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San Bartolomé de Tirajana Un verano de récord turístico

Todo a tope con menú "low cost"

Restaurantes de Playa del Inglés registran un incremento de clientes

Todo al completo. Las playas también. Y estar relajado en la playa siempre despierta el gusanillo de echarse algo a la boca. Si se suma el calor de las últimas semanas en el Sur y la cantidad de asiduos en sus playas, una bebida refrescante se convierte en el acompañante perfecto. Así, los restaurantes de Playa del Inglés no dan abasto para atender las mesas con vistas al mar que, según se quedan vacías, se vuelven a ocupar. A pesar de que en las cenas se registra más movimiento que durante los almuerzos, tanto turistas como locales paran en los negocios de la avenida de Playa del Inglés para tomar un tentempié.Pero al turismo "low cost" también leva el menú "low cost".

Hay muchos turistas pero gastan con más cuidado. La media pensión o el todo incluido en los lugares de alojamiento, el calor también influye en la demanda de menús ligeros. "Un sándwich, de vuelta a la playa y hasta la cena", explica Orlando Suárez, encargado del restaurante Munich III desde hace 21 años.

A primera línea de costa y con un termómetro marcando 31 grados justo enfrente, los empleados de este local abierto hace más de 30 años no dejan de sacar platos y sentar clientes. Hamburguesas, sándwiches y perritos calientes, entre otros platos de fácil elaboración y "livianos", protagonizan los almuerzos de, sobre todo, turistas con pulseras de plástico en sus muñecas con el poder de adentrarles en un buffet variado para cenar y desayunar o, incluso, comer. Así, según indican los empleados, "sólo matan el hambre para pasar el día en la playa".

Con vestido de tirantes y camiseta y bermudas, Cristina Martín y Jesús Piñuela, ambos de Salamanca, disfrutan de unos días en Gran Canaria. Con los cachetes rojos y restos de arena y crema solar en su piel, la pareja hace un parón en su día junto al mar para comerse un sándwich con papas en el restaurante antes de volver a darse un remojón. "Preferimos comer algo ligero ahora y reservar menús más especiales para la cena", apuntan. Aseguran que "es lo mejor" para ir y venir cada día a la playa, ya que "comer alimentos típicos, por la noche sabe más". De esta forma, él se decanta por el especial de atún, mientras ella saborea el contraste de la piña con el jamón y el queso de su delicia hawaiana.

Alrededor, mientras algunos comparten plato y otros esperan para comprar algo para llevar, las jarras de sangría y los batidos de frutas con más de tres cubos de hielo no dejan de salir del bar. No muy lejos, en la arena no cabe un alma, la gran cantidad de sombrillas verdes marcan el paisaje y los juegos acuáticos no cesan en el agua. Sin duda, el Sur "está remontando tras la ola de calor que hizo que la gente no pudiera estar fuera del hotel", cuenta Suárez. Con "mucha más gente que el año pasado", señala, la mayoría encuentra en Gran Canaria "una tranquilidad que siempre hay".

A falta de pan... pizzas y pollo

Aunque el pan triunfa entre las manos de los clientes, la pizza es una opción que tampoco pasa de moda en esta zona. De esta manera, aunque algunos prefieran sentarse en Aquario para disfrutarla, la mayoría pide una cajita para engullir el invento italiano junto a la orilla. Siendo la marinera la más demandada, lo cierto es que, según Jacob Rodríguez, trabajador en el negocio abierto desde hace ocho meses, "se llevan de todo". Asegura que los fines de semana "son una locura, sobre todo con los canarios, que se nota que este mes están por aquí". Así, los grancanarios prefieren mantener intacta la cocina de sus apartamentos. Sin duda, "buscan comer barato en mediodía y hay menos gente, pero por la tarde esto es un hervidero".

Pasados algunos locales, Antonio Pérez, más conocido como Tonymacarrone, traslada varios platos con medio pollo asado, papas y ensalada cada uno. El trabajador en La Ciudadela asegura que es uno de los menús que más se pide "por lo barato y lo bueno que está". Con esta y otras ofertas, entre las que destacan la paella con sangría u otras más elaboradas para el fin de semana, la terraza y parte del interior del inmueble permanecen llenos. "Estamos a tope", añade el encargado, José Olivares.

Los empleados se mueven con soltura a la vez que sirven o toman apuntes sobre las comandas. En medio, ojos expectantes contemplan el paisaje de bikinis, dunas y toallas, o las Olimpiadas a través del plasma dentro del negocio. "Esto también atrae mucho", afirman.

De esta forma, entre centros comerciales cercanos abarrotados, dificultad para aparcar y castillos de arena en cada esquina, los transeúntes hacen un esfuerzo para no chocarse. Las vías del Sur cercanas a las playas han recuperado su estado normal de agosto, "o incluso más". Días en los que al elegir un lugar para comer, la pregunta más sonada es "¿Dónde estamos más fresquitos?"

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