El nuevo buque insignia de la Armada española atracó ayer tarde en el muelle de los cruceros, y no en la Base Naval, como sería preceptivo. Varias son las razones para este cambio de ubicación pero, por encima de todas, se esconde una razón eminentemente técnica. Y es que las instalaciones militares no pueden recibir este tipo de barcos. Así lo corrobora el director comercial de la Autoridad Portuaria, Juan Francisco Martín, que quiso zanjar recientemente en unas jornadas que el Arsenal no podrá acoger cruceros y barcos de grandes dimensiones, como es este caso. Entre otros motivos, porque el fuerte movimiento que generan las hélices rompería la base sobre la que asientan los muelles.

"La Base Naval no sirve para cruceros turísticos, y sólo sirve para barco de juguete", apuntó irónicamente, haciendo alusión a embarcaciones del tipo de fragatas y yates.

Juan Francisco Martín defendió de esta forma que, en las condiciones actuales, el traslado del Arsenal debe servir de argumento para instalar una base de cruceros en sus instalaciones.

Por otro lado, también se explica esta ubicación específica a que la Armada ha querido abrir las puertas del mayor barco que dispone en estos momentos. Llevar visitantes hasta lugares alejados como el dique Reina Sofía dificultaría el contacto de la población en su viaje inaugural. Además, se da la circunstancia de que, prácticamente, la temporada de cruceros está acabada, y este fin de semana sólo está prevista la entrada del Braemar, de 173 metros de eslora, con unos 750 pasajeros. Lo hará hoy sábado.

El Juan Carlos I está configurado como un buque militar multiusos, con tecnología española. Además de superar en casi 35 metros al otro portaeronaves, Príncipe de Asturias, cuenta con su propio hospital, que permite la realización de tratamientos quirúrgicos y diagnósticos. Para ello cuenta con dos quirófanos, un servicio de cuidados intensivos, un área de hospitalización con 14 camas, un área de infecciosos y salas de dentista, lo que le confiere su posible uso para misiones humanitarias, según el Ministerio de Defensa.

El buque, entregado a la Armada el 30 de septiembre del año pasado, cuenta con dos motores diesel y una turbina de gas para producir energía eléctrica para 10.000 casas.