Nueve familias de la calle Arado, en el barrio arrecifeño de Argana Alta, carecen de agua e iluminación en sus viviendas desde el pasado martes. El suministro eléctrico que recibían de la luz de obra, desde hace al menos dos años, les ha sido cortado a raíz de una deuda que mantiene la empresa promotora y constructora de esa urbanización, Construcciones Míguez Lanzarote SL, con la compañía eléctrica Unelco Endesa.

Aunque las casas tienen el enganche a Inalsa, sin embargo, al no tener electricidad los hidros han quedado inutilizados para impulsar el agua hasta las canalizaciones de los domicilios. Ninguno de ellos tiene aún la cédula de habitabilidad que otorga el Ayuntamiento, documento que acredita que la vivienda es apta para ser utilizada y habilita a sus propietarios para acceder a los contratos con las entidades suministradoras.

Los vecinos, que a duras penas soportan la difícil situación a la que tienen que hacer frente al no poder cocinar, conservar sus alimentos en el frigorífico o darse una ducha, reclaman a la constructora que les vendió los inmuebles y al Consistorio de Arrecife que agilicen los trámites para solucionar cuanto antes los problemas en sus servicios básicos.

Miguel Míguez, responsable de la constructora, responsabilizó al Ayuntamiento del retraso en la concesión de los permisos y recordó que "hace tiempo que se le pidió la primera ocupación y todavía no ha hecho nada. No voy a estar toda la vida pagándoles el agua y la luz a los vecinos. Que lo arreglen los políticos, que para eso cobran".

El 28 de octubre del pasado año, la institución local derribó por orden judicial diez casas construidas ilegalmente en la calle Balayo de Argana Alta, perteneciente a la misma empresa de construcción y a escasos metros del edificio que ahora se ha quedado sin agua ni luz. Míguez considera que sus "problemas personales" con el Ayuntamiento derivados del episodio de Balayo han frenado el otorgamiento de las autorizaciones para las nuevas edificaciones.

Señaló que, a pesar de que tenía licencia municipal para construir esta última urbanización, "luego empezaron a decirme que la construcción estaba mal situada y que parte de la misma invadía suelo rústico".

El alcalde de Arrecife, Enrique Pérez Parrilla, recibió ayer a un grupo de vecinos acompañados de su abogada, con el fin de que el regidor les aclarara la situación urbanística en la que están sus casas y pedirle una salida a su complicada realidad. Se comprometió a estudiar el asunto, comentó uno de los afectados.