El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, incorporará el cierre del anillo insular, es decir, la construcción de una nueva carretera entre La Aldea de San Nicolás a Mogán, como propuesta para ejecutarla en el nuevo convenio de Carreteras Canarias-Estado de 2018.
Clavijo informó sobre la inclusión de esta propuesta tras la reivindicación que hacía ayer el alcalde de La Aldea, Tomás Pérez, a la que también se sumó el presidente del Cabildo, Antonio Morales, de exigir ante el director general de Carreteras del Ministerio de Fomento, Jorge Urrecho Corrales y la Delegada del Gobierno, Mercedes Roldós, la construcción de ese cierre insular "que termine de cohesionar Gran Canaria" y convierta a la localidad "en un municipio de primera", según anheló Pérez, quién remató su petición con la sentencia de que "la esperanza nunca se cansa".
Esta petición tuvo lugar ayer al mediodía con motivo de la apertura del último tramo de la primera fase de la carretera entre la Aldea-Agaete, tres kilómetros de moderna carrera que enlaza la salida de los grandes túneles hasta la rotonda de Las Marciegas.
Esta conexión supone un hito en cuanto clausura definitivamente el peligroso tramo del Andén Verde -"cuyo espacio se devuelve a la naturaleza", como apuntaba la consejería de Obras Públicas-, además de evitar el paso de los vehículos por Playa de La Aldea para alcanzar el centro urbano del pueblo, con una considerable reducción de tiempos.
Tras la puesta en marcha de los citados úneles el pasado mes de abril que enlazan el municipio del oeste con el barrio agaetense de El Risco, más este enlace abierto ayer, se da por acabada la construcción de la primera fase de este vial, con un costo de 98 millones de euros, al que solo quedan actuaciones medioambientales y de remate. Con este punto y seguido se entra de lleno en la preparación del inicio de la segunda fase, El Risco-Agaete, cuya revisión del proyecto ya está licitado por Obras Públicas y que tendrá carácter prioritario en el citado convenio. De hecho existen ya más de 20 millones de euros presupuestados para tratar de conseguir que con el inicio del año se vean las primeras máquinas trabajando sobre el terreno, como se comprometió Clavijo.
"Un largo camino"
Al acto de apertura asistieron además de medio millar de vecinos de La Aldea el siempre reivindicativo Foro Aldeano, cuyo portavoz Rafael Ramos Quintana insistía en invitar a "los señores políticos a que se pongan las pilas", para culminar la segunda fase.
Antes de retirar los conos que mantenía cautiva la todavía brillante pista de asfalto, Obras Públicas recordaba, durante la explicación de las características del flamante vial, la figura de los ingenieros Heriberto Linares y Julio Molo, a los que se debía buena parte del inicio de la proyección de su trazado hace ya 20 años.
Desde entonces la infraestructura ha recorrido "un largo camino" que llevó más de 12 años para la redacción del proyecto debido tanto a la complejidad de la orografía, como por las cautelas que impone la protección del medioambiente en los límites del Parque Natural de Tamadaba.
La suma de los túneles y de este último tramo que salva los barrancos de La Arena y de La Aldea, reduce un trazado de 16 kilómetros con decenas de curvas al borde del risco y sobre las que pesaba la amenaza de continuos derrumbes, en apenas 10 kilómetros de recorrido prácticamente en línea recta y que permiten 80 kilómetros de velocidad máxima legal, de los cuales unos 3.000 metros van por el interior de los enormes farallones que hacen de antesala al pueblo aldeano.
El resultado es una sustancial reducción de tiempos, para pasar de la antigua media hora a los ocho minutos actuales, con un notable incremento de la seguridad y el ahorro "de un buen mareo", como subrayaban Argelio Díaz y Lorenzo Alemany, de una empresa de alquiler de maquinaria y de frecuentes viajes a la localidad.
Tomás Pérez, mostraba su reconocimiento a las distintas administraciones competentes en la construcción del vial, además de no dejar atrás en su discurso un tirón de oreja por los retrasos que ha sufrido el proyecto y la lucha de su pueblo para lograrlo. Tuvo palabras de respaldo y apoyo para los alcaldes que le antecedieron en el cargo, Celestino Suárez y José Miguel Rodríguez, y también para Foro Aldeano, pero sobre todo para impulsar tanto la finalización de la obra que queda por delante para llegar desde El Risco a Agaete, así como para en un futuro a medio plazo emprender la que debe llevar a Mogán en las mismas condiciones de rapidez y seguridad.
Por su parte, Clavijo incidía en poner toda la carne en el asador para ejecutar la segunda fase, con la que "se hará justicia con este pueblo y dar respuesta a una reivindicación histórica de los aldeanos y grancanarios".
Antonio Morales, por su parte, califica de "derecho indiscutible" las aspiración de los aldeanos, no sin olvidar que "se ha tardado demasiado" por "incumplimientos graves", razón por la que considera que la segunda fase "hay que hacerla muy rápido".En cualquier caso se felicitaba ayer por haber llegado hasta Las Marciegas: "como el parto ha sido difícil", afirma, "la alegría debe ser mayor".
Una alegría a la que se apuntaban los naturales de La Aldea, como Antonio Ojeda, quién aseguraba antes de la apertura que "ya nos la merecíamos", porque tanto él como sus vecinos "hemos sufrido lo que no está escrito". Eran del mismo parecer Lourdes Montesdeoca y Lorena Pérez, quienes subrayaban la mejora en la seguridad, al menos en la mitad del recorrido actual, sin olvidar que en Faneque, en la parte que aún falta por ejecutar, los desprendimientos siguen dando incertidumbre a los usuarios, como también dentro de los antiguos túneles "hechos de pico y pala", como apuntaba Jonás García, "de los que siguen cayendo piedras", relatando un reciente susto sufrido en primera persona.
De alguna manera Jonás aludía a lo que posteriormente sostenía el vicepresidente del Gobierno de Canarias y titular de Obras Públicas, Pablo Rodríguez, al valorar que "las infraestructuras viarias no son únicamente alquitrán, sino que se traducen en mejora del bienestar de aquellos que deben trasladarse por motivos familiares, laborales o simplemente de ocio cada día".
Y en este aspecto dio algunos datos porcentuales que ponen de relieve la mejora en el acceso a La Aldea, como "una reducción del 35% en longitud y de un 70% en tiempo de desplazamiento para los usuarios".
