Décadas atrás, cuando el paseo de Vecindario estaba rodeado de tierras dedicadas a la zafra, sus habitantes se vestían de gala para las fiestas de San Rafael. "Apenas desfilaban carrozas", más bien era un encuentro de los chiquillos del lugar que aprovechaban la ocasión para "buscar alguna novia". Las niñas que pertenecían a la denominada Sección Femenina bailaban polcas al lado de la iglesia. Algunas, como Luisa Sánchez, llegaron incluso a ser madrina de los clubes de lucha canaria que competían en honor al santo. Entonces la gente comía gofio con "chicharrones", piel asada de cochino negro, en vez de "chuletas y solomillo", como hacen ahora las nuevas generaciones. La parranda del Club de Los Leones, compuesta por una gran estirpe de veteranos de las fiestas, recordaron ayer sus anécdotas en una romería en la que participó una veintena de carretas.

Cuenta José Ojeda, descendiente de "los pelaos" del Cruce de Sardina, que con los 50 duros que le regaló una vez su padrino de bautizo se compró un "terno". Con aquella flamante vestimenta, aquel chiquillo salió a pasear o más bien a "conquistar" a las fiestas de San Rafael. Por aquellos tiempos lo que se usaba era "conversar con los amigos" en la calle, entonar alguna folía y contentar el estómago con dátiles, sardinas saladas y chicharrones que sabían "a gloria". Quizás porque "ya no hay tanto cochino negro" en Santa Lucía o porque el progreso del siglo XXI trae bajo el brazo una mayor oferta de carnes, lo cierto es que esa costumbre culinaria ya se ha perdido. Ahora "las jareas de pescado" casi ni se ven y la gente come "hasta solomillo" en las romerías.

La mayoría de los vecinos de la costa de Santa Lucía trabajaba en el antiguo almacén de empaquetado de tomates La Ciel. Las fiestas para ellos era todo una "novedad", ya que por aquel entonces solo existía un cine en el barrio. El padre de Luisa Sánchez, Juanito, regentaba entre semana una ferretería en la calle Atindana pero los domingos llevaba en su camioneta a los trabajadores de la zafra a la playa de San Agustín. Luisa lo recordaba "como si fuera ayer", ataviada con la ropa de antaño, en la romería de su pueblo. Al grupo de parranderos del Club de Los Leones con el que ayer compartía jolgorio, le unen muchas anécdotas de la adolescencia y la juventud. Con Ana María compartió el título de madrina de la lucha canaria en una edición de las fiestas de San Rafael cuando apenas había cumplido los 17 años, a Juan Rodríguez le unen los trueques de "estiércol por pileta" que hacían sus respectivas familias cuando ellos todavía no habían salido de la cuna, y junto al resto del grupo disfrutó del desfile de caballos que cada 24 de octubre traía su padre a la plaza de Vecindario para honrar al patrón del municipio. Estos parranderos han pasado toda una vida juntos al abrigo de San Rafael. Si bien es verdad, que a lo largo de los años algunos han faltado a su cita anual "por responsabilidades familiares", ahora que la mayoría supera la edad laboral la fiesta se disfruta "con igual o más ilusión todavía".

También en familia, aunque esta vez con algún "hocico nuevo" entre sus miembros, participaron ayer en la romería el joven Aridane Bolaños y el veterano Ramón Tejera. Ambos asistieron acompañados de los tesoros más preciados de su casa. Los Tejera llevaron a la pequeña Juana, una burra que nació el pasado 24 de junio, y a su progenitora Sofía. El cabeza de esta estirpe ecuestre, Nelson Mandela, de procedencia africana, se quedó en casa. Aridane optó por pasear en la avenida peatonal de Vecindario a Lola y a su hija de cinco meses. Ambos amantes de estos animales se mostraron orgullosos de sus retoños. "Mi primer burro lo tuve antes de la mili. Desde siempre me han gustado y ahora que estoy jubilado tengo más tiempo para ocuparme de los cuatro ejemplares que tengo en mi finca de Los Corralillos", explicó Tejera junto a su nieta y sus fieras. En el caso de Aridane, de 34 años, la admiración por sus burras le viene de los paseos que realizaba de pequeño a lomos de esta especie animal desde Ingenio hasta Guayadeque. En casa de su abuela también desarrolló la afición con los ejemplares de Tejera, quien suele llevar a sus "niñas" por delante, ya sea en visitas a colegios o fiestas del municipio, siempre que puede.

Las fiestas en honor a San Rafael continúan hoy domingo con la feria de ganado, la procesión de la imagen por las principales calles del casco urbano y la actuación de La Trova.

Tal y como adelantó el concejal de Festejos del Ayuntamiento de Santa Lucía, Antonio López, el programa de actividades finaliza mañana lunes con una fiesta infantil y un concierto nocturno en la plaza de Vecindario. Estas actividades en un primer momento estuvieron programadas para el miércoles de la semana pasada, pero las lluvias y los vientos del Sureste decidieron aplazarlas y convertirlas en el colofón de los fastos.