El departamento de Misiles y Cohetes (Missiles and Rockets) de la Agencia de Abastecimiento y Mantenimiento de la OTAN (Namsa) hizo entrega a la Consejería de Turismo del Gobierno de Canarias de una guía para la reconstrucción del misil Lance que se había enviado a Lanzarote en tres partes desde distintas bases norteamericanas en Europa en los primeros meses de 1993. Una documentación con la que se indicaba los pasos a seguir para montar el proyectil al que previamente se le había quitado la carga nuclear.

Las tres piezas del misil Lance del ejército de Estados Unidos llegaban a Lanzarote entre abril y mayo de 1993 con el objetivo de formar parte del denominado Monumento a la Paz que se le-vantaría junto a otro cohete en-viado meses antes por la Unión Soviética. El Scud soviético también era una pieza auténtica aunque en la documentación oficial se asegura que es una maqueta a tamaño real.

Las tres piezas del Lance M-251 permanecen desde hace más de dos décadas en una de las naves del Complejo Agroindustrial de Teguise tras la decisión del Cabildo de Lanzarote de almacenar dichos proyectiles en estas instalaciones hasta que se decidiera su ubicación definitiva. No obstante, desde esa fecha ninguna institución lanzaroteña se ha interesado por retomar la idea que, según el consejero de Turismo del Gobierno de Canarias que decidió poner en marcha el proyecto, Miguel Zerolo, fue una propuesta del artista lanzaroteño, César Manrique y la colaboración del escritor Alberto Vázquez Figueroa.

Tras el acuerdo con la Namsa el misil desmantelado Lance M251 llegó a la isla en tres fases. El cuerpo del cohete llegaba al puerto de Los Mármoles de Arrecife el 22 de abril de 1993 desde las instalaciones militares en Bishopton (Escocia, Reino Unido) mientras que la cabeza desactivada M201 serie 2157 recalaba en Lanzarote el 18 de mayo desde Münster (Alemania), con salida por barco desde Bremen. Por su parte, las aletas para el Lance llegaron al aeropuerto de Lanzarote desde Luxemburgo el 1 de abril de 1993.

En la documentación que se le entregó a la Consejería de Turismo figura un dossier de once hojas en el que se aportan los distintos pasos del ensamblaje del misil Lance, dado que era necesaria su reconstrucción para poder erigir el Monumento de la Paz. En el caso de la Unión Soviética el acuerdo con la empresa oficial rusa comercializadora del material militar Oboron Export incluía el misil Scud al completo, una vez desactivado, con un peso de más de 2.000 kilos y una longitud de algo más de diez metros.

Y es que mientras las grandes potencias europeas llevaban a cabo complicadas negociaciones para eliminar los misiles de corto y medio alcance, dos cohetes con todas sus partes (evidentemente sin sus cargas nucleares) pasaban todos los controles fronterizos sin ningún tipo de problema. De hecho, un inspector alemán confirmaba en la frontera con Polonia que el Scud soviético podría perfectamente funcionar si se cargaba. De la misma manera, el misil americano a pesar de venir sus piezas de tres lugares distintos lo cierto es que la propia OTAN enviaba el dossier para su reconstrucción

El Museo Histórico Militar de Canarias, que se ha interesado por los misiles, enviaba la semana pasada a dos militares para ver el estado en el que se encontraban los artefactos en las naves municipales de Teguise. Aunque no pudieron analizar en profundidad los cohetes por estar en una zona colmatada de enseres lo cierto es que realizaron diversas fotografías.