De rodillas, con las manos, con los codos, con el trasero... el catálogo de partigazos que sufren los valientes que se atreven a patinar sobre el hielo es interminable y para muestra un botón. El botón ocupa 500 metros cuadrados en la terraza del centro comercial Las Arenas. Se trata de la pista de hielo que el centro comercial abre cada año cuando se acercan las fechas navideñas y que ayer hizo lo propio.

Adolescentes en su mayoría. Esos fueron los primeros valientes que ayer se enfundaron las botas naranja con las cuchillas para flotar sobre la pista de hielo, una experiencia de 45 minutos al precio de seis euros por patinador. "Parece difícil al principio pero enseguida coges la estabilidad y es una gozada", animaba el coordinador de la pista, Javier González. Este joven patinador está apoyado por otros seis monitores que ayudan a los neófitos a levantarse del hielo o censuran a los que van de estrellitas del patinaje artístico molestando al resto. "Yo aprendí hace unos pocos años, cuando iba los veranos a Inglaterra a aprender el idioma y frecuentaba una pista de hielo", intenta explicar González entre el estruendo de la música discotequera que acompaña a los patinadores.

Esta atracción se abrirá hasta el próximo 8 de enero en horario de mañana y tarde aunque la próxima semana sólo estará disponible de tarde ya que la mayor parte de su clientela son escolares. La pista de hielo de Las Arenas se está convirtiendo en un clásico de la Navidad capitalina después de un lustro y desde la gerencia del centro se espera alcanzar el récord del año pasado cuando se llegó a los 35.000 patinadores. "Este año también está previsto que se traigan excursiones de colegios para que los escolares aprendan lo que es patinar sobre el hielo", apostilla González.

La pista está preparada para un máximo de 140 patinadores y se recomienda acudir con ropa de abrigo ya que el biruje sobre la pista marca los diez grados centígrados. Una enorme máquina llena de tubos en un lateral de la pista hace las veces de supercongelador inyectando agua que luego se enfría a 15 grados bajo cero para crear el hielo. Los guantes sí son obligados para los patinadores.

La Navidad va inundando la ciudad de manos de los centros comerciales y ayer El Corte Inglés de Mesa y López se sumó a la fiesta encendiendo su iluminación festiva. Enormes copos de nieve y luminosas estrellas navideñas adornan las fachadas de los dos edificios de esta firma en la avenida, unas luces que puso en marcha un personaje muy conocido por los niños, Pupi. De color azul y con antenas en la cabeza, Pupi es un extraterrestre que se ha convertido en todo un bestseller entre los menores de ocho años como protagonista de una serie de libros infantiles que nada envidian a sagas como Millennium. Decenas de niños hicieron cola más tarde para que Pupi les firmara alguno de sus libros de la colección Barco de Vapor. El Corte Inglés aprovechó también la ocasión para inaugurar la zona Mundo Cómic en el departamento de librería.