David Cameron y su familia ya se encuentran en Lanzarote. El primer ministro británico aterrizó en la isla a las 11:30 horas en un vuelo de Easy Jet procedente de Londres, que se adelantó 20 minutos al horario previsto.

Cameron entró en el recinto aeroportuario por la sala de autoridades y salio precedido de una imporante pero discreta comitiva de seguridad hacia el sur de la isla, donde permanecerá hasta el próximo día 30.

E esta ocasión, el primer ministro británico se alojará en un hotel situado en la zona turística de Playa Blanca, en la costa del municipio de Yaiza.

En su primera visita, en 2014, David Cameron viajó a Lanzarote en un vuelo de la compañía de bajo coste Ryanair y se hospedó durante seis días en la "Casa Tomarén", un establecimiento de turismo rural situado en San Bartolomé, en el interior de la isla.

Durante esa Semana Santa, se vio al primer ministro británico haciendo gala de una vacaciones comunes: surfeando junto a sus hijos en la playa de Famara, comiendo pescado en un restaurante de cocina tradicional o haciendo la compra en un supermercado.

Cuando la familia Cameron abandonó la isla de los volcanes, el Cabildo de Lanzarote encargó un estudio sobre la repercusión de su estancia en la isla, que concluyó que había generado un impacto informativo en los medios de comunicación británicos cuyo valor publicitario superaba los 1,2 millones de euros.

El Reino Unido es el principal país emisor de turistas extranjeros a Lanzarote, de tal manera que prácticamente la mitad de los visitantes que eligen la isla cada año son británicos.

Solo el mes pasado de febrero, en plena temporada alta en Canarias, llegaron a Lanzarote 185.281 visitantes extranjeros, 92.823 de ellos británicos.

Desde hace años, Lanzarote ha sido destino vacacional habitual de numerosos dirigentes políticos. Por esta isla han pasado personalidades como los expresidentes españoles Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero, el expresidente de la República Checa Václav Havel, el expresidente ruso Mijaíl Gorvachov, el alemán Helmut Kohl o, recientemente, el primer ministro irlandés, Michael Higgins.