El regreso de las aguavivas a Las Canteras no tuvo tanta repercusión este domingo como en la jornada del sábado, en la que fueron atendidos por la Cruz Roja más de 150 bañistas afectados por sus picadas. La retirada de 2.200 toneladas de estos molestos organismos marinos por el Servicio de Limpieza de Playa desde primera horas del sábado y el domingo junto a una mayor concienciación de los bañistas redujeron los efectos de esta nueva invasión de la Pelagia noctiluca.

Los voluntarios de los puestos de la Cruz Roja en Las Canteras, ubicados en los balnearios a la altura del Reina Isabel y de la Cicer, atendieron hasta las 19.00 horas del domingo a unas 70 personas afectadas por picadura de medusas, buena parte de ellos niños. Una solución de vinagre rebajada con agua de mar fue la aplicación ofrecida para reducir el escozor.

Aunque la ong izó la bandera roja prohibiendo el baño el sábado por la tarde ante la avalancha de lesionados que desbordó el dispositivo, para este domingo mantuvo activado el dispositivo de precaución, con bandera amarilla y triángulo de señalización, desde primeras hora de la mañana.

Desde las seis de la mañana, los operarios del Servicio de Limpieza de Playas empezaron su tarea de recogida de aguavivas que había dejado la ma-rea. En la jornada del domingo se retiraron casi 800 kilos, que se unen a los 1.400 retirados el día anterior, es decir, 2.200 kilos de restos de estos organismos marinos.

Localizaciones

Desde la Concejalía de Promoción Económica, Turismo y Ciudad de Mar del Ayuntamiento capitalino, se informó de que la presencia de medusas se concentraba desde primeras horas de la mañana en los tramos de playa comprendidos entre la calle Luis Morote y El Charcón y entre la calle Saulo Torón y Peña La Vieja. En la jornada del sanado las incidencias se encontraban en los tramos de la calle Luis Morote y El Charcón y entre la desembocadura del barranco de la Ballena y el auditorio Alfredo Kraus.

La inexistencia de seguimiento de estos organismos impide una explicación sobre el fenómeno de la Pelagia noctiluca, aunque se achaca al calentamiento del agua y a la falta de depredadores, como la tortuga, su presencia en Canarias.