Se estrena como pregonero en su barrio, Schamann. Usted tiene tablas sobre el escenario, pero ¿cómo lleva esto?, ¿tiene listo ya su discurso?
Estoy emocionado y cuando me eligieron pensé que era un honor. El pregón está ya terminado y quiero que sea rápido y ameno, con sus toques de humor y seriedad también, pero que sea algo ágil. Y bueno, todo esto lo sé desde junio y no hay noche que no piense en lo que podría meter. Estoy encantado y estoy desalado.
¿Vendrá alguno de sus personajes a la lectura del pregón?
Mira, mi tía Barbra va a estar ahí en el camerino, pero estoy seguro de que ella me va a quitar el protagonismo y va a querer salir al escenario. Yo se lo dije, que el protagonista soy yo, pero ella me dijo que me acompañaba y me espera en el camerino. Pero yo me la veo venir, porque mi tía es una soberbia y más cuando hay tantos músicos sobre el escenario. Ella está privada porque el otro día le dieron un dato porque 7.000 personas vieron su espectáculo, el que está ahora en los teatros, ¿Quélepasaé?
¿Y Pipo?, ¿no se lo traerá?
No, no. Eso es tarde para Pipo.
Por cierto, ¿cómo está él después de la romería de Teror?
Está que no puede con su alma. Le dieron un agua que estaba medio podrida y le sentó mal [risas] y también comió mucho chorizo de Teror y está repitiéndolo todavía.
Es pronto para ahondar en su discurso, ¿pero puede adelantar algo? ¿Tal vez un recuerdo especial?
Son tantos, que no sabría qué decir. Me acuerdo del día que vino a actuar aquí Julio Iglesias. Y al respecto yo voy a comentar en el pregón que Schamann fue, y es lo que queremos vuelva a ser, un barrio muy importante, ya no solo de la ciudad, también conocido en todas las Islas. Schamann es un barrio- ciudad, que tiene más de 150.000 habitantes y hace 20 años había cuatro cines y por eso yo digo en el pregón que si todos queremos, Schamann será lo que queramos que sea. Me acuerdo de muchas cosas porque he vivido toda la vida aquí y no tengo intención de irme.
¿Qué opinión le merece la política de barrios que se ha hecho hasta ahora? ¿Espera algo del nuevo gobierno local?
Creo que los concejales que hemos tenido anteriormente, tanto Óscar Mata como Inma Medina, han puesto su pasión y su amor por el barrio y han hecho lo posible para que todo esto vuelva a resurgir. De hecho, hay algo que cuento en el pregón y es que me gusta mucho lo de Ciudad Galdós porque mucha gente vive en una calle que no sabe porqué se llama de esa manera. Está claro que la crisis nos ha mermado en acciones, pero yo confío en que la cosa va a mejor y la gente pueda encarar las cosas con más positividad. Y eso es lo que yo hago precisamente en mis espectáculos. Hay que llevar el sufrimiento con mayor positividad el antídoto que yo tengo para esto es la risa. Porque para llorar siempre habrá tiempo.
¿La risa fue también un antídoto que se aplicó a sí mismo cuando estuvo enfermo, hace algunos años?
Sí, señora. Fue mi época más prolífica y de hecho, si miras los vídeos, Barbra no tenía barba, básicamente porque no me salía. Pero fue mi época más prolífica porque tenía mucho tiempo y no salía a la calle por miedo a coger algún virus, que eso no me venía bien para mi tratamiento, y tenía muchas horas en casa y claro, un artista no se puede quedar sentado. Así que hice muchísimos vídeos y toqué mucho el piano, porque es verdad que tengo esa suerte, porque para mí el piano es una terapia que hace que se me olviden los problemas. Yo comparto ese don que tengo para hacer reír con la gente, para que se relaje un poco y siga para adelante. Y tengo que decir que para el próximo show que estoy preparando voy a hablar de la enfermedad que tuve, con un toquito de humor. Creo que esto va a ayudar también a la gente, porque en esos procesos tan complicados una lucecita, aunque sea un led, te ayuda mucho a la hora de seguir para adelante. A mí me ayudó la risa y la música.
Es experto en arrancar sonrisas, algo que no es fácil. Pero, ¿qué le hace reír a usted?
Yo mismo. Es que en el escenario yo me parto de risa, me lo paso igual que la gente. Una vez me dijo alguien que no me podía reír de mis cosas y yo le dije que en que libro está eso escrito. Mi show es eso, el escenario es como una salita donde están mis 500 mejores amigos. Es un rollo de tú a tú. O sea, Barbra es una excusa para contarle a la gente lo que yo le quiero contar y quitarme mi timidez, que soy tímido aunque no lo parezca. Y a las personas las trato como mis invitados y nos reímos, es una cosa muy interactiva.
¿Qué proyectos tiene? ¿Habrá nuevos personajes?
No, de momento no tengo pensado ningún personaje más. Los espectáculos que he hecho, Las bobas se acabaron y el que está ahora, ¿Quélepasaé?, se van a completar con un tercero que se estrenará en marzo o abril del año que viene y que ya puedo adelantar el título. Se va a llamar ¡Ay, por cuánto!
Además de los seguidores en los escenarios, tiene muchos en las redes sociales, sobre todo en su canal de Youtube. ¿Pensó que tendría tanto éxito al empezar?
No lo esperaba, pero fue ahí donde empezó todo. Yo salté de Youtube a los teatros. Yo soy músico y cantante y saqué dos discos de vinilo y lo había dejado, aunque seguía trabajando en el mundo del espectáculo detrás de los focos o en una torre de sonido, también soy coordinador de regiduría en los Carnavales, donde llevo trabajando 20 años, de los cuales los últimos cinco he estado como coordinador técnico. Y uno tiene eso dentro, tiene ganas de subirse a los escenarios.
Precisamente usted aspiró a ser pregonero del Carnaval, pero terminó retirándose. ¿Le gustaría serlo más adelante?
Aquello fue algo medio polémico, pero me alegro de haberme retirado porque me di cuenta de que lo que yo quería hacer no era bonito un día a las 12 del mediodía en la plaza de Santa Ana, porque lo mío es hacer espectáculo y para ello es necesario que sea de noche y que haya luces. Tengo que decir que el pregón de Charina me encantó. Pero no, no me planteo ser pregonero del Carnaval si no se hace por la noche en el parque de Santa Catalina.
