Pasar unos días a bordo del yate de lujo Solandge sólo está al alcance de unos pocos. Una semana a todo trapo, con todo tipo de lujos, cuesta alrededor del millón de dólares en temporada alta, que convertido a euros asciende a aproximadamente 910.000 euros. O también se puede disfrutar de él si se desembolsan los 200 millones de dólares que cuesta. Esta embarcación atracó el pasado jueves en el muelle de Santa Catalina de Las Palmas de Gran Canaria, donde permaneció unas horas para recoger documentación, cambiar tripulación y continuar su ruta hasta las Islas Vírgenes de Estados Unidos.
Detalles no le faltan a este barco de ultralujo, cuya construcción en los astilleros alemanes Lürssen finalizó en 2013. Uno de los más destacados es el que presenta en la zona central, donde un jacuzzi se convierte por la noche en una pista de baile con todo un espectáculo de luces que dan un toque discotequero a la cubierta superior en la que además el DJ tiene su propio espacio para pinchar la música junto a un bar. Un piso más abajo, en la zona de popa, una piscina de seis metros invita a darse un chapuzón después de hacer deporte en el gimnasio, desde donde se puede apreciar la pileta cubierta con una lona para que los clientes no se achicharren bajo los rayos del dios del sol Magec.
Si las zonas al aire libre el Solandge presenta detalles inigualables, el interior no le va a la saga. Un enorme árbol artificial de 17 metros de altura domina la sala principal. El tronco está cubierto por una escalera en forma de caracol durante las seis plantas que tiene el buque. Numerosas obras pictóricos visten los diferentes habitáculos diseñados por el estadounidense Allen Rodriguez, especialista en interiores de lujo, que ha destacado los toques clásicos combinados con detalles contemporáneos utilizados para este yate.
También cuenta con un spa, un baño turco y una sauna. Si los huéspedes aún tienen tiempo para aburrirse, pueden acceder a la zona de cine preparada con sillas automáticas, que se posicionan para dar la mayor comodidad al televidente. Los más presumidos se pueden pasar durante la travesía por el salón de belleza en el que arreglarse para desfilar posteriormente en alguna de las principales ciudades turísticas en la que atraca este superyate. O si lo prefieren pueden quedarse en el buque para recibir un relajante masaje.
Como todo lo lujoso, está al alcance de unos pocos no sólo por el coste de su alquiler. Y es que tiene una capacidad para sólo 12 personas en ocho cabinas, una de ellas una suite que cuenta además con otra bañera de hidromasajes al aire libre. Los clientes son atendidos por una tripulación conformada por 29 personas, que, como se señala en la web de la naviera propietaria del barco (www.solandge.info), crean un ambiente de generosidad y profesionalidad, al que se une también un servicio discreto demandado por la clientela de alto standing. Sin embargo, esta embarcación tiene de todo menos discreción porque los 85 metros de eslora y las seis cubiertas resaltan allá por donde navega. Porque además el modernísimo diseño del casco del buque ha sido nominado a numerosos concurso y conseguido el primer premio en el Monaco Yacht Show Awards de 2014.
Entre tanto lujo también cabe espacio para alguna sorpresa. De la parte baja del barco se abre un garaje que esconde motos de aguas y una zódiac con la que navegar al gusto de quien las pilote o que ofrecen la posibilidad de visitar playas paradisiacas mientras el Solandge está fondeado en las aguas de cualquier océano del mundo. De entre las entrañas también se abre una pequeña terraza para tomar el sol a pie de mar.
Los datos técnicos sorprenden. Los dos motores que impulsan la embarcación, de 2.700 cv cada uno, le proporcionan una velocidad de 17 nudos -31 kilómetros por ahora-. Además, puede navegar hasta 6.000 millas náuticas (11.112 kilómetros) durante las que puede cubrir un trayecto entre Gran Canaria y Buenos Aires.
El buque, cuya consignataria en Las Palmas de Gran Canaria es Marmedsa, realizó su parada en la capital grancanaria durante el trayecto que realizaba entre el Mediterráneo y el Caribe, las dos zonas donde suele operar para hacer las delicias de multimillonarios que se pueden permitir intercambiar sus dólares por unos días de auténtico lujo y relax. O aquellos que se puedan permitir pagar los 200 millones de euros en los que, según la televisión estadounidense CNBC, se está vendiendo.
La visita del Solandge se produce sólo unos días antes de que la Autoridad Portuaria de Las Palmas publique las condiciones del concurso público para la creación de unos talleres para megayates. El objetivo es convertir la ciudad en un lugar de paso continuado de este tipo de embarcaciones.
