La procesión marinera entre Arguineguín y el Puerto de Mogán se suspendió ayer a los pocos minutos del embarque por un conflicto entre la Guardia Civil del Mar y los pescadores respecto al número de personas que cabían en los barcos que acompañaban a la virgen del Carmen. Ante la falta de acuerdo, los patrones de la Cofradía de Arguineguín decidieron regresar a tierra y devolver la imagen de la patrona a su iglesia.

Es la primera vez en la historia que se suspende esta travesía entre los dos puertos pesqueros de Mogán, algo que no habían conseguido ni los temporales de mar ni otras adversidades, aunque en los últimos años ya se habían lanzado quejas por la masificación y la pérdida del sentido religioso. Además, es la segunda vez en el plazo de 15 días que se tiene que interrumpir un acto popular en la localidad de Arguineguín, después de que se anulara la Fiesta del Agua por el comportamiento de algunos jóvenes participantes.

A las 10.30 de la mañana, a la hora en que empezara la misa en la cercana iglesia del Carmen , centenares de personas disfrutaban ya de la fiesta sobre las cubiertas de todo tipo de embarcaciones, desde chalupas de dos navegantes a yates de lujo. Las principales aglomeraciones de gente se detectaban en los buques de recreo con fondo de cristal, con la música a tope, pero el problema se generó con los barcos artesanales, que tienen una normativa más concreta sobre el número de tripulantes y pasajeros que pueden llevar.

Tras recorrer en procesión las calles de Arguineguín, la imagen llegó al muelle a las 11.45 horas y fue colocada sobre la cubierta del pesquero de Vicente Abrante, patrón mayor de la Cofradía, y rozando el mediodía partió hacia la bocana para dirigirse a El Pajar y después poner rumbo a Mogán. En ese momento, agentes de la Guardia Civil ya habían inspeccionado varios barcos de pesca y habían conminado a sus patrones a que desembarcaran a las personas que excedían la capacidad máxima, con la advertencia de que serían sancionados en caso de no hacerlo. Algunos pescadores se negaron a seguir esas órdenes y alegaron que es tradición que en el día del Carmen se permita el traslado de familiares y amigos hasta Mogán. Además, argumentaron que el mar estaba en calma y que, en caso de algún accidente, habría numerosas embarcaciones alrededor para socorrer, incluida las lanchas de Cruz Roja.

Ante la negativa de los agentes de la Guardia Civil, uno de los patrones comunicó por radio a Vicente Abrante que le obligaban a dejar a cinco personas en tierra, a lo que se negaba. Camino de El Pajar, otros marineros se solidarizaron y propusieron al patrón mayor suspender la travesía.

En el barco que transportaba la imagen del Carmen, en el que también viajaban los sacerdotes y los representantes del Ayuntamiento, hubo momentos de tensión porque todos deseaban llegar hasta Mogán. Según varios testigos, se decidió llamar a la Capitanía Marítima para que mediara y autorizara la sobrecarga, atendiendo a la tradición en este día tan señalado para los marineros. No se accedió a esa pretensión.

Ante la negativa de la Guardia Civil y la presión de los otros patrones, Vicente Abrante consultó con los sacerdotes y con la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, que le respondieron que la fiesta y la patrona pertenecen a los marineros y son ellos los que tienen la última palabra. Finalmente se optó por entrar en el puerto de Arguineguín y devolver la imagen a la iglesia, adonde llegó a los 13.30 horas entre aplausos de los fieles. Algunos muy enfadados y la mayoría decepcionados, sin comprender las razones de unos y otros.

A doce kilómetros de allí, en la lonja de la Cofradía de Mogán, otro grupo de devotas preparaban la imagen de la patrona para el encuentro de las dos vírgenes en el muelle. Algunas se mostraron indignadas al conocer la suspensión y echaron la culpa de lo ocurrido a la masificación de la fiesta en los últimos años y al deseo de algunos de hacer negocio por encima de los sentimientos de los marineros. El próximo 30 de julio se celebra la procesión marítima desde Mogán a Arguineguín.