La Graciosa podría convertirse, tras El Hierro, en la segunda isla del Archipiélago Canario en estar "alimentada" exclusivamente de energías renovables, y no lo solo acabar con su dependencia de los combustibles fósiles sino de su dependencia energética de Lanzarote. Ese es el objetivo del acuerdo aprobado ayer por el pleno del Cabildo, y que permitirá a la corporación firmar convenios de colaboración con el Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) y el Ayuntamiento de Teguise, con la finalidad de alcanzar dicha autosuficiencia energética.

El convenio destaca que su finalidad es lograr "un uso más racional de la energía y de la máxima penetración de las fuentes de las energías renovables, hasta conseguir el objetivo, en la medida de las posibilidades técnicas y reales, del 100% de autosuficiencia energética y paliar, cuando no terminar, su dependencia energética de Lanzarote.

El acuerdo, que tendrá una vigencia de cuatro años, establece que las tres instituciones se dirigirán al Instituto de Diversificación y Ahorro Energético, dependiente del Ministerio de Industria, y a la Consejería de Medio Ambiente, Industria del Gobierno de Canarias para que se sumen a este acuerdo.

El documento recoge algunas de las actuaciones a realizar, entre las que se incluyen el asesoramiento y presentación de alegaciones al PRUG del Parque Natural y del Plan Director de la Reserva Natural Integral en materia energética; el análisis de la demanda actual La Graciosa y necesidades futuras; la realización de auditorías u diagnósticos energéticos sobre la red eléctrica insular, incluyendo edificios e instalaciones, y la realización de estudios de impacto ambiental.

Para el desarrollo de las actuaciones, se tendrá en cuenta los datos recogidos por la estación meteorológica instalada por el ITC desde noviembre de 2009, que recoge los datos de radiación solar, temperatura, y velocidad del viento, así como los de la nueva estación que se instalará en fechas próximas.

Además, el Cabildo estudiará la creación de cooperativas u otras formas de asociacionismo que permitan a los gracioseros participar en la toma de decisiones sobre los proyectos, así como beneficiarse del excedente de producción que se genere.