"Pido perdón por el perjuicio causado a los alumnos y profesores". El presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo no dudó ayer en asumir la culpa por el retraso a la hora de construir el nuevo colegio La Destila en Arrecife, en el solar donde se encontraba las antiguas instalaciones que databan del año 1959. Clavijo participó ayer en el acto simbólico de colocación de la primera piedra del nuevo centro, acompañado por la consejera de Educación y Universidades, Soledad Monzón; el presidente en funciones del Cabildo de Lanzarote, José Juan Cruz, y la alcaldesa de Arrecife, Eva de Anta.

El antiguo centro de enseñanzas La Destila fue derribado en diciembre de 2014. Desde entonces, sus alumnos han sido derivados a otros centros educativos de la capital o han recibido clases en aulas modulares, comúnmente conocidas como "barracones", algo por lo que el presidente canario ha pedido "perdón", tras declararse "consciente del perjuicio" causado a los alumnos y profesores.

Durante estos dos años de inactividad, la explanada que dejó el derrumbe del colegio fue utilizada como zona de aparcamiento, hasta que el pasado mes de junio fue desalojada por el Ayuntamiento capitalino debido al inminente inicio de las obras. La consejera de Educación, Soledad Monzón, recordó que el nuevo colegio tendrá 16 unidades, varias plantas, capacidad para 400 alumnos y, como novedad, contará con canchas en la superficie.

También tendrá uso público en general, "particularidad demandada por el Ayuntamiento de Arrecife", por lo tanto, además de ser un edificio que cumple las exigencias educativas, también estará preparado para desarrollará otras funciones de carácter público.

La construcción del centro ha suscitado numerosas críticas, tanto por el retraso como por la paralización de las mismas durante dos años. Las obras de La Destila fueron adjudicadas, en abril de este año, a la empresa Satocan por valor de 3,1 millones de euros. El plazo de ejecución de la obra es de 24 meses desde el inicio del proyecto.