El arquitecto Juan Manuel Ruiz de la Prada y Sanchiz (Madrid, 1927) falleció este lunes en Segovia a los 88 años. Era un gran coleccionista de arte, hijo de otro arquitecto, Manuel Ruiz de la Prada y Muñoz de Baena, y padre de la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada. Fue un referente de la arquitectura residencial madrileña y también fue promotor urbanístico. Se tituló por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid en 1957 y su obra está principalmente en Madrid, aunque se extiende también por Barcelona, Tarragona, Jávea (Alicante), Valencia, Marbella (Málaga), Ávila y Canarias.
En el Archipiélago llevó a cabo el edificio Castillo de Las Palmas y los hoteles Barranco Águila y Maspalomas en Gran Canaria; y sobre todo la urbanización La Santa en Tinajo (Lanzarote). "Estaba muy orgulloso de esa obra y siempre aparecía entre las principales que él mismo se adjudicaba", señala Juan Marrero Portugués, exdirector de La Caja de Ahorros en Lanzarote, el encargado de contratar a Ruiz de la Prada para esa obra en 1972. "La recomendación fue de César Manrique", dice, "yo le pedí un arquitecto de categoría y él trajo a Ruiz de la Prada para hacer ese centro turístico". El proyecto de La Santa fue una de las primeras urbanizaciones de la Isla, junto a la de Río Tinto en Costa Teguise. El proyecto original consistió en tres unidades de apartamentos y bungalós, salas de congreso y la adecuación de la laguna. Los edificios, según Marrero, corrían a cargo del arquitecto, mientras que la laguna, que aún hoy se conserva, la iba diseñando el artista lanzaroteño. "César y él eran muy amigos y se entendieron muy bien trabajando", señala Marrero, que asegura que por esa época el arquitecto madrileño se alojaba cuando venía a la Isla para dirigir la obra en el Arrecife Gran Hotel. Marrero recuerda haberle visitado, junto a Manrique, en su estudio de Madrid y cree que el arquitecto también proyectó alguna casa unifamiliar en Playa Honda.
Los apartamentos y bungalós de La Santa, una década después de su inicio, se acabaron convirtiendo en el primer centro turístico-deportivo de la Isla: el Club La Santa. Hoy sigue siendo un referente del turismo deportivo, ha ampliado recientemente sus instalaciones, tanto las deportivas como las residenciales, y ha creado y desarrollado el Ironman Lanzarote, la prueba de mayor prestigio de la Isla. Uno de los promotores de aquel centro deportivo fue Willy Beckman, ya fallecido. Desde Dinamarca, su esposa, Lis Beckman, recuerda que visitaban a Ruiz de la Prada en el año 1978 en su casa en Cortijo viejo, junto a lo que hoy es Puerto Calero. "Era una casa preciosa, situada ahora justamente por encima del pequeño muelle frente a la entrada marítima de Puerto Calero, era una experiencia única, todas las paredes de la casa estaban decoradas con grandes cuadros de César Manrique", dice, y señala que cuatro más tarde de esas visitas la compañía danesa Tjaereborg International Holding había adquirido la "Unidad Uno" en La Santa y su marido y Ruiz de la Prada "empezaron a colaborar para realizar la idea de mi marido de crear un centro único de vacaciones para familias activas, deportistas de todos los niveles y para la élite del deporte". Además de La Santa, recuerda un arquitecto de la Isla, Ruiz de la Prada había llevado a cabo el diseño del plan parcial Cortijo Viejo y en esa zona se construyó su propia casa, la que visitaban los Beckman, aprovechando un viejo molino.
Según el Colegio de Arquitectos madrileño, Ruiz de la Prada es autor de una obra de indiscutible calidad en diseño y ejecución, en la cual supo combinar acertadamente las exigencias funcionales de cada proyecto con la adopción de formas sencillas, rotundas y singulares.
Entre otros proyectos, es responsable de la Residencia de la Comisión Episcopal en Arturo Soria, así como de emblemáticos edificios de viviendas del Ensanche madrileño, como los de Velázquez 89, Zurbano 73, Ortega y Gasset, José Abascal 50 o General Martínez Campos 51. Según figura en el archivo histórico del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, en sus comienzos compartió estudio en Madrid con el arquitecto José Carlos Álvarez de Toledo. De esta etapa destaca la fábrica Cinzano, en la avenida de América. Colaboró también con Aurelio Botella, Julio Cavestany, Javier Carvajal, con el que hizo un plan parcial en Alicante y otros edificios en Algeciras y con Fernando Higueras, con quien firmó un proyecto en la calle Miguel Ángel para Otasa. Más adelante firmaría trabajos como las piscinas Pinar Puente Viejo de Ávila o las casas Girod Pardo, Prado Largo, Urgoiti y Herrero, en Madrid.
