El presidente de la Obra Social de Acogida y Desarrollo, el hermano Jesús García Barriga, y la directora de la Casa de Colón, Elena Acosta Guerrero, grandes conocedores del casco viejo de la capital, ya que las sedes de ambas instituciones se encuentran en Vegueta, analizan en esta tertulia la propuesta lanzada esta semana por el grupo de Gobierno municipal de bajar la protección a los edificios de Vegueta y Triana para reactivar la actividad económica de estas dos áreas emblemáticas de la capital. La proposición es vista por ambos como una buena alternativa, siempre y cuando haya un análisis riguroso sobre los inmuebles, un respeto hacia el patrimonio, se facilite la entrada a nuevos vecinos y se fidelice a los residentes para que no se marchen. Los dos son de la opinión de que un casco histórico sin vida vecinal es un escenario de cartón piedra.

PATRIMONIO

Elena Acosta (EA): El equilibrio en este tipo de proyectos es fundamental. No hay que inventar nada ya hay ciudades que han llevado a cabo transformaciones como son Santiago de Compostela, San Juan de Puerto Rico, entre otras; con un resultado bastante bueno. El casco histórico no puede morir, tiene que tener vida. Hay que dar facilidades para que la gente venga a vivir, rebajar impuestos, promover incentivos para rehabilitar las casas. El proyecto tiene que ser integral, no puede ser unidireccional. Por un lado, para que la gente joven venga a vivir y el casco histórico no se convierte en un parque temático hecho para los turistas. Todo eso trae consigo una serie de servicios que darían vida a la zona junto con los que genera el turismo. Habría que bajar la protección de algunos edificios, pero habría que estudiar caso por caso e ir con un escrúpulo absoluto para que no se destruya el Patrimonio. Si se abre totalmente, se destruiría. Hoy vamos hacia una gestión integral del Patrimonio, sostenible. Si logramos que el turismo genere una serie de recursos para que el barrio sea sostenible y, al mismo tiempo, pueda tener lugar la vida, sería maravilloso.

Jesús García (JG ): Totalmente de acuerdo. Es lo que habría que hacer. Tenemos un barrio que tiene una estructura óptima para eso. No todos los cascos históricos tienen la ventaja de éste como el de tener un hospital -San Roque- dentro del mismo, tantas casas conservadas. Pero no se puede, si no hay una razón muy poderosa, no respetar las fachadas aunque el edificio esté por dentro derruido. Lo que ha pasado con Vegueta es que tenemos infinidad de ancianos encerrados en casas solariegas, porque los hijos se fueron a estudiar fuera y se casaron y se quedaron a vivir allí. Viven en un cuarto chico con una cantidad de barreras arquitectónicas impresionantes. Casas que no disfrutan y que les hacen sufrir cuando estarían mejor en un apartamentito y esa casa dedicada a viviendas o a otras necesidades de la sociedad como fundaciones, consultas médicas. Tenemos ya ejemplos.

EA: El mantenimiento de esas casas hoy en día es multiplicado por cuatro.

JG: Lo que hay que hacer es que cuando una casa se queda vacía y alguien presenta un proyecto no hay que decirle de primera que no. Sino ver, con un equipo de técnicos adecuados, y con esa gestión a la que tú te refieres, si es viable.

EA: Ya hay modelos en práctica. Por ejemplo, aparte de quitarles una serie de impuestos a la gente que vive en el casco viejo el Ayuntamiento podría pedir que abrieran los patios a los turistas por la mañana, que es una gran demanda. Habría una interacción entre lo público y lo privado. Hay que buscar una serie de modelos que generen al mismo tiempo recursos porque lo que sí que está claro es que parte del Patrimonio que tiene Vegueta son sus casas. Y que son un ejemplo de cómo vivían la alta burguesía y la aristocracia hace siglos. Es difícil en estos momentos, pero hay que lograr atraer a la gente que venga a vivir aquí y hacer sostenible el que se pueda vivir en el casco histórico. El Patrimonio es de todos, es una pena que se caigan las casas.

RESIDENTES

JG: Hay servicios, aparte de comercios y restaurantes, que se podrían instalar en estas casas.

EA: En Sevilla, por ejemplo, se han hecho hoteles y el dueño vive en otra parte del inmueble para que siga en su entorno. En San Juan de Puerto Rico se han aprovechado los patios para venta de artesanía. Si la restauración es correcta con el entorno podría ser una solución, pero hay otras.

JG: Yo conozco familias concretas, con nombre y apellido, que no les dejan hacer ni siquiera una pequeña reforma, un pequeño apartamento para vivir con comodidad. Con una obra menor, en un rincón de alguna de estas casas, se podría resolver el problema a una persona mayor. Lo que hace falta es utilizar el sentido común y que los técnicos que vayan a hacer la rehabilitación tengan amor y conocimiento del Arte.

EA: Se necesitan proyectos integrales. En donde haya una visión conjunta del valor del patrimonio al mismo tiempo que incentivos para atraer negocios que no sólo sean de restauración y, por supuesto, a la gente. En Santiago de Compostela, el Ayuntamiento les regalaba los planos a los vecinos para que se quedaran a vivir. En San Juan de Puerto Rico les quitaban los impuestos. Hay una serie de medidas legislativas que hay que poner en marcha porque si no el barrio, con eso de que no se puede tocar, se cae como bien dices. La persona se muere, los herederos cierran la casa y cuando la van abrir dentro de veinte años está en el suelo. Ni maderas ni nada. El Cabildo ha adquirido algunas, pero no todo puede ser comprado por la administración. Tiene que haber otro tipo de instituciones que se impliquen. Siempre hay que ser respetuosos con la restauración, buscando el equilibrio para que las cosas no se mueran ni se destruyan. En ese sentido hay que ser muy rigurosos.

CULTURA

JG: Hay que tener en cuenta además que Vegueta es un barrio muy singular.

EA : Es una joya. Es la primera ciudad en el Atlántico fuera de la Península. En las Islas no existe una plaza como la de Santa Ana donde están el Obispado, la Catedral, la Audiencia, el Ayuntamiento, todos los poderes, que luego va a ser exportada a América Latina.

JG: Es muy acogedora además para dormir. Antes era muy ruidosa pero desde que se llevaron los eventos musicales, todo lo del Carnaval, al parque Santa Catalina es muy raro que una noche no se pueda dormir a pierna suelta. Es un lujo poder dormir y despertarte con las campanas de la Catedral cuando uno se hace a ellas.

EA: Yo no vivo aquí, pero paso todo el día. A veces hecho incluso echo de menos las campanas de la Catedral. Tenemos que luchar por que el casco recupere vida. Cuando enseñas este patrimonio nadie se espera encontrar con todo esto. Los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria no somos conscientes del valor que tiene y de lo que tenemos.

JG: Tengo un amigo arquitecto que dice que los edificios tienen alma. Y este es un casco histórico con alma. Aquí se fundó la primera ciudad de España en el Archipiélago. Ir al sitio exacto donde se fundó, ver la ermita. Esa perspectiva de la calle de los Balcones que no se ve ni la avenida y parece que termina en el océano Atlántico. Eso es fantástico. Tenemos el Mercado que quizá está un poco obsoleto y habría que hacer una intervención.

TRADICIONES

EA: El mercado le da una gran vida.

JG: Un sabor especial. Me consta que están en ello, que están haciendo una zona de gourmets porque ya la gente no va sólo a comprar fruta y verdura. El otro día, un puestero con poco formación, pero con mucha chispa, me contaba que tenía los mismos clientes que su padre y que su abuelo y que ahora estaba pensando en cómo recobrar a los nietos porque sabía que los hijos los había perdido. Y para ello hacía pequeños regalos de fruta a los niños. De este modo, hacía venir a los padres y estos descubrían el mercado. Estaba luchando contra las grandes superficies que hunden los viejos mercados. Ahí hay que hacer una apuesta muy grande para mezclar la atracción que pueda tener para los turistas sin quitar el sabor que tiene para los vecinos, incluso los de Los Riscos que vienen a comprar. Se están dando incluso bonos de guagua para los habituales.

EA: Hoy en día hay que optar por singularizar la oferta. Las ciudades que son Patrimonio de la Humanidad han logrado atraer a los turistas con sus edificios, pero también con otras actividades como tiendas de antigüedades, artesanía. Repito, el habitante de esta ciudad y de esta isla tiene que ser consciente de lo que tiene, estar orgulloso de que tiene un legado que ha de cuidar. No somos conscientes de esta joya y los cruceristas llegan y lo primero que van a visitar es el casco histórico. Deberíamos mimarlo. En la señalización, en los parterres, las jardineras. Tenía que haber una Oficina de Turismo, que se puedan hacer recorridos a una hora determinada para saber dónde estaba la Inquisición, por ejemplo. En ese proyecto integral, hay que ofrecer el casco histórico como un museo vivo sin ser parque temático.

JG: Esa hospitalidad que tienen los canarios ponerla en práctica con los turistas. No sé si esas chaquetas verdes que pusieron en los hospitales ponerlas en el casco o coordinarse mejor los centros de interés. Yo mismo disfruto mucho acompañando a alguien perdido.