Bienvenidos. Grupo Flick", indican unas banderas del código marítimo internacional a la entrada de la primera planta de las oficinas en la avenida de Escaleritas de la capital grancanaria. Es el inicio de la exposición naval de esta empresa conocida por su venta de Mercedes y Porsche, pero que también es consignataria de buques, entre otras 16 actividades más.

Esta afición de guardar objetos la ideó el precursor de esta familia alemana en Gran Canaria, Harald Flick, que desde su llegada en 1930 a la isla estuvo muy vinculado al puerto de La Luz. En su faceta de consignatario y estibador de buques fue coleccionando distintos objetos que ahora se exhiben en las dependencias del Grupo, junto a otros que se han ido incorporando a esta singular muestra.

Su hijo, Juergen Flick, destaca además el importante papel que ha tenido en este museo la labor artesanal de Félix Rodríguez, "que hacía una maqueta de una foto del periódico". Las reproducciones de barcos son uno de los principales atractivos de la colección. Entre las maquetas las hay de buques históricos y que están en la historia y el imaginario de los canarios. Es el caso del Valbanera, que entró en servicio en 1906 para cubrir la línea del Caribe con puertos peninsulares y canarios. En uno de esos viajes, el 19 de septiembre de 1919 fue sorprendido por un ciclón tropical frente a las costas de Cayo Hueso, en Florida, con 488 personas. No se recuperó ni un cadáver, entre ellos muchos de isleños.

Maqueta

También existen maquetas del Titanic, de cuyo mítico hundimiento se cumplen cien años la próxima semana. O del vapor Zuleika, que encalló en la playa del Matadero el 7 de octubre de 1920 con un cargamento de cuartos de novillo. "Las 50 toneladas de carne las adquirió Gonzálvez y el Archipiélago quedó abastecido durante largo tiempo", señala Mariano García Artiles, encargado de esta colección de los Flick.

Pero hay una maqueta, que tiene una historia especial, la del correíllo La Palma, el último barco de vapor que recorrió las Islas y fue adquirido por la familia Flick en 1976 en subasta pública, tras ser retirado por una gran avería, y que lo donó al Cabildo de Tenerife, en donde lo están terminando de rehabilitar para exponerlo como museo en el puerto de Santa Cruz con motivo de su centenario. De este histórico barco exhiben incluso su vajilla y ajuar. Colocados en estantes se encuentran variados objetos como dos bocinas antiniebla, sextantes, timones, telégrafos, lámparas de gas y una foto de una escafandra de buzo robada en una muestra realizada en el edificio Elder.