Unas 4.000 personas se sacudieron la lluvia que empañó la Cabalgata del sábado y llenaron ayer el parque de Santa Catalina para disfrutar del sol y del Carnaval Canino, un espectacular concurso de disfraces perruno que cosechó un rotundo éxito en su segunda edición en los carnavales de la capital grancanaria.

Por el escenario del Santa Catalina desfilaron 22 mascotas con sus dueños, desde caniches enanos convertidos en policías hasta bulldogs ingleses y franceses envueltos en tutú de bailarina, una explosión de originalidad que desató aplausos y muchas risas. El triunfador de la velada fue Pancho, un ratonero inglés de cuatro años travestido de grumete que se llevó los trofeos a la Simpatía y la Actitud.

Y es que el bueno de Pancho dominaba el salto inglés con precisión. Lo mismo pegaba un brinco para besar los morros de su propietario, Manuel Mireles Romero, que le robaba su caja de cigarros o se bebía un buche de café como recompensa a sus acrobacias. "El secreto es estar encima de él y premiarlo cuando lo hace bien", confesaba su propietario y adiestrador tras recoger los trofeos.

La pequeña chihuahua Cloe y su dueña Yaiza Quevedo Martín también disfrutaron de las mieles del éxito, pues lograron el premio a la Originalidad por la fantasía Úrsula ataca a la Sirenita debajo del mar, una suerte de reproducción en miniatura de un traje de reina del Carnaval. Cloe arrastró por la minipasarela una especie de carroza diminuta con ruedas y forma de pulpo. "El concurso ha estado muy bien, estamos contentísimas", aseguró Quevedo. Ella y su mascota también participaron en el concurso del año pasado.

Y así, sin un ladrido por encima del otro, transcurrió esta peculiar gala presentada por el periodista Bernardo Hernández, famoso por sus reportajes televisivos sobre seguridad vial y todo un perfecto maestro de ceremonias: dominó la situación con sentido del humor y paseó por el escenario al otro Pancho, su mascota, ambos vestidos de riguroso marinero, a juego con la temática de estos carnavales del mar y sus culturas.

También recomendó a la organización del Carnaval que programara alguna actuación complementaria para el año que viene. Así lo aconseja el interés y entusiasmo que comienza a despertar la prueba, pues hubo alguna concursante que viajó desde Lanzarote para exhibir una fantasía muy oriental a lomos de un precioso perro de raza japonesa. Ambos, Yaiza Lorenzo Carmona y Yao, iban perfectamente conjuntados de nipones.

Además, en esta segunda edición se inscribieron 26 concursantes frente a los 16 de la primera prueba, aunque finalmente fallaron cuatro, y hasta el jurado tardó su media hora larga en fallar los premios.

Hernández, con Pancho en los brazos durante toda la presentación, lanzó piropos a propios y extraños. "Más de uno confundiría tras la primera copa a esa golden retriever con una chica", espetó el presentador mientras Cristina Bolaños paseaba a Kiara, toda ella embutida en una exuberante peluca rubia.

También desfiló un caniche trasmutado en azafata de Binter, un bulldog francés salido de la película El Cisne Negro y hasta un pincher motero, al más puro estilo Harley Davidson. "Mañana no podrás pasar de 110", bromeó Bernardo Hernández ante la inminente entrada en vigor de la nueva limitación de velocidad para reducir los accidentes y el consumo de combustible.

La fiesta terminó con medio parque subido al escenario para hacerse la foto de familia. Gran parte del público acudió a la gala con sus perros, quizá para demostrar que esa convivencia es posible.