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El largo viaje de las obras de Chirino

Tres esculturas que estaban en Tenerife tuvieron que ir a la Península para luego venir a la Isla

Jesús María Castaño, ayer, delante de algunas de las obras de Martín Chirino, recién llegadas a La Luz. JOSÉ CARLOS GUERRA

Arribaron al Puerto de La Luz el pasado lunes y, tras superar los fastidiosos y costosos trámites aduaneros, aterrizaron durante la mañana de ayer en el edificio anexo al Castillo de La Luz, donde aguardan envueltas en embalajes a que su creador, Martín Chirino, dirija su instalación el próximo lunes. Tres de estas obras, que llegaron a finales del año pasado a Tenerife para la exposición Crónica del Viento organizada por Caja Canarias, han protagonizado una larga y surrealista travesía . La burocracia obligó a trasladar las obras a la Península desde Tenerife para reenviarlas de nuevo a Gran Canaria en barco. Jesús María Castaño, director de la Fundación Martín Chirino, calificó ayer el incidente como un episodio más de las trabas aduaneras que soporta el tránsito de las obras en Canarias, por cuya eliminación lleva batallando desde hace años el escultor Leopoldo Emperador y otros artistas canarios, entre ellos el propio Chirino, que el pasado martes reivindicó la eliminación de los sobrecostes que sufren la entrada y salida de las obras de artes isleñas, durante la presentación de la fundación.

En el caso de las tres obras viajeras del escultor canario, además de abonar los impuestos aduaneros, la doble travesía se ha traducido en un sobrecoste innecesario.

Todas las esculturas y el resto de obras, a excepción de las tres citadas, salieron hace dos semanas de Valyunque, el taller que tiene el artista en Chinchón y llegaron en barco a La Luz, tras recorrer unos 2.000 kilómetros. . Todas han sido cedidas en depósito por el artista a la fundación, que sólo tiene por ahora una obra en propiedad, la Crónica del siglo XX. Cabeza, valorada en 90.000 euros, que fue aportada para constituir la fundación.

El Ayuntamiento se ha comprometido a entregar todos los años 100.000 euros para adquirir la obra. De momento, ya hay un acuerdo plenario para comprar a lo largo de este año una obra en su totalidad o en parte, algo que aún está por decidir. El valor de las obras, que Chirino guardaba en Valyunque, oscila entre los 12.000 euros de unos grabados y los 200.000 euros de las más caras. En la exposición no faltarán las espirales que forman parte de la serie del viento. Los visitantes contemplarán un verdadero itinerario por toda la obra del maestro de la forja, que refleja los momentos de su evolución artística entre los años 50 del siglo pasado y las más recientes, de 2014.

Jesús María Castaño destaca El Viento, una escultura de hierro forjado de 1968, que es una muestra de la "identidad que ha ido marcando Martín Chirino", pero el director de la fundación confiesa su debilidad por una de las Herramientas poéticas e inútiles, una de las primeras obras del artista, la que flota suspendida en el aire. "Me parece una obra maravillosa, de una gran belleza", sostiene.

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