Melosa es una burra andaluza de diez años que puede presumir de ser la triunfadora de las fiestas de Aguapata en el pueblo de El Islote de San Bartolomé, donde cada año se organiza una carrera de burros que se ha convertido en uno de los eventos más singulares de Lanzarote. Un camino de rofe entre viñedos fue el burródromo (a falta de hipódromo) en el que un total de 17 burros y burras compitieron en la tarde de ayer por el premio de 175 kilos de millo.

"La tengo muy mimada", Nayra Fernández Jiménez reconocía ayer su amor incondicional por su burra Melosa que desde hace seis años vive con ella en Tinajo. "La compré hace seis años en Andalucía y aunque me han ofrecido dinero por ella no la vendo por nada", destaca Nayra mientras acaricia a la burra más rápida de Lanzarote.

Nayra se confiesa una amante de los burros, de hecho antes de Melosa ya había tenido otros dos. "Solo la tengo para dar paseos y para venir a esta carrera". De hecho, el pasado año quedó segunda.

Calicanto, Guapo, Pelota, Gara, Óscar, Catalina, Jesús, Enriqueta, Dora, Alegría, Arenita, Filomena, Pepa, Yema y Mari Carmen fueron los nombres de los participantes en el gran prix del Islote. Una carrera en la que Jesús, montado por Ubay Betancort y Guapo de Leandro de León ocuparon el segundo y tercer puesto respectivamente.

Todos los participantes se llevaron un saco de 100 kilos de millo, cantidad que fue de 175 kilos para el ganador, 150 para el segundo y 125 kilos para el tercero.

Leandro de León, que pertenece a la Asociación del Burro Arre Tinajo Arre destaca que esta carrera surgió por la iniciativa de un grupo de amigos del Islote amantes de estos animales. "Creo que es una prueba única que no debe perderse", afirma. "En Lanzarote la importancia del burro para el trabajo en el campo siempre ha sido muy grande", señala.

De hecho, el desarrollo del campo lanzaroteño no se entiende sin la presencia de camellos y burros. "A los agricultores de la isla le gustan más los burros de la raza andaluza porque son más fuertes para trabajar en el campo, a diferencia de los majoreros que son más pequeños", indica Leandro.

"Atención para poder participar en las carreras hay que llevar casco y no se puede utilizar la fusta", recordaban los organizadores con la finalidad de garantizar tanto la seguridad de los jinetes como de los animales.De hecho la prueba cuenta con un veterinario para supervisar la salud de los asnos.

Una carrera en la que tampoco faltaron los talegazos de los jinetes en el ímpetu por llegar a la línea de meta. Hasta casi se tuvo que utilizar la foto finish cuando Pepa y Òscar llegaron a la par. La prueba se desarrolló por eliminatorias hasta alcanzar la gran final que fue entre Melosa y Jesús. Sin embargo, la superioridad de la ganadora fue absoluta en cada una de las carreras que disputó. "Arre", "vamos", "venga"... eran los gritos de los intrépidos jinetes.

"A mí me gustan mucho estos animales, son dóciles", aseguraba, Ubay Betancor que a pesar de que Jesús no es de su propiedad le encanta pasear en burro.