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Educación Cambio de nombre del Instituto Tomás Miller

Miller: una historia caduca

Historiadores y portuarios destacan el papel de la familia en el desarrollo insular P Nadie lo compara a Jerónimo Saavedra pero la mayoría cree errado quitar su nombre a un instituto

Parte del particular imperio que la familia Miller construyó en la capital grancanaria se gestó en las faldas de La Isleta a finales del siglo XIX y principios del XX, al unísono con el desarrollo del Puerto de La Luz. A lo lejos, en las lomas que aguantaron la erosión del cauce del barranco Guiniguada, los Miller poseían otro nicho de negocio con el cultivo de terrenos agrícolas. Hoy, más de un centenar de años después, en aquellas fincas se levantan edificios en un barrio que lleva el apellido de esta familia de origen británico: Miller Bajo. Es el mismo espacio donde un instituto recordaba, hasta el pasado miércoles, al empresario Tomás Miller Wilson, pero que a partir de ahora pasará a denominarse Jerónimo Saavedra en homenaje al político grancanario. La razón, entre otros argumentos que esgrime el órgano directivo del centro, está en que al exalcalde "lo conoce todo el mundo" mientras que el recuerdo del comerciante está "más perdido" en el tiempo. Es la historia con fecha de caducidad.

La decisión ha sido recibida con diferente aceptación entre diversas personalidades de la capital. En el seno del Puerto, donde fundó a finales del siglo pasado la consignataria Miller y Compañía que aún hoy está activa, la noticia ha chocado entre empresarios e historiadores. Para José Juan Rodríguez Castillo, presidente de la Asociación Canaria de Coleccionistas Marítimos, la medida aprobada por la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias es "una barbaridad, hablando fino". "Respetamos mucho a don Jerónimo Saavedra, pero no entendemos que se olvide la historia del Puerto". Castillo resalta que Miller "fue la primera consignataria que abrió en este Puerto, era proveedor de carbón, es la historia económica del Puerto", del que es considerado uno de los padres. "Aquí queremos todos a Saavedra", insistió, "pero el urbanismo del Puerto responde a toda la idea de Miller, a través de quien se construyeron los dos primeros tinglados, el de Elder y Miller, donde se encontraban los depósitos de carbón".

Juan Francisco Fonte, periodista y cronista oficial del Puerto de La Luz, apostilla que Miller "fue de los creadores" del actual recinto portuario. Así, recuerda la importancia que esta familia afincada en la capital grancanaria desde 1812 tuvo en el sector comercial, siendo uno de los precursores del Círculo Mercantil de Las Palmas. Y es que desde muy pronto, Tomás Miller padre comenzó a desarrollar la economía en la capital grancanaria con una tienda de tejidos en plena calle mayor de Triana. A ello le siguieron actividades agrícolas, como las plantaciones de tabaco o cochinilla, y las bancarias, con la fundación del primer banco en la ciudad.

Entre historiadores, Juan José Laforet, cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, no quiso entrar a opinar sobre el cambio de nombre, aunque sí prefirió poner en valor la importancia que para la urbe tuvo Tomás Miller. "Es una de esas personalidades relevantes que contribuyeron a construir el progreso y el engrandecimiento de la ciudad y la Isla", dice. Laforet recalca que la familia procedente de Escocia tenía grandes fincas agrícolas en la zona que hoy ocupa el barrio que lleva su apellido, que durante el siglo pasado fueron urbanizadas después de producirse la venta de algunas parcelas, cediendo otras partes al Ayuntamiento para la creación de servicios y zonas comunes.

El cronista declara que le "parece bien que el colegio decida cambiar el nombre por otra personalidad que ha hecho mucho por Gran Canaria", pero llama a no olvidar la figura del empresario. "Pediría que en el colegio se mantuviera una placa diciendo quién era Tomás Miller". Y es que, en opinión de Laforet, "se enseña poca historia de la ciudad en los colegios; nosotros contribuimos haciendo visitas escolares a las Casas Consistoriales, aunque son de forma puntual", por lo que añade que "debería ampliarse, sistematizarse y colaborar para que los niños conozcan más el pasado de la ciudad porque detectamos que a veces no se valoran a los personajes en toda su dimensión".

Con este objetivo trabaja Betty Burgess, expresidenta del Club Inglés, quién organiza visitas guiadas de los centros escolares a los espacios de la capital donde la comunidad inglesa se asentó como el Cementerio Inglés de San José, camposanto en el que yace el cadáver de Tomás Miller. Para Burgess, quien trabajó durante más de dos décadas en el edificio Miller del parque de Santa Catalina, la figura del empresario es "una de las más señaladas" en la historia de la ciudad, "no solamente era importante en su momento sino que dejó tras de sí un legado importante que forma parte del patrimonio". Y recuerda el gesto que hizo la familia de ceder parte de las propiedades en la zona de Las Rehoyas para crear allí una zona de disfrute para los ciudadanos, convirtiéndose después en un barrio. "William, que es el único descendiente que queda vivo y que reside en Reino Unido, se mostró muy contento cuando vio que el deseo de Miller se había hecho realidad con el parque" que hoy disfrutan los residentes de esta parte de la capital grancanaria, señala.

Burgess ensalza el destacado papel desempeñado por Saavedra, expresidente del Gobierno de Canarias, exministro de Administraciones Públicas, exministro de Educación y Ciencia, exalcalde de Las Palmas de Gran Canaria y actual Diputado del Común; aunque considera "poco noble" sustituir el nombre de Tomás Miller por el del político, "que merece todos mis respetos". Y añade que, precisamente, el centro que realizó el cambio no se ha preocupado por conocer la historia del homónimo del instituto. "Nunca han hecho una visita por los lugares con más reminiscencias británicas", apostilla.

"Quiero empezar diciendo que soy amigo personal de Jerónimo Saavedra, creo que ha hecho mucho por nuestras islas y es una de las personas relevantes de Canarias", declara Juan José Benítez de Lugo, presidente del Gabinete Literario, para agregar: "No soy muy proclive a cambiar los nombres de las cosas, que le pongan [a Saavedra] el nombre de un instituto, una plaza, una calle o un edificio me parece estupendo, todo lo que se le pueda hacer es poco, pero es que tenemos la manía de cambiarle los nombres a las cosas que ya lo tienen". Benítez de Lugo considera que Miller "fue un personaje ilustre que contribuyó al desarrollo económico y social de Canarias y Gran Canaria", por lo que "no me parece lógico que quiten su nombre". El presidente de la entidad cultural explica que con el cambio continuo de denominación de las calles y edificios "llegará un momento en que nuestra historia no existirá, vamos a ir actualizando como si fuera un programa de ordenador que cada equis tiempo se actualiza y se pone un nombre distinto".

La exconcejal de Cultura del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria Isabel García Bolta, entiende que "si ha sido un acuerdo de la comunidad escolar", le parece "bien el cambio de nombre", aunque aclara que no entiende porqué se "quita el nombre de Tomás Miller, aunque es cierto que hay otras denominaciones como la calle, el edificio o el barrio, así como también hay otras como la sala del Auditorio Alfredo Kraus que lleva el nombre de Jerónimo Saavedra". "Me parece que Jerónimo [Saavedra] requiere su reconocimiento, pero ¿por qué quitar Tomás Miller?", pregunta.

Miguel Rodríguez Díaz de Quintana, investigador y genealogista, es el autor del libro Miller y Compañía: Cien años de Historia, con el que repasa el paso de la familia por las Islas. "Miller da la impresión de que es algo inglés, que es algo fuera de aquí, pero le debemos todo a esta familia: el teléfono, el agua o el mismo parque de Santa Catalina, que existe por los Miller porque si no fuera por ellos hubiera sido una barriada de casas", declara. Y continúa: "Soy muy amigo de Jerónimo [Saavedra], le tengo mucho aprecio a los Miller porque estuve dos años haciendo sus memorias, así que no podría opinar ni que sí ni que no". Si bien asevera que le da "pena de que el nombre de Miller se le quite cuando se puede dar a el nombre de Jerónimo a otro lugar, otro sitio, que se lo merece".

En este mismo sentido se pronuncia la catedrática en Historia del Arte María de los Reyes Hernández. "Jerónimo Saavedra es un canario universal y para él es mejor incluso que se diera su nombre a algo totalmente nuevo, pensado para él, y que implique incluir su nombre en primera instancia". Por ello, Hernández aboga por mantener la anterior denominación porque, indica, "todo el pueblo tiene un pasado, no hay que olvidarlo" ya que "si desparece lo histórico y ponemos nombres nuevos, dejamos de tener historia".

Víctor Morales Lezcano escribió Los ingleses en Canarias, una obra en la que se recoge la importancia de esta comunidad en el Archipiélago. Al conocer la noticia del cambio de denominación asegura que lo que siente es "hilaridad", con todos sus "respetos para Jerónimo Saavedra". "Esto es un disparate español", apuntala. "Un hombre interesante de la política como ha sido Saavedra no tiene porqué desplazar a un casi fundador del mundo portuario, comercial y turístico" de la capital. "Son ellos [refiriéndose a los británicos en general y los Miller en particular] los que abrieron Canarias al comercio exterior, a las transacciones, fueron pioneros en descubrir y vender la bondad ambiental y marítima del Archipiélago", reseña para poner en valor el trabajo realizado por la saga familiar hasta mediados del siglo pasado.

Quién sí se muestra a favor de la medida es Tomás Van de Walle, director de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria. "Personalmente, me parece bien porque Jerónimo Saavedra ha hecho un trabajo muy importante al servicio del pueblo canario, fue el constructor del autogobierno de Canarias y eso es un trabajo político de primera magnitud en un contexto donde además se estaba construyendo la democracia de España", apunta. Sobre Tomas Miller, comenta que "fue un empresario importante", pero cree que "la comparación beneficia sin ningún tipo de dudas al señor Saavedra, y perdón por la comparativa".

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