El pago moyense de Fontanales celebró ayer la festividad de su patrón, San Bartolomé, que arrancó con la tradicional eucaristía de los romeros y la función religiosa, presidida en esta ocasión por el sacerdote Juan Carlos Arencibia Suárez, formador del Seminario, y en la que participó el Coro Parroquial de Fontanales. Acto seguido, y pese al fuerte calor reinante durante toda la jornada en la localidad cumbrera, cerca de un millar de feligreses acompañaron la imagen del santo en procesión por las principales calles y alrededor de la iglesia, junto a las autoridades locales e insulares y la Agrupación Musical Cumbres y Costas de la Villa de Moya, encargada de poner música a la comitiva.

Desde bien temprano, numeroso público se fue acercando hasta Fontanales para disfrutar de la muestra de artesanía, productos típicos y la degustación de queso, además de una nueva edición de la Feria de Ganado. Un evento este último que volvió a regalar a los asistentes la curiosa y ya tradicional imagen del alcalde de la Villa de Moya, Hipólito Suárez, ahora también senador por la isla de Gran Canaria, a lomos de Matilde, la burra del carismático ganadero José Vicente Quintana, conocido popularmente como Pipo, quien tras los pertinentes saludos haciendo malabares con su cachorro canario, se llevó de paseo al primer edil moyense alrededor de la iglesia. Una escena que puso el colofón a la entrega de los premios a los mejores animales de la Isla y que es demandada año tras año entre aplausos por los vecinos.

Por la noche, las actuaciones de Mara Pérez y El mariachi de mi tierra, y los conciertos de los grupos Última Llave y Salvapantallas, cerraron casi dos semanas de actos, que han cosechado un notable éxito de participación. En ese tiempo se han combinado la romería ofrenda en honor a San Bartolomé, la VI Feria Artesanal y Comercial Moya en Fontanales, la bajada de la rama, verbenas, juegos tradicionales infantiles, proyecciones cinematográficas y merienda para los más pequeños, el original Concurso de la Papa y degustación popular de papas y huevos fritos, bailoterapia, la Fiesta Familiar en la calle, con castillos hinchables, atracciones, talleres y juegos tradicionales de mayores, o el Taperío entre bochinches, una peculiar ruta gastronómica por los locales de restauración de la localidad con transporte gratuito en carretilla.