Un cuarto de hora antes de que dieran las once de la mañana salió del Matadero Insular el primero de los 168 corderos que, bajo el rito islámico, se sacrificaron ayer para celebrar el Aid el Kebir o fiesta del sacrificio o del cordero, la segunda fiesta más importante para los musulmanes después del Ramadán. Aunque hubo que esperar, la comunidad musulmana se mostró satisfecha porque las instalaciones del Matadero, cerradas por la festividad católica de la Inmaculada Concepción, abrieran para la ocasión y los corderos pasaran la inspección sanitaria.

Veinte matarifes colaboraron en el degüelle de los animales, que fueron sacrificados como manda la tradición: por un musulmán en dirección a la Meca y tras rezar unos versículos del Corán.

Hicham Sakr Sánchez, secretario del Consejo de la Comunidad Musulmana de Las Palmas de Gran Canaria, señaló que estaban contentos porque el Matadero volviera a la "normalidad" tras unos años celebrando la festividad sin ninguna inspección sanitaria, por culpa de que no había entendimiento entre la Comunidad y los responsables del centro insular.

No obstante, dijo que aunque la orden del Cabildo de Gran Canaria se había comunicado a través de las "mezquitas" muchos fieles no se habrían enterado y habrían sacrificado el cordero de forma clandestina en fincas o en barrancos. La multa por ello podría acarrear hasta 9.000 euros.

Las familias, que respetaron el turno que se les dio cuando adquirieron el animal a los ganaderos, pagaron por cada cordero entre 130 y 180 euros más 18 euros por utilizar el matadero. Rieduan, marroquí y residente en la Isla desde hace 19 años, y que se encargó de sacrificar a 15 corderos, explicó que para los musulmanes el degüello significa "acabar con la parte mala que lleva todo hombre".

La fiesta, que comenzó por la mañana con un rezo colectivo en el parque de Santa Catalina, continuará durante los próximos tres días. Las familias se reunirán con allegados y amigos con los que compartirán dos tercios del cordero. La tercera parte será para los pobres y necesitados.