La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Agüimes

La corrupción caciquil marcó el inicio de la dictadura en Agüimes

El profesor Fernando Romero Romero presenta un libro que recoge los primeros documentos municipales del franquismo

La corrupción caciquil marcó el inicio de la dictadura en Agüimes

La miseria, el caciquismo y las pequeñas corruptelas dominaron los primeros años del franquismo en Agüimes. Esta es la idea que se desprende de los legajos municipales que el profesor Fernando Romero Romero analizó durante la investigación histórica que ha dado como fruto el libro La dictadura franquista en Agüimes a través de sus documentos (1939-1953), publicado por Beginbooks y que será presentado mañana en el marco de las Jornadas de Patrimonio Histórico que se celebran esta semana.

"En esta primera etapa el franquismo recurrió a las personas conservadoras y tradicionalistas de la etapa anterior para hacerse cargo del Ayuntamiento", explica el autor, que coincide con el historiador Agustín Millares Cantero al señalar que los primeros alcaldes que tomaron el bastón de mando tras la Guerra Civil no eran jóvenes falangistas, sino representantes de la burguesía canaria que "procedían del caciquismo anterior o de los partidos conservadores de la república".

En Agüimes, el denominado 'Movimiento nacional' se limitó en un principio a "la actividad sindical y otras acciones menores" y sólo con el paso de los años consiguió ganar cuotas de poder con respecto a las elites tradicionalistas previas a la dictadura. "Con el paso de los años la gente más joven fue involucrándose", a diferencia de lo que ocurrió en otras instituciones públicas de la Isla, como el ayuntamiento de la capital o el Cabildo, que siguieron estando controladas por representantes de los partidos de derechas de la época republicana, detalla Romero.

Un buen ejemplo de ese poder caciquil lo representó el alcalde Pedro Melián Rodríguez con su actuación en torno a los Carnavales, al defender la fiesta popular ante instituciones superiores. El asunto, que ha pasado a formar parte de las leyendas del municipio, no consta en ningún documento municipal, asegura Romero, para quien "no fue nunca jamás un enfrentamiento, sino una reclamación de su espacio de poder desde el punto de vista caciquil, no reivindicativo". A ello ayudó que Melián Rodríguez ya se hubiera hecho cargo del Ayuntamiento cuando se produjo el golpe de Estado contra la república en 1936, por lo que podía apelar a su impecable hoja de servicios al régimen. "Fue simplemente un 'yo fui el primero en ser franquista, tengo todo controlado y sé lo que hago en mi pueblo' sin ningún tipo de reivindicación de lucha", concluye el autor del libro.

Los documentos analizados por Romero muestran las corruptelas asociadas con los tiempos de escasez y miseria que sucedieron a la Guerra Civil, como las que se daban para acceder a los escasos alimentos que eran distribuidos a través de las autoridades. "Siempre hay algún avispado que aparece en relación con las cartillas de racionamiento", comenta. La influencia de las autoridades municipales también se dejaba notar en la borrosa línea que separaba el Estado de la Iglesia en estos tiempos. En uno de los textos incluidos se recoge, por ejemplo, la petición que hizo el consistorio para que hubiera un cambio al frente del obispado: "Hay un acuerdo de la corporación en contra del obispo pidiendo que se marchara de la diócesis", destaca el profesor.

Este no fue el único caso de presiones recogidas en La dictadura franquista en Agüimes a través de sus documentos. En sus páginas, Romero rescata la figura del médico Francisco Retana Bonillo, al que se le incoó un expediente por iniciativa municipal. "Esto es lo particular: no fue por un decreto del Gobierno, como en el caso de los maestros, sino por decisión municipal, por lo que se le abrió un expediente político". Retana acabó siendo expulsado del pueblo con "una inquina y una persecución política" que se merece un capítulo monográfico dentro del libro. Después de salir de Agüimes el doctor se trasladó a Carrizal y después a Las Palmas de Gran Canaria, pero el autor lamenta que se le cortara "la posibilidad de ascender en la medicina; estuvo siempre a nivel raso sin posibilidades de prosperar".

El libro que mañana se presenta es el primero de una trilogía en la que Romero lleva trabajando desde hace tres años. La infalibilidad de los documentos le aporta la distancia necesaria para hacer de sus páginas un relato histórico objetivo sobre las carencias de los años inmediatamente posteriores al nacimiento del régimen y cómo poco a poco se fue retomando cierta normalidad, algo que se infiere por el número de licencias de obra solicitadas o, como indica el profesor, por cómo "los vecinos van solicitando la autorización para conectar el agua de abasto a las casas". Los dos siguientes volúmenes de la saga, que Romero prevé tener finalizados a lo largo de 2017, recogerán la información municipal desde mediados de la década de 1950 hasta la muerte del dictador.

Compartir el artículo

stats