Como cada 9 de septiembre, los aldeanos bailaron la tradicional Bajada de la Rama que tiene en este pueblo un especial y particular encanto, con tremendo arraigo histórico. "Es una fiesta con historia, y el rollo aborigen es lo que más divierte al grancanario", desveló Isidro Díaz, vecino septuagenario de La Aldea. El evento, en esta ocasión consecuencia de la novedad que supone llegar con mayor facilidad a La Aldea, tras la puesta en servicio de la primera fase de la nueva carretera, contó con una multitudinaria participación con notable presencia de forasteros.

Los aldeanos, como cada año, comenzaron a reunirse por las inmediaciones del casco del pueblo tras la Feria de Ganado. En las casas ya había comenzado el tenderete con amigos y familiares donde nunca falta una suculenta comida, buenos rones, timples y guitarras. Sobre las cuatro de la tarde la Banda de Agaete se dio una garbeo en el camión municipal avisando al pueblo de que ya tocaba subir a por la rama. "Es una fiesta con mucho arraigo entre los aldeanos", afirmó Díaz, que no pierde las ganas de jolgorio pese a su edad.

En el Almacén de los Picos se empezaron a agolpar los asistentes que emergían en grupos de todos los rincones del casco. A las cinco, puntualmente, se iniciaba el festejo en un día caluroso para los visitantes pero fresco para los lugareños. "Por lo menos corre el viento, se está bien", aseguró Juan Márquez. Mientras Laura Sánchez, llegada desde la capital grancanaria, se abanicaba y se refrescaba a base de ron, cola y hielo. "A grande problemas pequeños remedios", espetó la muchacha mientras bebía de su cubata rama en mano.

Niños, jóvenes y mayores partían acompañados de papagüevos, agitando ramas de pino y bailando en una desbordante manifestación llena de alegría y colorido. Cuerpos alegremente desenfrenados donde la populachera música ininterrumpida de las bandas de Agaete y Charanga de La Aldea obligaba a continuados brincos con ramas en alto.

"Los aldeanos estamos acostumbrados a celebrar esta fiesta entre nosotros, con pocos visitantes, pero siempre hemos sido acogedores con los que vienen", detalló Díaz, que ayer vivió con sabor agridulce la Bajada. "La carretera lo cambia todo, incluido las fiestas patronales que históricamente han sido de los aldeanos", explicó.

Los jóvenes aldeanos ven con buenos ojos la expansión de las fiestas del municipio. "Está bien que pueda venir más gente, se multiplica la diversión", señaló Tenesara Santana, que acudió con sus amigas Aránzazu Medina y Patricia Montesdeoca. "Hay que mantener el respeto por la tradición y permitir que los aldeanos mayores puedan seguir disfrutando de sus fiestas", declaró Medina. Las muchachas esperan que la visita de forasteros no manche la festividad. "Mientras se venga a pasarlo bien hay sitio para todos", aseguró Montesdeoca.

En una esquina apoyados contra la pared, como si vigilasen la fiesta, estaban Ovidia y Pedro Rodríguez, septuagenarios del municipio, que salen a la calle cada año. "Ya no festejamos pero sin ver pasar la Bajada de la Rama para mí no pasa el año", aseguró Ovidia. Ambos afirman que salen para "echar un ojo" a los menores del pueblo y que sus "maldades no se salgan de madre", explicó Pedro.

Los muchísimos visitantes se vieron contagiados del jolgorio aldeano, sumándose a este festejo popular antesala de la romería ofrenda del día del Santo San Nicolás de Tolentino. La larga serpiente multicolor que transcurrió por la vía principal del pueblo y sin incidentes de importancia, tras recorrer unos kilómetros, concluía una vez entrada la noche en el Barranquillo Hondo, lugar donde tradicionalmente finaliza La Rama.

La fiesta, tras la exhibición de fuegos artificiales, continuó hasta avanzada la madrugada con una verbena popular amenizada por las orquestas Güira Latina y Tamarindos.

Como acto preliminar al Charco de mañana lunes, esta tarde será la romería ofrenda a San Nicolás de Tolentino. Si bien este festejo se inició a finales de la década de los ochenta se ha convertido en multitudinario y de una enorme calidad de las parrandas y carrozas con participación de todos los barrios del municipio. La Romería partirá a las seis de la tarde desde las inmediaciones del Almacén de Los Picos.

En este día del Patrono de los aldeanos, a las seis y media de la mañana será la diana floreada y a continuación habrá misa con la bendición de los panecillos de San Nicolás. A la celebración de la eucaristía, de las once de la mañana, le seguirá la procesión de la talla de santo, recién restaurada. Por la noche habrá bailes de cuerdas en la Plaza Vieja y verbena en el Anfiteatro-Plaza Proyecto de Desarrollo Comunitario.