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Entrevista a Javier Libertad

"El público quería algo más cercano y menos escenario"

"El papel es muy costoso, se dedican muchas horas de preparación, incluidos fines de semana", asegura el Perro Maldito de 2017

Javier Libertad maquillado como el perro maldito, ayer. JUAN CASTRO

¿Cuántos años lleva participando antes de ser el actor principal?

Ocho años, que no son pocos. Es una fiesta del pueblo, que la verdad cuando venía de joven nunca me imaginé que sería el perro maldito algún día.

¿Porqué decidió ser perro este año?

Es un tema sentimental. Mi padre falleció en diciembre y mi familia siempre me ha apoyado en mis espectáculos, como en la gala Drag de este año. Y al final, por curiosidad, decidí presentarme en zancos al casting y me eligieron.

¿Entonces la culpa de que el perro fuese en zancos es cosa suya, gustó la idea?

Sí, la idea la propuse yo. La idea gustó porque el público lleva varios años pidiendo un perro con zancos, que sea más cercano a la gente y esté menos tiempo en un escenario. Los asistentes querían poder decir que el perro pasó a su lado y no que lo vio de lejos.

¿Cuándo vino a ver por primera vez la Suelta del Perro Maldito?

Pues no fue hasta los quince años, porque mi madre no me dejaba venir de chico. Y no por el fuego o los peligros, sino por la tradición de que el perro anda suelto, la inocencia de uno. Yo le pedía todos los años poder ir, pero mi madre no me dejó hasta los quince.

¿Cómo fue esa experiencia?

Era ya mayor para pasar miedo, pero fue espectacular. Recuerdo que se me pusieron los pelos de punta y me emocioné con todo el espectáculo. Cuando una bola de fuego te pasaba por encima y sentías el calor era una pasada. También ver a la gente subida en zancos me marcó. Cuando uno pasaba a tu lado a tres metros de altura era impresionante.

¿Qué espera trasmitir en tu primer año como perro?

Espero sobre todo que la gente me sienta de cerca, que sea más que nunca un espectáculo en la calle y que la gente se marche con ganas de más.

¿Cómo se prepara uno para encarnar este papel?

Es muy costoso. Eres el actor principal de un elenco de más de ochenta. Son muchas horas las que hay que dedicarle. Son horas de guión, adaptación y de ensayos, fines de semana incluido. Pero merece la pena.

¿Seguirá participando?

Por supuesto, no sé si me volveré a presentar a perro, porque hay más gente que también tiene que serlo, pero sí que seguiré participando. La Suelta del Perro Maldito es una escuela, en la que todos nos involucramos, aprendemos y nos desarrollamos. Muchos de los veteranos de hoy comenzaron siendo niños.

¿Qué elementos debe tener un buen perro?

Para mí, lo primero que debe tener un buen perro es presencia. También tiene que saber estar. Estamos hablando de un espectáculo que cuenta con 7.000 asistentes todos los años, siendo el teatro callejero más importante de Canarias, y el actor principal tiene que estar a la altura.

¿Qué pedían al actor que encarnara el perro este año?

En el casting pedían un perro agresivo, cabreado y que venga a morder. Ese fue uno de los factores que me dio a mí la posibilidad de ganar.

¿Cree que infringirá ese miedo?

Mi intención es arrodillar al público de Valsequillo. Yo y mis compañeros, porque hemos trabajado mucho este espectáculo para que todos lo disfruten.

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