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"Nico, la Virgen te parió para ser cura"

Más de 400 personas arropan al graciosero Nicanor Bermúdez en su estreno como sacerdote en Caleta de Sebo

La lluvia de las primeras horas de la madrugada del sábado dio una tregua ayer a La Graciosa y permitió que la octava isla canaria celebrara una jornada histórica bajo un radiante sol y temperaturas que alcanzaron los 27 grados. De esa manera recibió Caleta de Sebo a los más de 400 feligreses que se trasladaron desde Lanzarote hasta el mayor de los islotes del Archipiélago Chinijo para asistir a la primera misa oficiada por el sacerdote graciosero Nicanor Bermúdez Páez, ordenado presbítero el pasado 10 de octubre en la catedral de Santa Ana, en la capital grancanaria.

Una emotiva ceremonia en La Graciosa en la que participaron 17 curas procedentes de distintos puntos de Canarias, la Península e incluso desde Italia. Faltaban cinco minutos para las 11.30 de la mañana, hora de inicio de la eucaristía, cuando la abuela materna de Nicanor, Fe Toledo, se deshacía en elogios para su nieto. "Estoy muy orgullosa de él. Ha luchado mucho para llegar a ser cura y ha tenido mucho mérito. Hoy es un gran día y estamos muy contentos. Un día me confesaré con él", aseguró la anciana sin poder contener el llanto.

Envuelto en emoción y alegría, Nicanor hizo suyas durante la homilía las palabras que San Juan Bosco pronunció al llegar a su pueblo después de recibir la ordenación: "Cuan maravilloso son los designios de la divina providencia". Y continuó afirmando que "verdaderamente Dios sacó de esta tierra a un pobre chiquillo para colocarlo entre los primeros de su pueblo. Gracias Señor porque tú llamas, eliges y remueves el corazón donde tú quieres y allá donde tú deseas". Indicó que está viviendo "el ministerio sacerdotal como algo grande y hermoso en el que le he entregado al señor mi pequeñez, humildad e incluso mis pecados".

Desbordado nuevamente por el sentimiento, Nicanor agradeció a sus padres (Luisa Páez y Sebastián Bermúdez) "por colaborar con Padre Dios en el don de la vida" y "por las cosas buenas que me han enseñado". También tuvo palabras para sus hermanos Javier (instructor de buceo) y Jorge (cocinero en el pesquero Cima de oro, "con los que hemos aprendido unos de otros". Especial fue el mensaje que ofreció a su abuela Fe, "la primera que me habló de Dios y con la que rezaba cuando me iba a dormir". La anciana se encontraba sentada en la primera fila del público junto a la abuela paterna de Nicanor, Nena Hernández, y la madre del joven, además del alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, y la edil delegada para La Graciosa, Alicia Páez.

La misa se celebró al aire libre sobre el jable graciosero y el altar se colocó sobre la plaza de la parroquia Virgen del Mar, presidida por la Virgen del Carmen, patrona de la Isla. A esa misma imagen encomendó Nicanor su plegaria cuando solo contaba con "diez u once años" invitado por Fermín Romero, el párroco que durante 15 años ofició los servicios religiosos en la época estival en Caleta de Sebo y lo condujo al Seminario Diocesano de Canarias, en la isla de Gran Canaria, para que realizara allí sus estudios.

El propio Fermín recordaba ayer a los presentes lo que le Nicanor le dijo a la Virgen: "Madre mía del Carmen, si tú un día me llamaras a ser sacerdote haz que yo no te diga que no y si no, no me llames. La Virgen lo acompañó y hoy es sacerdote", dijo sonriente Fermín. "Podemos decir que la Virgen del Carmen lo parió para ser sacerdote" subrayó el religioso antes de revelar que "Nicanor cuando venía a misa en La Graciosa era el que se adelantaba siempre a tocar la campana". Le recomendó que "en los momentos difíciles y cuando arrecie la soledad reza y acógete en Dios, no lo vas a pasar mal".

El rector del Seminario Diocesano, Salvador Santana, indicó que "de alguna u otra manera, los gracioseros han hecho posible que Nicanor sea hoy sacerdote. No estamos aquí por casualidad", prosiguió Santana, "sino porque Dios nos ama y nos busca y hay que abrirle el corazón". De Nicanor destacó en referencia a su etapa de formación en el Seminario, que "ha sido un muchacho ejemplar, un niño noble, que se deja hacer y acompañar por una espiritualidad seria. En él se ve el paso de Dios por la historia de las personas".

Desde Italia llegó el cura Ignazio Serra. Conoció a Nicanor hace dos años en la catedral de Santa Ana. Dijo de él que "es un chico humilde y cercano, como el Papa Francisco pide a las personas que sean" y añadió que "es una persona madura y del corazón de Dios".

La Coral Arrecife puso letra y música a la ceremonia, en la que se intercalaron en repetidas ocasiones los cacareos del gallo de Agustina, cuyo corral está próximo a la iglesia de Caleta de Sebo.

"Hasta los gallos de La Graciosa están felices y contentos. El marco en el que se ha celebrado la misa es incomparable y estas vistas con el Risco de Famara enfrente, valen más que miles de catedrales del mundo", dijo exultante el párroco de San Ginés, Miguel Hernández.

Como buen graciosero Nicanor no podía dejar de lucir el gorro típico de esa isla. Se lo colocó el hasta hace poco párroco de La Vega y La Graciosa, Agustín Lasso, ahora destinado en el municipio de Tías.

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