A pesar de que el arranque fue tímido y se llegó a temer por la buena salud de la campaña de Navidad, la Casa de Galicia ha visto cómo han respondido empresas, administraciones y particulares a su llamada de socorro y ha logrado movilizar tantas voluntades que está buscando voluntarios para empaquetar y dar salida a los juguetes y alimentos no perecederos que se han recogido y que ya abarrotan la nave de El Sebadal (calle Corrientes, 1).
Pero aún hay tiempo para colaborar. La plaza de Santa Ana, en la capital grancanaria acoge hoy la gran recogida de juguetes, entre las 16.00 y las 18.00 horas, en un acto en el que colaboran el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Clapso, Televisión Española, Sonocom y Ociorama y que incluye actuaciones musicales y muchas sorpresas. El evento será retransmitido por La 2 de Televisión Española.
A principios de mes el panorama era desolador. Villares reconocía que apenas había respuesta y barajaba la posibilidad de cancelar la campaña. A esa falta de compromiso se unía que habían aumentado las peticiones de ayuda por la crisis. Por ello, decidió lanzar un mensaje de socorro que, finalmente, fue respondido por instituciones públicas y privadas, centros comerciales y particulares que comenzaron a arrimar el hombro, lo que ha favorecido el éxito de la iniciativa. Y es que el voraz incendio que asoló la sede de la Casa de Galicia ha sido un handicap difícil de vencer y ha sido necesaria la implicación de todos para sacar adelante el gesto solidario de esta entidad que nació en 1951 y que es un referente de la ciudad.
Según datos suministrados por la propia institución, en la pasada edición de Reyes, atendió a más de 100.000 personas necesitadas y distribuyó 50.000 juguetes, 60.000 prendas de vestir y 200 toneladas de alimentos. Según el ritmo que lleva la campaña, este año podrán igualar esta cantidad.
El Cabildo de Gran Canaria y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria han vinculado la mayor parte de sus actos navideños a la recogida de juguetes y alimentos no perecederos y han aumentado sus subvenciones para sustentar la labor de Villares y su equipo que, como se ha dicho, necesitan otro pequeño gesto: voluntarios para repartir toda esa solidaridad.
