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Una fe con magia y alegría

La parroquia capitalina de San Ginés celebra su octava semana misionera

Una fe con magia y alegría

La comunidad de feligreses de la parroquia de San Ginés, a la que también pertenece la iglesia de Playa Honda, vive estos días "un revulsivo para reactivar y renovar la fe", según el párroco de San Ginés, Miguel Hernández, quien con estas palabras se refirió ayer a la Octava Semana Misionera que comenzó el pasado domingo y se extenderá hasta el uno de febrero. El mensaje que protagoniza esta edición es Encontrarnos con Dios para renacer de la alegría.

Hernández explicó que este encuentro, en el que participan misioneros del Inmaculado Corazón de María Claretianos y de la congregación Marta y María, se desarrolla bajo el llamamiento del Papa Francisco y de la Diócesis de Canarias de que "nuestra iglesia esté en permanente estado de misión, de ir al encuentro de los otros desde la alegría del Evangelio". El cura añadió que es "una suerte e ilusión poder contar con el testimonio de estos misioneros, que siempre nos trasmiten ilusión, entusiasmo apostólico, vitalidad y frescura evangélica". Destacó "la gran acogida de las jornadas".

El misionero claretiano Lorenzo García forma parte de los equipos itinerantes que se desplazan por distintas comunidades de España. Aseguró que la acogida que ha tenido esta experiencia en Arrecife "ha sido muy buena porque la parroquia de San Ginés es muy misionera, sale a la calle y ha roto vivir de muros hacia adentro. Lo que pretendemos es que ese espíritu misionero siga vivo y dar un asalto a una iglesia alegre y llena de amor, esperanza y generosidad, ya que así es como experimentamos el Evangelio auténtico, que es el encuentro con Jesús".

Octavio Caraza es misionero seglar y también se dedica al ilusionismo. "El Evangelio de por sí ya es mágico, la gente cambia su vida al encontrarse con Jesús", afirmó Octavio. En sus reuniones con los fieles no duda en realizar números de magia, como el de la cuerda que se corta y recompone y que utilizó hace unos días para hablar de la reconciliación. "Es una ayuda visual tanto para los adultos como para los niños a la hora de captar un mensaje", precisó Octavio.

Las religiosas Deodora Maldonado y Azucena García, de la congregación Marta y María, aportan los cantos a las liturgias. "Pretendemos que las canciones sean modernas y rítmicas para que la gente despierte la ilusión", manifestaron las hermanas.

El sacerdote polaco Alberto Siwek trabaja en el interior de Irlanda. Regresa al país del trébol con un ligero bronceado tras pasar sus vacaciones en Lanzarote. Manifestó ayer que le ha gustado "mucho" lo que ha vivido en Arrecife y cuya idea piensa trasladar a Irlanda. "Aunque la Iglesia Católica es universal, en todos los lugares hay cosas diferentes", apreció.

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