Del susto, a una larga espera. Ese el cambio que han vivido los inquilinos y propietarios de las viviendas de ocho edificios de la zona residencial de Cruz de Piedra, en la capital grancanaria. Unas 400 familias, es decir, en torno a un millar de personas, han visto interrumpido el suministro eléctrico de sus viviendas desde la tarde del jueves. El desplome de una pérgola construida sobre un centro subterráneo de transformación eléctrica provocó daños en su techo y en el interior del mismo, así como la suspensión de este servicio a partir de las siete de la tarde del jueves. Los vecinos habían alertado en diferentes ocasiones del amenazante estado de ruina de las pérgolas.

El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la compañía eléctrica trabajan conjuntamente para reanudar cuanto antes la situación. En un principio, se barajaba que el suministro eléctrico se podría reanudar de forma estable y segura a última hora de ayer u hoy sábado. Los daños registrados en la estación eléctrica por el derrumbe de la galería apuntó a que se decidiera instalar en la misma zona una nueva estación, también subterránea, ya que se ganaría el tiempo que se tardaría en quitar los numerosos y pesados escombros existentes en una superficie de cien metros cuadrados, así como reparar los desperfectos en el techo y en su interior.

Mientras se acaba de instalar y de probar la nueva estación eléctrica, en uno o dos días, los afectados pudieron contar con luz en sus viviendas y en las zonas comunes de los edificios a partir de las 05:30 horas de ayer gracias a un grupo electrógeno proporcionó esta energía de forma provisional.

Durante esas diez horas en las que los vecinos de los ocho edificios de Cruz de Piedra no contaban con electricidad, los agentes de la Policía Local y Bomberos Municipales y los voluntarios de Protección Civil, entre otros, trabajaron y estaban pendientes para ayudar a los demás. Por ejemplo: los bomberos subieron a mujeres de avanzada edad por las escaleras a sus casas, al no estar en funcionamiento los ascensores.

Los miembros de los cuerpos de seguridad y de emergencias colocaron focos, acordonaron la zona y estuvieron pendientes durante toda la noche de si ocurría alguna emergencia, que una persona quedase atrapado en alguno de los ascensores atascados o que fuese necesaria la evacuación de algún enfermo. Por fortuna, no ocurrieron ninguno de estas situaciones quizás previsibles. Los edificios afectados son los que se encuentran entre las calles Licenciado Agustín Rodríguez, Farmaceútico Manuel Blanco y Domingo Padrón.

Ayer se recuperaría el alumbrado público de la calle, como anunció por la mañana el alcalde de la capital grancanaria, Augusto Hidalgo, quien visitó Cruz de Piedra y supervisó el lugar de la caída de la pérgola para conocer de forma directa la situación, así como para conocer cómo se encontraban los afectados por este suceso.

Varios concejales del gobierno municipal han estado desde el primer momento para atender a los vecinos y buscar soluciones, como señalaron a este periódico. Los afectados aprovecharon la ocasión de la presencia del regidor para mostrar la preocupación que tienen por la existencia en la zona de otras dos galerías de hormigón, las cuales presentan un mal estado de conservación, como la que tenía la que se cayó sobre la estación de transformación eléctrica.

Augusto Hidalgo indicó que se tomaban medidas para que no pasara nadie bajo las dos pérgolas que siguen aún en pie, y señaló que la intención del Ayuntamiento es "destruirlas" para que no haya daños personales. Respecto quién es responsables de dichas galerías, su mantenimiento y su demolición, ayer no había acuerdo entre la compañía eléctrica y la corporación municipal, ya que cada entidad comprendía que era el otro.