El príncipe de Baréin, Nasser Bin Hamad Al-Khalifa, aterrizó ayer en el aeropuerto de Gran Canaria pasadas las 16.00 horas en un flamante Boeing 747, propiedad de la familia real del país insular, acompañado de su séquito. El representante del Estado del golfo Pérsico, que participará mañana sábado en la carrera de triatlón Gloria Challenge de Mogán, permanecerá hasta el domingo en el Sur rodeado de casi un centenar de efectivos de seguridad, médicos, miembros de su equipo deportivo y personal de protocolo.

Al-Khalifa se hospedará en una de las mejores suites con jacuzzi del hotel Villa del Conde de Meloneras. El grupo Lopesan aloja a su comitiva en 45 habitaciones del establecimiento de cuatro estrellas.

En el interior de un Mercedes negro y escoltado por otros cinco vehículos oficiales, Al-Khalifa entró como un rayo por la puerta lateral del hotel de Meloneras.

Sin policías ni presencia de autoridades locales el príncipe de Baréin, también presidente del Comité Olímpico de su país, alcanzó la milla de oro a las 16.50 horas con su séquito personal como única medida de seguridad.

Dentro del establecimiento le esperaba el consejo delegado del grupo Lopesan, Francisco López, para darle la bienvenida en su primera visita a la Isla.

Con gorra y atuendo fresco y deportivo, el príncipe se instaló en una de las mejores habitaciones del hotel. En un principio la cadena turística le había reservado la Royal Suite, casi un pequeño palacete con vistas al Océano, pero "por razones de seguridad" finalmente el huésped de honor descansará en una suite. Eso sí, con jacuzzi privado. Su comitiva, casi un centenar de escoltas, entrenadores y equipo médico, dormirá en las 45 habitaciones, en su mayoría suites, que el hotel ha preparado para la visita real. Con un lleno hasta la bandera en plena temporada alta, Lopesan ha tenido que maniobrar para encontrar hueco para semejante regimiento de hombres del reino de Baréin.

Apenas una hora después de su llegada, el príncipe y dos escoltas decidieron continuar con su plan de entrenamiento para la carrera de triatlón de mañana con un paseo a ritmo ligero por la avenida de Meloneras. Poco duró el recorrido, ya que tras percatarse de la presencia de la prensa en la avenida marítima, su majestad se refugió de inmediato en el hotel por el acceso que linda con la playa.

Durante los próximos días Al-Khalifa se dedicará casi en exclusiva a la actividad deportiva. Su agenda, por ahora, no contempla reuniones con las autoridades de Mogán ni San Bartolomé de Tirajana y, aunque el grupo Lopesan prepara un banquete con las delicatessen de la Isla, aún se desconoce las preferencias culinarias del príncipe.

Lo que está claro es que la estancia de Al-Khalifa tiene como única meta el final de la Gloria Challenge de Mogán. Para superar la prueba con éxito, tres miembros del equipo deportivo del príncipe coordinan desde el pasado lunes en la Isla con la organización de la prueba los detalles del recorrido.

El entrenador personal de Al-Khalifa, Mikel Calahorra (Bilbao, 1983), constituye uno de los principales interlocutores de la Casa Real de Baréin con los representantes de la Challenge de Mogán.

Según señaló ayer Jordi González, organizador del triatlón, el deportista vasco conoce los encantos naturales de la Isla por una carrera en la que participó hace casi una década en Arinaga. La estancia del entrenador en la Isla y el posicionamiento que la carrera de Mogán ha alcanzado en el calendario deportivo internacional en apenas dos años han motivado la presencia de Al-Khalifa en el Sur.

En el equipo del príncipe también competirán dos figuras de elite del triatlón: el bicampeón olímpico, Alistair Brownlee, y la campeona del mundo de Ironman en 2015, Daniela Ryf. Ambos estrellas del Olimpo se alojan junto al resto del equipo de Baréin en el Royal Amadores del grupo Gloria, patrocinador del evento junto al Cabildo y Ayuntamiento de Mogán.

Con Al-Khalifa en el pelotón de participantes (un total de 440 deportistas), el municipio de Mogán ha tenido que recurrir a la Delegación del Gobierno para extremar las medidas de seguridad en cada fase de la Challenge.

Durante los 90 kilómetros de recorrido a bicicleta, el príncipe gozará de la protección de varios escoltas en moto y a su llegada a la meta de la comodidad de una carpa privada con fisioterapeutas y personal médico. Por ahora son los dos únicos requisitos que ha solicitado Al-Khalifa a la organización de la prueba de triatlón.