Fatou Darboe es presidenta de la Asociación de Mujeres que gestiona Huertos Comunitarios en la región de Soma, en la república de Gambia. Hoy expone las dificultades de las mujeres rurales de su país en el foro Surca Villa de Moya. "Las mujeres tienen que estar muy unidas para poder avanzar", señala Darboe. La gambiana asegura que en su poblado es así, y que gracias a la unión han conseguido mejorar la situación. "Hemos formado asociaciones para que cuando unas mujeres no consiguen cultivar, plantar, o avanzar, otras las apoyen y al final todos salgamos adelante", describe Darboe, que lleva trabajando en el campo desde los seis años en la región de Suma.

En su poblado gambiano conviven unas 500 mujeres que trabajan en el mundo rural. Darboe quedó admirada con la Villa de Moya: "No tiene nada que ver con la capital de mi país", subraya. La africana remarca que son las mujeres quienes se organizan para avanzar, ya que el gobierno tan solo las apoya pero no aporta ninguna ayuda económica. "También tenemos apoyos de ONG extranjeras, pero mayormente somos nosotras las que nos organizamos para poder subsistir", explica.

De esta manera, Darboe gestiona varios huertos comunitarios en su región. "Se ha avanzado, pero la modernización no llega, seguimos trabajando como se hacía antaño, el cambio es real, pero lento, las cosas han mejorado en los últimos 20 años", sostiene Darboe. La organización y las ayudas internacionales han apoyado las causas de la mujer rural en muchas regiones africanas, pero a la hora de la verdad, siguen trabajando el campo igual que siempre.

Uno de los problemas principales que sufren las mujeres rurales en su país es que no tienen donde almacenar lo que producen. "Todas se unen y cultivan cebolla, tomate y nana, una especie de menta, porque es lo que se puede vender rápido, ya que no podemos almacenar nada de lo que cultivamos", asegura.

Darboe tiene esperanza, ya que es lo último que se pierde, y gracias al progreso, lento, que ha visto durante los últimos años, tiene la certeza de que las próximas décadas la situación seguirá mejorando. "El cambio es real, pero tarda en dar resultados", declara. De momento, la gestión de huertos comunitarios permite una organización de las mujeres rurales de su región para subsistir entre ellas, ya que como remarca Darboe, el gobierno solo apoya la causa cuando aparece, pero nunca ofrece medios. "Cuanta más visibilidad se le de al problema, antes se solucionarán las cosas, porque el mundo rural sufre igual en todo el mundo", sentenció.