadie. Pero lo supe aquel día que los chiquillos del barrio, quienes celebraban fiestas en un garaje insonorizado con cartones de huevo, me invitaron a unirme al escenario. Subí a la tarima, bailé y cuando terminé y escuché el aplauso de la gente sentí que mi destino era ése.

¿Qué le dijeron sus padres cuando les dijo que quería dedicarse a las artes escénicas?

Mi madre lleva toda la vida pensando que con el tiempo se me iba a quitar esa idea de la cabeza. Pero, evidentemente, no ha sido así.

¿Cómo ha logrado sortear las dificultades económicas para formase como bailarina en Madrid, Londres o París?

A los 14 años comencé a recibir clases en la escuela de Leticia Soria. Solo tenía dinero para pagar las clases durante seis meses, que había conseguido cuidando niños. A medida que iban pasando los meses, le comenté a la profesora que no podía continuar pero ella me dijo que teníamos que buscar la fórmula para seguir adelante. Se me ocurrió entonces proponerle a modo de trueque, como hacía mi madre con mis tías en Tunte, limpiar la escuela a cambio de las clases. Y así fue. Con el tiempo comencé yo también a dar clases y esos ingresos me sirvieron para costearme la carrera de Educación Física. A los 25 años monté mi propia escuela. Fue entonces cuando combinaba la enseñanza en Secundaria con las clases de danza.

¿Por qué decidió abandonar la enseñanza y crear Masdanza?

Siempre he sido una persona inquieta, con ganas de crear nuevos proyectos. Un día me di cuenta que el sistema no iba conmigo y que los grandes teatros apenas incluían en su programación a los jóvenes talentos. Fue entonces cuando surgió Masdanza en un intento por ofrecer a mi municipio la posibilidad de disfrutar de una oferta cultural de calidad, que al fin y al cabo forma parte de nuestro patrimonio, y de crear una plataforma para que los jóvenes bailarines puedan crear sus proyectos.

La muestra arrancó en 1996 con vocación regional, pero a día de hoy acoge participantes hasta de Japón e Israel. ¿En qué momento y por qué el festival adquirió una proyección internacional?

Efectivamente, las tres primeras ediciones de Masdanza se desarrollaron en un ámbito regional con la idea de conocer los distintos trabajos que los bailarines estaban realizando en Canarias. Sin embargo, quisimos crear un puente entre las Islas y la Península, por un lado, también para conocer el talento que existe en el resto del territorio y, por otro, para eliminar ese miedo isleño que cree que lo de afuera siempre es mejor. A partir de la cuarta edición comenzaron a llegar a Maspalomas bailarines del norte de España, que se sorprendían al descubrir que además del festival el Sur tenía unas playas y unas dunas preciosas. Fue entonces cuando nos dimos cuenta que esos mismo bailarines que llegan para competir en el festival eran turistas potenciales del destino. A partir de la séptima edición decidimos romper barreras, ya que al fin y al cabo la danza no entiende de fronteras, y abrir el festival al ámbito internacional con el fin de que tanto jóvenes locales, peninsulares y extranjeros tengan las mismas posibilidades de trabajar en un contexto global.

Masdanza cuenta entre sus seguidores con turistas que planifican sus vacaciones en función de las fechas del festival. ¿Cree que Maspalomas ha conseguido ofrecer una oferta cultural alternativa de sol y playa al visitante?

Se ha conseguido dar algunos pasos, pero necesitamos avanzar mucho más. Entiendo que el turismo es el principal motor económico de la Isla y, como tal no debe ser fácil gestionar el sector, pero no entiendo el por qué los empresarios aún no han conseguido unir esfuerzos para ofrecer al visitante una oferta cultural consolidada. Maspalomas como destino ganaría prestigio si los hoteleros, por ejemplo, apoyaran con su patrocinio una oferta cultural de calidad. No se trata de ofrecer solo un circuito de entretenimiento y ocio, con el fin de elevar el consumo de los visitantes, sino de apostar por un proyecto que redunde en valores y en una sociedad mejor.

Compartir el artículo

stats